Derecho Ambiental

En el marco del Día del Abogado, quienes son los encargados realizar, aplicar y hacer cumplir las leyes, es interesante preguntarse cuál es el papel del abogado en el cuidado del medio ambiente.

Existe la rama de Derecho Ambiental que estudia las relaciones entre los seres humanos y la naturaleza con el fin de crear y comprender las normas jurídicas que preservan y protegen el medio ambiente de las actividades perjudiciales o consecuencia de la actividad industrial y humana.

En términos más sencillos, se trata de una rama del derecho que se encarga de la regulación ecológica de las actividades humanas, con el cometido de promover un modelo de civilización que no amenace la continuidad de la existencia de la vida en el planeta, ni tampoco la pobreza de manera drástica e irreversible.

Es un tema reciente que posee un notorio carácter multidisciplinar, ya que involucra a diferentes profesionales como la biología, medicina, ecología, física, química, etc., y requiere de una actualización constante de sus perspectivas, debido a los cambios tecnológicos actuales.

El Derecho Ambiental surgió como una disciplina independiente en 1972 en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Humano, celebrada en Estocolmo. Durante el siglo XX se hizo evidente de las distintas maneras el impacto nocivo que la actividad industrial puede tener en el medio ambiente, afectando tanto a la especie humana como a muchísimas otras, lo que quedó demostrado luego de las tragedias de Bophal, Seveso o Chernóbil.

El Derecho Ambiental tiene los siguientes objetivos:

– Evitar la contaminación del medio ambiente, tanto como sea posible, así como las intervenciones nocivas de parte del ser humano.

– Disponer de las normas y medidas que castiguen el delito ambiental y propicien una cultura respetuosa frente a la vida y al ecosistema.

– Tomar decisiones apropiadas para lidiar de la mejor forma posible con la contaminación ya presente en numerosos ecosistemas, o con los daños ya causados por la actividad industrial.

– Debatir en torno a la postura más adecuada que n la materia debe tener los estados, para orquestar el desarrollo mundial de manera sostenible y ecológica.

El Derecho Ambiental tiene como principales fuentes la Constitución Nacional y la Jurisprudencia, es decir, el conjunto positivo de normas que regulan en una nación el asunto ecológico y medioambiental, así como las normas y decisiones emanadas de las autoridades jurídicas competentes.

La doctrina profesional de la materia, o bien, los conocimientos y contenidos científicos que especialistas en la materia ofrecen respecto a la conservación ambiental los tratados internacionales suscritos por la nación en cuestión, los que se establece junto a otros países, un conjunto de normas y objetivos ecológicos a alcanzar, dado que el daño ambiental no es puntal, sino que a repercute en todo el planeta.

¿Por qué es importante el derecho ambiental? Porque puede fomentar la explotación de recursos inagotables, hoy en día cada nación del mundo posee en su Constitución algún tipo de reglamentación y de fundamento en el tema, los cuales sirven, además, a la hora de colaborar con organizaciones internacionales de defensa del medio ambiente.

De esta manera, los países poseen la capacidad de controlar jurídicamente el modo en que se explotan sus recursos naturales y proteger la biodiversidad, que es lo más preciado de nuestro planeta que cada día pareciera disminuir un poco.

Esta disciplina se asoma cada vez más como la necesidad no sólo local, sino regional e internacional a medida que los efectos de la industrialización dañan el medio ambiente, que es un actuar local, pero afecta de manera mundial.

Esto ha llevado a que surjan las organizaciones de defensa legal del medio ambiente con jurisdicción internacional como el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que actúa como el defensor autorizado del medio ambiente en todos los casos en que exista litigio jurídico y además como promotor del derecho ambiental en cada uno de los países que conforman la ONU.

En México, desde 1917, la defensa legal del medio ambiente ha sido un factor de importancia, para ello se incorporó el tema de los recursos naturales al artículo 27 de la Constitución, donde se consagraba el principio de la función social de la propiedad.

Además, en 1987, la reforma del artículo 73 logró que los asuntos ambientales no se regulen como meros temas de salud pública expidiendo la Ley Federal para Prevenir y controlar la Contaminación Ambiental conocida como la Ley General del Equilibrio Ecológico y Medio Ambiente, de la cual se derivan todas las normas, leyes y reglamentos en materia de cuidado ambiental.