La economía circular en la vida cotidiana

Al dar una vuelta por las calles de nuestra ciudad nos damos cuenta de la cantidad de residuos sólidos que producimos en nuestro estilo de vida. Si bien nuestras queridas hormiguitas hacen un gran trabajo al mantener la ciudad limpia, desde aquí una felicitación, el problema no es que se encuentren en la calle, sino cómo se ha llegado a producir estos residuos, cuando lo mejor sería evitarlos.

Con el estilo de vida que se tiene actualmente tendemos a consumir de manera exagerada, por lo que es necesario aplicar una economía circular, lo que se propone es reducir el consumo y el derroche de materias primas.

No es una concepción de economía abstracta, sino que es completamente aplicable a nuestra vida diaria. Tomando conciencia y poniendo un poco de nuestra parte se pueden lograr cambios muy importantes, como el ahorro en energía, desperdicios y dinero.

La economía circular se inspira en la naturaleza, puesto que en ella se dan procesos de transformación de materia y energía en circuito cerrado, por ejemplo, cuando ocurre la caída de hojas de los árboles, lo que supone se puede observar como un aporte de materia orgánica para los suelos. Por lo tanto, lo que para un sistema es desecho para el otro es nutriente.

La clave para lograr una economía circular en nuestras vidas radica en conseguir cerrar los ciclos como sucede en la naturaleza, es decir, utilizar los residuos generados, de tal forma que se alargue su vida útil, para esto podemos aplicar tres formas prácticas: Reduciendo, Reutilizando y Reciclando.

En el día a día, para reducir, podemos empezar por acostumbrarnos a llevar al mercado bolsas de tela o reutilizables, evitar comprar productos desechables, reducir el consumo de agua y energía, comprar bebidas en envases retornables, de tal forma que se pueda devolver el vidrio, regresar al dejar el importe por el envase, del cual harías el cambio al regresarlo. Antes esta práctica era de lo más común, como comprar alimentos frescos en lugar de comida congelada y conseguir las ofertas de última hora, lo cual evitará el desperdicio de comida.

Para reutilizar, antes de tirar un mueble, aparato electrónico, ropa o juguete, utensilio de cocina, podemos buscar algún lugar para donarlos o venderlos. Esto aplica también para las sobras de comida, puesto que cuando cocinamos podemos conseguir el mayor partido a los alimentos, transformándolos a nuestro gusto, volviéndolos a utilizar para crear otro platillo, de esta manera aprovechamos totalmente la comida que cocinamos. Un ejemplo de ello son las recetas tradicionales.

Antes de comprar un aparato o un mueble nuevo podemos averiguar si es más conveniente comprar uno usado. Por otro lado, aprovechar al máximo el agua que empleamos en casa, recuperándola y dándole múltiples usos.

Es importante destacar que el agua usada se divide en dos tipos, agua gris y agua negra. La que podemos reutilizar en nuestros hogares es el agua gris, ya que es la que queda después de un baño, lavarnos las manos o lavar la ropa. La podemos usar por ejemplo para regar el jardín, o incluso para cultivar, lo que supondría un circuito de producción y consumo.

También es importante insistir en que debemos ser cuidadosos al separar la basura, agrupando en bolsas diferentes los residuos orgánicos para hacer composta, los papeles y cartones, los plásticos, los vidrios, las latas de aluminio, entre otros.

En otro orden de ideas, reciclar es también tarea importante de tal manera que podemos enviar a reciclar algunas partes de nuestro automóvil, como es el caso de las baterías y las llantas. A su vez, reciclar papel, vidrio, metales, plástico y pilas.

Por otro lado, se puede hacer jabón con el aceite usado, lo cual supone un excelente ejemplo de reciclaje casero. Cuando estemos en una tienda, si compramos algo debemos procurar que sea duradero y fácil de reparar, de igual forma si está fabricado con material reciclado es un gran punto a favor.

En conclusión, la economía circular, desde un punto de vista de la vida cotidiana, pretende proponer soluciones claras y realistas aplicables al día a día de las personas, para conducirnos hacia un mundo más sostenible y tener una sociedad cada vez más comprometida con el medio ambiente.