Fenómeno natural de El Niño y La Niña

El ciclo conocido como “El Niño” y su fase opuesta “La Niña” son la causa de la mayor señal de variabilidad climática en la franja tropical del océano Pacifico, en la escala interanual.

Son componentes oceánicas del ENOS (Oscilación del Sur), que corresponde a la aparición, de tiempo en tiempo, de aguas superficiales relativamente más cálidas, conocido como El Niño, o más frías en el caso de La Niña, que lo normal en el Pacífico tropical central y oriental, frente a las costas del norte de Perú, Ecuador y sur de Colombia.

El fenómeno del El Niño es un evento climático que se genera cada cierto número de años por el calentamiento del océano Pacífico. Sus efectos son notables en el norte de la región pacífica.

El efecto de La Niña se caracteriza por un aumento considerable de las precipitaciones y una disminución de las temperaturas en las regiones Andina, Caribe y Pacífica, así como en áreas del pieademonte de los llanos orientales, mientras que en la zona oriental Orinoquía y Amazonia, dichas variables tienden a un comportamiento cercano a lo normal, sin ser un fenómeno como La Niña.

Esto sugiere un acoplamiento del océano y la atmósfera y de acuerdo con lo que pasó a finales de enero del 2011, según la Organización Meteorológica Mundial, este episodio se ha caracterizado por un importante componente atmosférico y, según revelan los indicadores correspondientes, se trata de uno de los episodios más intensos del último siglo, con un fuerte acoplamiento del océano y la atmósferas.

El fenómeno meteorológico de El Niño contribuyó junto con el cambio climático a elevar las temperaturas globales a nuevos máximos en los últimos meses, es decir, el Océano Pacífico se enfrió considerablemente, según datos de los expertos de la Oficina Australiana de Meteorología. Por otro lado, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos pronosticó también hace una semana que El Niño llega a su fin entre los meses de abril y junio.

Los recientes récords mensuales de altas temperaturas a nivel global han llevado a algunos científicos a temer que el mundo pueda estar entrando a una nueva fase aún más rápida de cambio climático. Los expertos creen que los meses posteriores al final de El Niño ofrecerán una indicación más precisa de si las altas temperaturas recientes se deben o no a esta aceleración del calentamiento global. Cada pocos años la llegada del El Niño provoca importantes cambios en el clima en muchas partes del mundo.

La generalización de aguas más calientes que suben a la superficie frente a las costas de Perú se relacionan con el aumento de sequías e inundaciones en todo el mundo. Esto se presenta en tres fases diferentes: El Niño Cálido, condiciones neutras y su etapa opuesta, un período más frío llamado La Niña.

Investigadores estadounidenses afirmaron recientemente que había un 60% de posibilidades de que La Niña se desarrolle entre junio y agosto, y un 85% de que esto suceda hasta el otoño. El Marcado cambio de las condiciones oceánicas globales hacen pensar que estas predicciones no pueden ser basadas en hechos anteriores, ya que ha sido variable los efectos que causa.

Recordemos que La Niña puede generar un gran impacto en la formación de tormentas y huracanes, algunos se atreven a mencionar que podría ser una fuerte temporada de huracanes muy activa en el Atlántico. El efecto de enfriamiento de este fenómeno puede desacelerar ligeramente el ritmo del calentamiento global, esto podría indicar que las temperaturas récord experimentadas no son evidencia de que el mundo haya entrado en una fase de calentamiento más rápida.

¿Por qué se forman El Niño y La Niña? Los científicos no están seguros de qué es exactamente lo que inicia el proceso, pero de vez en cuando las condiciones de presión del aire cambian sobre el Pacífico ecuatorial, afectando los vientos, que normalmente soplan del este a oeste. Algunos mencionan que la rotación de la Tierra puede afectar el movimiento de estos vientos que actúan sobre la superficie del agua oceánica.

Aunque se sabe que el viento es el detonante, hay distintas teorías sobre por qué ese viento se altera, entre ellas la que sostiene que las variaciones en la actividad solar provocan calentamientos diferentes en el planeta. Durante El Niño, los vientos se debilitan, de manera que se mueve menos agua hacia el oeste, por lo que la parte central y oriental del Pacífico se calientan más de lo habitual.

A veces después viene un enfriamiento muy brusco y se convierte en La Niña, aunque también puede haber Niñas cuando no hay Niño. Según los expertos, por el sol es empujada hacia el oeste, mientras tanto en el Pacífico oriental se eleva agua fría y profunda para reemplazar la caliente.

El Niño no tiene un periodo fijo, suele durar entre 9 y 12 meses, su intensidad también puede variar; los eventos de La Niña pueden durar de 9 meses a 3 años y su predicción depende de observaciones climáticas y modelos meteológicos avanzados.

Los científicos continúan estudiando ambos fenómenos para mejorar las predicciones y entender mejor su impacto en el cambio climático, por lo pronto se observan tormentas tropicales como Alberto, o bien el huracán Otis, que impactó en Acapulco.