El artículo 41 de nuestra Constitución dice que la ley establecerá los requisitos y formas para realizar los procesos de selección y postulación de candidatos, así como las reglas para las campañas y precampañas electorales.
Pues la ley establece que tratándose de elecciones para Presidente de la República, las precampañas iniciarán en la tercera semana de noviembre del año previo a la elección, o sea del 2023, y no podrán durar más de sesenta días.
Treinta días antes del inicio de los procesos internos, cada partido debe informar al Consejo General la fecha de inicio del proceso, el método que se utilizará, la fecha para la expedición de la convocatoria, los plazos que comprenderá cada fase del proceso, los órganos responsables de su conducción y la fecha de la jornada comicial.
Los precandidatos no deben realizar actividades de proselitismo o difusión de propaganda, por ningún medio, antes de la fecha de inicio de las precampañas.
Son actos de precampaña las reuniones públicas, asambleas, marchas y todos aquéllos en que los precandidatos se dirijan a los afiliados, simpatizantes o al electorado en general, con el propósito de obtener su respaldo para ser postulado.
Y son propaganda de precampaña los escritos, publicaciones, imágenes, grabaciones, proyecciones y expresiones que “durante el periodo establecido por la ley y la convocatoria respectiva” difundan los precandidatos para dar a conocer sus propuestas.
Las sanciones por realizar actos anticipados de precampaña van desde una simple amonestación o multa, hasta la pérdida del derecho del precandidato a ser registrado; y si ya está hecho el registro, con la cancelación del mismo.
Pues en MORENA les vale gorro lo que dice la Constitución y la ley, decidieron no esperar hasta noviembre del 2023 y desde hace un año aventaron a sus corcholatas a realizar abiertas, anticipadas e ilegales precampañas con el riesgo de quedarse sin candidato.
Y ahora dicen que van a elegir, mediante encuesta, al coordinador o coordinadora de defensa de la transformación, falso, van a elegir candidato o candidata presidencial.
Que los aspirantes están haciendo recorridos por el país para realizar asambleas informativas, falso, están realizando actos anticipados de precampaña.
Que a los perdedores les van a dar una posición para mejorar la función pública defendiendo el federalismo o la representación popular, falso, les darán de consolación el Senado y la Cámara de Diputados, etcétera, etcétera.
La ilegalidad de este proceso interno es descarada y la simulación francamente burda, puede terminar muy mal.