En días pasados, en la Casa de la Cultura municipal, tuvo lugar la ceremonia dónde di cuenta a la ciudadanía sobre mi trabajo legislativo en lo correspondiente al segundo año de labor. Fue un evento que me dejó grandes satisfacciones y enseñanzas, me sentí arropada por los militares de mi partido, Acción Nacional.
Debo comentar que, al término de mi participación, mi amigo, el joven poeta Azael Pámanes, leyó un texto que preparó exprofeso para esta ocasión y dada su bella estructura me permito trascribirlo aquí, con el único propósito de que más personas lo conozcan. Sea pues.
“Le escribo a una mujer tenaz y comprometida, a una impulsadora de la cultura, a una legisladora capaz, a una zacatecana ejemplar.
Muy buenas tardes a todos, les externo mi abrazo prudente y cariñoso, el día de hoy, estamos en una fiesta de la cultura zacatecana que celebra el trabajo incansable de una bizarra legisladora, María del Mar de Ávila Ibargüengoitia, quien tiene todo mi aprecio, respeto y reconocimiento.
Es por ello, que de una forma humilde existiendo este noble mensaje a una zacatecana ejemplar…
Dos años de legislar no ha sido una tarea sencilla, menos en el Estado de Zacatecas en cuya extensión se encuentras diversas necesidades, atenciones, proyectos, visualizaciones y talentos. Estar frente a la Comisión encargada de buscar desarrollar iniciativas en pro del florecimiento cultural es un arduo trabajo, no cualquiera tiene las posibilidades ni las capacidades de enfrentar los retos que está parte de la sociedad zacatecana representa. Y es que la cultura en si, por su propio significado es extensa, abarca un mosaico inmenso de diversidad.
Por diversos periodos legislativos está comisión había sido dejada como un cascaron vacío que solamente de delimitaba en hacer acciones pequeñas que no aportaban nada; incluso se creó una ley que se aprobó de forma exprés, carente de un panorama completo.
Tener el cargo de presidir una comisión tan importante, representa tener la valentía de transformar aquello que había quedado como un florero que solamente adornaba los pasillos legislativos de la casa de todos los zacatecanos.
En estos dos últimos años, he visto levantarse un águila, que ha emprendido el vuelo surcando vientos feroces y cielos extensos, con un peso en su espalda que representa el todo cultural en Zacatecas. Esa águila es la legisladora María del Mar, quien con convicción y profundo sentido de la responsabilidad ha enfrentado los retos que su encomienda le manda.
Ha decidido reformar aquello, que de forma apresurada se aprobó, disponiendo su oído para escuchar las inquietudes de la comunidad zacatecana, a través de foros culturales, de reuniones particulares, del trabajo en conjunto y de su carácter mediador. Pero su trabajo legislativo y de servicio púbico ha ido más allá del papel y del discurso en tribuna. Ha apoyado proyectos individuales, ha sentado las bases para el reconocimiento de grandes artistas zacatecanos, ha sido parteaguas para que más de 1500 jóvenes y 2800 niños zacatecanos puedan disfrutar y ser parte de diversas actividades culturales, algunas montadas en una bicicleta llena de libros, las cuales ella ha tenido a bien apoyar y respaldar.
En lo particular, cuando estaba empezando a consolidar mi trayecto literario y dar a conocer mi obra poética en Zacatecas, ella fue la primera que creyó en mí, abriéndome el espacio para que en la Casa de los Zacatecanos mi obra poética pudiera ser conocida, no vio en mí, mis limitantes, vio mis capacidades y creyó en este noble poeta que hoy es Premio Estatal de la Juventud y que la logrado consolidar trabajos en pro del bienestar zacatecano, siempre teniendo de pilar a una gran amiga, que es la diputada María del Mar.
Por ello, tomo la voz a título personal para felicitar por sus dos años de trabajo legislativo a la diputada María del Mar, el águila de la cultura zacatecana. Deseo que en este último tramo que tiene por recorrer para terminar su periodo legislativo su entereza se mantenga constante. Porque para quien le suceda, tendrá que trabajar de forma enérgica para estar a su altura.
Concluyo mis palabras, diciendo que hoy el cielo cruel y la tierra colorada de Zacatecas engrandecen dos años del trabajo ejemplar de una zacatecana distinguida, legisladora laureada, que será recordada por su entera capacidad para dar voz a la cultura zacatecana”.
Con cariño y aprecio… Azael Pámanes.