Qué estarán pagando los zacatecanos, tan cerca del «gobierno de la transformación» y tan lejos de Aguascalientes o Durango. Porque en 22 meses que van de la actual administración no vemos claro en el «tema de temas», mucho menos en los dichosos «ejes tractores» que traerían «progreso y bienestar» a Zacatecas.
Esta semana arrancó con la firma de un convenio de colaboración entre los estados de Durango y Zacatecas a fin de reforzar las tareas de seguridad y combate a la delincuencia, tareas en las que (según la taquería de Comunicación Social) se hará «uso de inteligencia compartida, operativos conjuntos, blindaje de zonas limítrofes y la implementación de acciones para la regeneración del tejido social«.
Pero por mucho que el gobernador duranguense, Esteban Villegas Villarreal, haya destacado que hoy Zacatecas se encuentra en el lugar número 14 en materia de seguridad, la realidad del día a día de los zacatecanos supera por mucho el cuento chino que pretende vender el «gobierno de la transformación».
Y eso lo saben también los duranguenses que evitan cruzar por las carreteras de Zacatecas y aunque implique mayor gasto, prefieren rodear el estado antes que exponerse al gran estigma que hoy marca a nuestra entidad: una gran fosa de personas desaparecidas y no localizadas.
No es gratuito que durante la firma de este convenio, el fiscal general de Justicia del Estado de Zacatecas, Francisco Murillo Ruiseco, fuera parco en sus palabras respecto al número de personas desaparecidas y no localizadas en lo que va del año y se limitara a responder que sí, efectivamente, va en incremento.
Aunque con desfase en sus registros, basta consultar la plataforma del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, de la Comisión Nacional de Búsqueda, para darnos cuenta del nivel en que se han incrementado las desapariciones en Zacatecas.
Porque en los primeros seis meses de este año ya van 507 personas desaparecidas y no localizadas en nuestra entidad, así como 110 personas que han sido localizadas. Sin embargo, en los primeros seis meses del año pasado apenas se había llegado a 232 personas desaparecidas y no localizadas, y unas 186 personas localizadas.
Estas cifras muestran que en un año se duplicó el número de personas que están desaparecidas o que no han sido localizadas, y que se ha reducido también el número de personas localizadas (con vida o sin vida), lo que hace preguntarnos si de verdad se trabaja en la búsqueda de personas en Zacatecas y si en realidad se cumple con las tareas de prevención.
Muy diferentes son las cifras del estado de Durango, donde en los primeros seis meses de este año llevan registradas 39 personas desaparecidas y no localizadas, así como 142 personas localizadas; mientras que en el mismo lapso del año pasado fueron 39 personas desaparecidas y no localizadas, contra 216 personas localizadas, una muestra de que allá, en esa entidad, sí hay trabajo de búsqueda y se hace efectiva la prevención.
Lamentablemente, de nada servirá la firma del convenio entre Zacatecas y Durango cuando aquí el «gobierno de la transformación» no puede atender lo mínimo indispensable en el «tema de temas», porque hace meses el gobernador David Monreal nos vendió como una panacea el cacareado C5i que hoy permanece detenido por falta de certeza jurídica. Eso sí: ¿a poco no estuvo muy linda la foto colocando la primera piedra?
Y ni hablar de la presunta renta de las 58 patrullas recientemente entregadas a las corporaciones para fortalecer los rondines de vigilancia, o de las dichosas UNIRSE que parecen estar de adorno, y ni hablar de la vigilancia en las carreteras de mayor incidencia delictiva, tanto estatales como federales.
Más importante sería la colaboración efectiva con el estado de Jalisco, donde dice gobernar un tal Enrique Alfaro, porque en el «tema de temas» comparte los mismos problemas que Zacatecas, aunque a una escala mucho mayor.
Por cierto, a propósito del «tema de temas» y de la descomposición del tejido social, este fin de semana se cumplió un año de la brutal agresión que sufriera el joven Jorge Iván, quien falleciera meses después producto de las lesiones, y donde presuntamente estuvo involucrado un hijo del gobernador David Monreal. Tanto en este caso, como en el de Julio César «N», el fiscal Francisco Murillo ha quedado mucho, pero mucho a deber.
Informe de auditorías
Muy oronda, la secretaria de la Función Pública, Humbelina Elizabeth López Loera, dio a conocer que el «gobierno de la transformación» quedó exento de observaciones en la revisión que hiciera la Auditoría Superior de la Federación (ASF) a la Cuenta Pública 2022.
Sólo hay que precisar que en esta primera entrega de resultados, la auditoría se limitó a los recursos en materia educativa, específicamente en cuatro vertientes: Fondo de Aportaciones Múltiples; Programa de Apoyos a Centros y Organizaciones de Educación; así como Transferencia de Recursos de los Subsidios Federales para Organismos Descentralizados Estatales de Educación Media Superior y Superior.
En su informe, López Loera omitió mencionar que en el caso de los recursos distribuidos a Organismos Descentralizados Estatales de Educación Media Superior, Zacatecas realizó cinco reintegros a la Tesorería de la Federación por un monto global de 1 millón 294 mil 100 pesos, una cifra que aunque mínima, si se compara con los más de 558 millones ministrados, significan que no se aplicó al 100% el recurso en tiempo y forma.
Sobra decir que esta primera entrega de resultados de la ASF no incluye aún el análisis del gasto federalizado en otros rubros donde Zacatecas ha destacado con sendas observaciones por varios millones, como los más de 12 millones de pesos derivados del Fondo de Aportaciones Múltiples (FAM), en su vertiente de asistencia social y del cual se financian las carísimas despensas que reparte el Sistema Estatal DIF.
También resulta curiosa la selección del Programa Anual de Auditorías a la Cuenta Pública 2022, pues hay municipios donde no se revisará el manejo de ciertos recursos como el Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social, ese que se aplica en obra pública y de la cual sobran los ejemplos de opacidad.
Más que cantar victoria, la titular de la SFP debería guardar prudencia respecto a las revisiones de la ASF, pues el 2022 fue un claro ejemplo del cochinero en el manejo de recursos federales en varias dependencias. ¿Transparencia y rendición de cuentas? Ya veremos…
¿Boicot contra Claudia Sheinbaum?
Pues sí, este lunes se informó de la visita oficial de la «corcholata» Claudia Sheinbaum a Zacatecas, el próximo viernes en el domo de la FENAZA, donde encabezará una asamblea informativa dizque en su aspiración a encabezar los Comités de Defensa de la 4T, que no es otra cosa que una campaña anticipada rumbo a la candidatura presidencial del 2024.
Sin embargo, trascendió que en Zacatecas hay quienes no pretenden respetar la «instrucción» de abstenerse de intervenir en las visitas de las «corcholatas» y hoy buscan meterle el pie a la exjefa de Gobierno de la Ciudad de México.
Todo indica que desde la Delegación de Programas para el Desarrollo buscaban realizar una Feria del Bienestar el mismo día, en el mismo horario, y en el mismo lugar donde se desarrollaría la asamblea informativa que encabezará Sheinbaum Pardo.
Y no es que la delegada Verónica Díaz Robles esté en contra de esta «corcholata» en particular, más bien este pretendido boicot respondería a viejas rencillas con uno de los principales promotores de Claudia Sheinbaum: el exalcalde Ulises Mejía Haro.
Bien raro que después de asistir al festejo por el quinto aniversario del triunfo de la 4T en la CDMX, de pronto, así mágicamente, hayan decidido posponer la dichosa Feria del Bienestar en el domo de la FENAZA. ¿Le habrán llamado la atención a la delegada?