¡Tengan su Navidad!

Una cosa es «robar poquito» (Layín dixit) y otra muy diferente robar a lo descarado, como ha ocurrido en el Sistema Estatal DIF, ya desde el «quinquenio diferente», con prácticas (y hasta proveedores) que se repiten en la «nueva gobernanza».

Como ya hemos expuesto en otras ocasiones en este espacio, una de las principales fuentes de ingresos del organismo es el Fondo de Aportaciones Múltiples (FAM), recursos federales con los que se financia el programa «Hambre Cero» y que básicamente consiste en el reparto de desayunos escolares en frío y caliente, así como paquetes alimentarios. Las dichosas despensas.

Prácticamente el 50% de los ingresos del SEDIF se destinan a esta estrategia alimentaria cuyo propósito es apoyar a los grupos en situación de vulnerabilidad a enfrentar la carencia por acceso a la alimentación. Sin embargo, siempre ha existido la sospecha (fundada) de que estos apoyos se entregan con «otros fines distintos a los establecidos en el programa».

Y como robar a lo descarado no parece suficiente en esta «nueva gobernanza», para eso existe el programa de apoyos invernales en el SEDIF, para seguirle haciendo hoyos al calcetín presupuestal (Juan Mendoza dixit), a niveles que no se habían visto ni siquiera en los gobiernos de las «herencias malditas».

Verá, estimado lector. El pasado viernes, en las propias redes sociales del Sistema, se informó de la entrega de los dichosos apoyos invernales (unos 35 mil) a representantes de 24 municipios, apoyos consistentes en cobijas, despensas y algunos bolos para la chamacada.

El problema es que estos apoyos se estaban repartiendo cuando apenas estaban en proceso las licitaciones correspondientes, según consta en el portal de la Secretaría de la Función Pública (SFP).

Por una parte, hablamos de la Licitación Pública LP-SEDIF.ZAC-EA-62-2023, para la «adquisición de cobijas, solicitados por la Coordinación Administrativa del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia«, coordinación que hoy encabeza Ana Bertha Luna Quintero.

A través de esta licitación se pretende adquirir algo así como 94 mil 827 cobertores, según consta en las bases, y que es una cantidad superior a los 64 mil 600 cobertores adquiridos para el mismo programa invernal de 2022.

Y cuál es la sorpresa, que en la Junta de Aclaraciones celebrada apenas el pasado miércoles 6 de diciembre, la única empresa que remitió sus dudas fue Distribuidora Damago SA de CV, la misma que ganó la misma licitación del 2022, ofertando cobertores con un precio unitario de hasta 200 pesos, un 20.1% más caro que en otras licitaciones también para la adquisición de cobertores en las que ha participado la misma empresa.

Y aunque en el canal de YouTube de la SFP no hay registro de la sesión de apertura de propuestas técnicas y económicas, pese a que debió celebrarse el pasado viernes 8 de diciembre, se intuye que será la única empresa participante y será la misma a la que se adjudique el fallo de la licitación este lunes 11 de diciembre.

De hecho, Distribuidora Damago SA de CV va que pinta a convertirse en una de las empresas favoritas de la «nueva gobernanza», pues también ha sido proveedora en licitaciones importantes en el «tema de temas».

Sí, porque dicha empresa fue la ganadora de la Licitación No. SAD-932079957-14-2023 para la adquisición de uniformes tácticos, prendas de protección y fornitura táctica, por un monto de hasta 44 millones 386 mil 956.54 pesos. Será que también provee cobertores blindados y por eso el sobreprecio en las licitaciones que ha ganado.

Si el año pasado, Distribuidora Damago SA de CV surtió unos 64 mil 600 cobertores al SEDIF por 12 millones 920 mil pesos, ¿a cuánto ascenderá la inversión para los 94 mil 827 cobertores que se requieren, según la licitación de este año? Porque si nos mantenemos en el precio de 200 pesos (a sobrecosto, como el año pasado), el gasto podría ascender a unos 18.9 millones de pesos.

Pero no es el único robo a lo descarado. Veamos ahora el caso de las llevadas y traídas despensas del programa de apoyos invernales. Según la Licitación No. LP-SEDIF.ZAC-EA-59-2023, para la «adquisición de despensas, solicitados por la Coordinación Administrativa del Sistema Estatal DIF«, el organismo busca comprar unas 33 mil 840 despensas para repartir en esta temporada invernal, dizque para grupos en situación de vulnerabilidad. O sea, menos de los 35 mil apoyos invernales que informó el pasado viernes el SEDIF en sus redes sociales.

En la Junta de Aclaraciones tampoco fue sorpresa que una sola empresa remitiera sus dudas, tal como en la licitación para la adquisición de cobertores. En esta ocasión se trató de la empresa Moba Alimentos SA de CV, misma empresa que fue la única en enviar su propuesta técnica y económica, como consta en el registro videográfico de la SFP.

Si a usted, estimadon lector, le suena el nombre de esta empresa es porque se trata de una filial de Comercializadora Don Cacahuato S. de RL., que no sólo ha sido proveedora de productos alimenticios para la estrategia «Hambre Cero» con la «nueva gobernanza», pues también tuvo la suerte de ganar las licitaciones para proveer a esta administración de útiles escolares.

Ya en varias ocasiones en este espacio advertimos sobre anomalías en los procesos de licitación en los que participó (y ganó) Don Cacahuato, una empresa señalada por ser la “favorita” de la entonces alcaldesa de Mexicali y hoy gobernadora de Baja California por MORENA, Marina del Pilar Ávila Olmeda, debido a que infló el costo de 170 mil despensas, algunas en más del 70% del valor comercial, y ganó todas las licitaciones del DIF en 2020 y 2021, adjudicándose hasta 34 millones de pesos.

Y resulta que Don Cacahuato está vinculada con la presunta simulación de licitaciones en conjunto con MOBA Alimentos SA de CV y Proyectos Aigokeros SA de CV a través del mismo representante legal, Alejandro Aristi Licon, como también consta en los registros de la Plataforma Nacional de Transparencia.

Pues bien, Moba Alimentos SA de CV fue la única empresa en remitir su propuesta técnica y económica en la licitación de despensas para apoyos invernales del SEDIF para este año, hasta por 34 millones 516 mil 800 pesos.

Eso significa que cada una de las 33 mil 840 despensas tendría un costo de 1 mil 20 pesos, un costo relativamente inferior a los 1 mil 118.92 pesos por cada una de las 8 mil 500 despensas que proveyó el año pasado Comercializadora Camaleón (una de las favoritas de la Delegación de Programas para el Desarrollo en Zacatecas), que ya de por sí resultaban un 41.1% más caras que el costo promedio de los productos que debía contener cada despensa.

Muy pronto se olvidaron los reclamos contra Don Cacahuato en la glosa del primer informe de gobierno ante la 64 Legislatura que obligaron a decirle adiós a la empresa, porque hoy el SEDIF vuelve a hacerle partícipe del robo a lo descarado, con recursos federales y a costa de los grupos en situación de vulnerabilidad.

De ambas licitaciones, este lunes 11 de diciembre se dará el fallo correspondiente y debido a que las empresas ganadoras deberán entregar los insumos licitados entre el 22 y 23 de diciembre, no hay posibilidades de cancelar las licitaciones ante estas inconsistencias debido a la cercanía del fin de año y el cierre del ejercicio fiscal.

De otro modo, ¿cómo podrían comprometer algo así como 52 millones de pesos en apoyos invernales antes del 31 de diciembre si ni siquiera habría tiempo de emitir una nueva convocatoria a licitación?

Eso sí, mucho ojo a los cobertores que se han repartido ya desde el SEDIF, pues no llevan el diseño establecido en la licitación No. LP-SEDIF.ZAC-EA-62-2023 y que en cierta forma podrían explicar el sobrecosto de unas cobijas que en el mercado se pueden encontrar hasta en 100 pesos a precio de minorista. Ahora sí que ¡tengan su Navidad!