A estas alturas es verdaderamente imposible no enmarcar cualquier circunstancia al contexto del presente proceso electoral, donde en el próximo mes de junio, entre otras candidaturas, estará en juego la de mayor importancia, la de la Presidencia de la República, al tiempo que se renovarán seis gobernadores y por supuesto que también se renovarán los senadores, diputados federales, presidencias municipales, síndicos y regidores.
En ese sentido es absolutamente visible cómo el inquilino de Palacio Nacional y su «corcholata» Claudia tienen temor que la inconformidad que existe en amplias capas de la sociedad se manifieste en las urnas, en contra de la política ejercida por AMLO, cuya principal herramienta utilizada es la mentira. Repasemos un poco esto, la gasolina a 10 pesos el litro, servicio de salud como el de Dinamarca, abasto al 100% de medicamentos en las unidades médicas, especialmente para niños con cáncer, cero corrupción y un largo etcétera.
Todo ello hará que el electorado le cobre sus mentiras en las urnas y arribe a Palacio Nacional nuestra candidata Xóchitl Gálvez. Muy a pesar de Dante y su candidato Jorge Álvarez, quienes es previsible logren acumular una frustración más a su partido, ya que señalábamos en líneas arriba que, el contexto real de la visita de AMLO, no tiene otro interés más que el de venir a decirle a todos los beneficiarios de los distintos programas sociales que para que sigan estos apoyos debe seguir la transformación del país, que se aumentará el número de becarios ahora en el sector juvenil, es decir que se va a ampliar el clientelismo político con nuevos votantes.
Pero también el mensaje velado es, si no ganamos, si no hay continuidad en la trasformación, si no avanzamos en la cuarta T, habrá retroceso y con este se van a perder todas las becas. Ese también fue el argumento esgrimido por los trabajadores de la nación que utilizaron sobre todo en las personas de la tercera edad, con todo y sus achaques producto propio por la edad, para que desde temprano hicieran acto de presencia en el Palacio de Convenciones que, entre becarios, burócratas y no pocos aspirantes a alguna candidatura abarrotaron el recinto.
¿Qué dijo el Presidente de la República? ¿Qué dijo el Gobernador? ¿Con que narrativa falsaria se echaron un cruzado? Más allá del poco socorrido “Amor con amor se paga”, bueno pues el primero dijo que quería mucho a Zacatecas y a los zacatecanos, que iba a seguir apoyando.
Así nada más, sin precisar con cuántos dineros y específicamente en qué rubros. Abrazos y agradecimientos con ambos brazos en alto, toques al corazón con la palma de la diestra y David nada, sólo se limitaba a observar. Eso sí, derrochó mucho pero mucho agradecimiento, cariño por el apoyo brindado por el presidente. Y obvio también mintiendo de que vamos muy bien, sobre todo en el combate a la inseguridad. Pero de la autopista Zacatecas-Aguascalientes, nada. Del proyecto Milpillas, tampoco y respecto de la federalización de la nómina magisterial mucho menos.
Y del respeto al sector salud, tampoco se dijo nada. De la tragedia que se vive en el campo, del retiro de las vías del tren y un vasto menú de necesidad que ahorcan a la ciudadanía no alcanzaron ni mentiras en esta visita trece de Andrés Manuel a Zacatecas, con trece cuentos con un final que no se percibe halagüeño.