La bolsa de plástico llegó al mundo en la década de los 60, con la promesa de hacer más fácil la vida de las personas. Años después, es una de las más grandes amenazas medioambientales que enfrenta el planeta. A diario se consume aproximadamente el equivalente a casi 10 millones de bolsas de plástico a nivel mundial.
Tienen un uso muy común, lo que hace que fácilmente llegue a nuestras manos, casi sin buscarlas. La mala noticia es que una bolsa de plástico de un solo uso tarda décadas en el mejor de los casos en degradarse. Además, su vida útil es efímera, en contraste con su permanencia como desecho, generando contaminación por años.
Algunos estudios constatan que si bien los residuos encontrados con más frecuencia en las ciudades son las botellas de PET desechables y las tapas de polipropileno, las bolsas no se quedan atrás. Por mencionar un ejemplo, en Monterrey, en una limpieza en el río se encontraron 111 bolsas halladas. En Veracruz, el quinto tipo de plástico encontrado más frecuentemente en la playa fue el PE-LD, con un total de 59 pizas halladas, dentro de las cuales se encontraron 23 bolsas.
Si bien el uso de bolsas de plástico de un solo uso es prohibido en nuestro país, de 29 estados con algún tipo de prohibición, al menos 27 prohíben las bolsas, después le siguen los popotes en 25 estados, así como los artículos de unicel para uso en alimentos y bebidas en al menos 16 estados. En Zacatecas ya se cuenta con una Ley Estatal y uno Norma Técnica Municipal en la capital, y aunque son buenos esfuerzos, todavía no son suficientes.
La industria del plástico ha mantenido una campaña constante para seguir colocando sus productos en el mercado a pesar de las prohibiciones, incluso algunos industriales u organizaciones vinculados a estos han difundido información falsa alegando que las prohibiciones estaban detenidas o cuestionándolas públicamente.
Ante esto es vital que las prohibiciones estatales de plásticos de un solo uso puedan fortalecerse para garantizar su correcta implementación mediante actividades de sensibilización a la población, de información a los comercios, empresas y restaurantes; es necesario ser firmes en las sanciones que se aplican.
500 billones de bolsas no pueden evaporarse por sí solas de la faz de la Tierra y las consecuencias para la fauna y la flora, así como el medio ambiente, nosotros mismos, puesto que ya han entrado en la cadena trófica. Por ello, el Día Internacional libre de bolsas de plástico defiende que sustituir unos plásticos por otros igualmente comportaría el consumo de recursos renovables y una contaminación en caso de que se consumiera la misma cantidad de bolsas oxodegradables de papel o biocompostables, recuerda no es solo cambiar un producto por otro, por eso te compartimos algunos consejos para que puedas reducir el uso de plástico.
- Reducir de forma efectiva el consumo de bolsas de un solo uso.
- Optar por un consumo responsable, donde la función principal del envase, el transporte de la compra, sea con sistemas de larga duración o reutilizables.
- Reivindicar que los gobiernos ordenen normativas y medidas de sanciones ambientales para hacer posible la reducción efectiva de las bolsas y actuaciones de sensibilización y comunicación ambiental y no depender del sector comercial y los consumidores.
- Fomentar que se apliquen medidas disuasorias del consumo de bolsas como la incorporación y difusión de su costo ambiental.
- Informar para que la ciudadanía, los ayuntamientos, las entidades sociales y el sector comercial apuesten por este cambio cultural y ambiental.
Los ecosistemas, especies y comunidades se ven afectados por el uso indiscriminado de plásticos de un solo uso, y esta situación debe parar, no tenemos un planeta “B”, recuerda que la solución no es sancionar, es necesario el cambio de hábito, regresemos a las costumbres de nuestras abuelitos que se llevaban una canasta, es momento de actuar, no de dejar el futuro en otras manos.