En 1833, el Dr. Valentín Gómez Farías inauguró el establecimiento de Ciencias Médicas (actual facultad de medicina de la UNAM) en la Ciudad de México y un siglo después, en 1937 durante la Convención de Sindicatos Médicos Confederados de la República, se estableció el día 23 de octubre como el “Día del Médico”, en homenaje al Dr. Gómez Farías, buscando reconocer la labor de todos los médicos salvadores de vidas.
Para mí no puede pasar desapercibida esta conmemoración, ya que di a luz a mi segundo hijo, no puedo olvidar la algarabía del festejo en el hospital, mientras un médico que estaba de guardia veía un partido de futbol. Hace 16 años me realizaron una intervención en el IMSS, donde tuve una excelente atención, lo cual agradezco infinitamente.
Seguramente todas las personas tenemos diferentes experiencias en la atención médica. Una de mis hermanas que ha superado algunas enfermedades gracias a la extraordinaria atención médica, está eternamente agradecida a los médicos y a Dios, al igual que mis otros hermanos y yo por permitirnos seguir disfrutando de su compañía.
He visto hombres y mujeres que ejercen esta noble profesión, desvelarse desde que estudian y así continúan cuando se trata de salvar una vida, ponen todos sus conocimientos y esfuerzo para aliviar los padecimientos de sus pacientes, con verdadera vocación de servicio.
En los momentos más críticos de la pandemia de COVID-19, que tuvo un enorme impacto para la población y para el precario sistema de salud en México, un gran desafío al no contar con la capacidad hospitalaria, suministros, insuficiente material de protección para el personal de enfermería, hubo deficiencias en la distribución de vacunas, entre otras cosas.
México no estaba preparado para una crisis sanitaria de esa magnitud, más aún cuando acababan de eliminar el Seguro Popular encargado de atender a la población abierta y se creó el Instituto de Saluda para el Bienestar (INSABI) que en poco tiempo fracasó, sin embargo, el personal médico encargado de atender la emergencia sanitaria puso todos sus conocimientos, su empeño y también su corazón, tratando de salvar vidas.
El Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) contrató más personal para atender la demanda de los servicios de salud, fue un verdadero reto, algunos profesionales de la salud (médicos y de enfermería) resultaron contagiados del virus y otros fallecieron.
Con la vuelta a la “normalidad”, gran parte del personal de salud que se contrató durante la pandemia para apoyar en esta contingencia se quedó sin empleo, algunos con contratos temporales, a pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que tendrían garantizado su trabajo y se comprometió a basificar a personal de la salud.
No pudo cumplir su palabra, por el contrario, desde el año 2022 el Gobierno de México contrató personal médico proveniente de Cuba, supuestamente “para cubrir el déficit de personal de salud” ya que los médicos mexicanos se niegan a trabajar en zonas marginadas.
Nuestro reconocimiento al personal de los servicios de salud por la heroica labor que realizan diariamente para prevenir y proteger la salud de la población y salvar vidas.