Jugar para el desarrollo de habilidades

«No dejamos de jugar porque envejecemos; envejecemos porque dejamos de jugar». Friedrich Nietzsche.

Esta columna no trata de los juegos deportivos, ni de videojuegos, sino de algunos juegos de mesa tradicionales, que se mencionarán más adelante.

El juego tiene gran importancia en la formación del ser humano y una actividad necesaria para la salud, además le ofrece la oportunidad de interactuar con otros de forma positiva.

El juego es una de las mejores formas de relacionarnos con los demás y estrechar lazos. A través de los juegos de recreación nos comunicamos, nos divertimos, reímos y segregamos endorfinas, nos relajamos.

En los juegos de mesa se requiere la participación de dos o más jugadores utilizando dados, cartas, tableros u otros elementos.

Beneficios de los Juegos de Mesa

Al tener reglas establecidas, nos enseña que debemos respetarlas, además de que refuerzan los vínculos afectivos y favorecen la socialización, al cumplir con las normas de convivencia.

Si desde pequeños (aproximadamente desde los dos años) se juega al «memorama» se estimula la atención, concentración y la coordinación visomotora.

Jugar al dominó también estimula la atención y la concentración, la memoria, el cálculo (al deducir que fichas están en poder de los otros jugadores), la percepción visual y el pensamiento crítico.

Los juegos de cartas, desarrollan la concentración, la memoria, la observación, la imaginación, la capacidad de atención y mejoran la agilidad mental.

El juego de damas chinas (el favorito de mi nana) ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, además de favorecer la socialización.

Por su parte, el ajedrez es un juego de estrategia que requiere la activación de la atención, concentración, el pensamiento crítico (meditar los movimientos y prever las jugadas del contrincante). Este juego permite que el cerebro haga conexiones y tome decisiones utilizando la lógica, la capacidad de ordenar ideas y decidir, prever consecuencias y la solución de problemas.

Los juegos de mesa mantienen activa la mente y estimulan las capacidades cognitivas de niños, los jóvenes que los practican son más inteligentes y en los adultos contribuye a hacerse más resistente contra los procesos de envejecimiento, así como a las alteraciones que producen enfermedades como el Alzheimer. Se desarrolla la creatividad, se tiene mayor tolerancia hacia la frustración.

El juego tiene una enorme importancia en la salud. Por lo general, jugar produce alegría y disminuye el estrés, desencadena la liberación de endorfinas, conocidas como las “hormonas felices”.

No hay que olvidar vivir el mundo real. Yo no cambiaría un juego de mesa con mi familia y/o amistades que me permiten pasar tiempo con buena compañía y fortalecer vínculos con otros seres humanos por un juego de «solitario» desde el celular en los que no se interactúa.

En los juegos de mesa se respeta el espacio y las opiniones de los demás. Es una oportunidad de crecimiento y aprendizaje personal y un reflejo de la manera cómo enfrentamos los desafíos en nuestras vidas. ¡No dejes de jugar!