Marchita el alma

Yo nací en 1980 en Villa González. Mi mundo era chiquito y con olor a tierra y leña quemada por las mañanas, nada existía más allá de los muros de mi enorme y pobre casa (en cuanto a infraestructura); al tiempo (mucho tiempo después) descubrí que Zacatecas tenía 58 municipios, que uno de ello se llama Fresnillo y que ahí nació un men que se llama Manuel M. Ponce que se murió cuando mi mamá tenía 7 años y que un buen día escribió una rolita que se llama “Marchita el alma” que en los primeros tres versos de la segunda estrofa dice “Yo quise hablarle, y decirle mucho, mucho/ Y al intentarlo, mi labio enmudecía/ Nada le dije, porque nada pude”. Si bien el tema del rolón no va por ese sentido, la recordé días después del foro de Consulta para analizar el tema del ISSSTEZAC.

Pensé en esa rola luego de ver en innumerables ocasiones el video del reclamo que Virginia realizó en la Legislatura, un reclamo que muchas personas no entendieron por qué lo hizo en el Congreso del Estado y la respuesta es sencilla: lo hizo ahí para tener un foro desde el cual tenía que reclamarnos a todos por la muerte de su hijito.

Y digo “a todos” porque si lo vemos detenidamente (que es difícil porque no se tiene el corazón para escuchar tanto dolor en unos pocos minutos) podemos darnos cuenta que cada día conformamos una sociedad más mierda que la del día anterior, más indiferente al dolor ajeno, más acostumbrada a la violencia y los abusos y sobre todo más enfrascada en frivolidades y necesidades mezquinas.

Virginia reclamó a las autoridades que no le hubiesen informado que el cuerpo de su niño estuviera en el Semefo, que nadie tomara un momento para marcar a su celular para decirle “Oye, ya no sufras, vas a tener una tumba dónde ir a llorar, no como otras miles de madres en todo el país”, supongo que no lo dicen con esas palabras, pero también supongo que hasta ese descaro es mucho mejor que el silencio y el olvido en el que dejan a los cuerpos de las personas desaparecidas y que luego localizan sin vida.

Virginia reclamó al gobernador, al personal de la Fiscalía y a las pocas horas se dio una respuesta: que básicamente indicaba que lo había localizado incluso antes de que ella lo reportara como desaparecido, no sé si creen que eso es bueno o malo, pero lo que sí denota es la falta de comunicación al interior (como bien lo señalaron) pero también la falta de empatía, de coordinación, de sentido común, de ganas de trabajar, de compromiso con la sociedad, de solidaridad con las madres buscadoras que en muchos casos han mostrado más técnica de localización de cuerpos que los propios especialistas y fiscales asignados a la búsqueda de personas desaparecidas.

Lamentablemente no sería extraño que el caso de José y Virginia no sea el único, en la entidad y tampoco sería extraño que tampoco sea algo privativo de Zacatecas.

En su “manifiesto”, el Cristian Camacho, no piensen ustedes que Nodal, señaló que en la página de la fiscalía hay una base de datos con señas particulares y que es pública. No sé si la gente que ha perdido a sus familiares tenga en mente sentarse frente a una compu (porque en el celular es inoperante) a buscar en una base de datos, pero supongamos que sí lo hacen de manera frecuente.

Luego de ello me puse a hacer un scouting y en efecto:

Usted entra a la página https://www.fiscaliazacatecas.gob.mx/, le da scroll (ósea pa abajo) va a pasar un carrusel (que son hartas fotos que están dando vuelta y que si le das clik no te llevan a ningún lugar), sigues dando scroll y vas a encontrarte otra foto que tampoco te lleva a nada, le das más scroll y te lleva a unos íconos, esos sí te dirigen a algún lado y finalmente hay un cintillo (muy chiquito a comparación de lo antes mencionado que dice “Cédulas de Búsqueda / Occisos del SEMEFO” le puchas ahí y pues ya te enfrentas a ver fotos y en algunos casos a no poder dormir.

Yo me eché un scouting por las webs de otras fiscalías y la verdad si bien la de Zairo está completa les cuento que hay otras más amigables para el usuario, con más información y menos fotota del edificio, pero bueno quiénes somos para juzgar, aunque no les vendría mal darse una vuelta por la página de la fiscalía de Tamaulipas o de Aguascalientes, incluso por la de San Luis, esta última para que vean que hay unas peores.

En fin, el tema de las personas desaparecidas es doloroso y siempre pienso en las madres que sufren por sus hijos e hijas, que nunca estuvieron preparadas para sepultarlos y que de ninguna manera están preparadas para no volverlos a ver; me duele su dolor porque si bien como mamás no estamos ni estaremos jamás preparadas para perder a nuestros niños, tampoco hemos dejado de tener miedo cuando salen a comprar la leche en la tienda de la esquina, porque ya nadie está a salvo.

Cristian Camacho, no crean que Nodal, acaba de entrar a ese jale; este milagro no se le puede colgar completito de inicio, y hago énfasis en lo completito, porque de todas formas hay que tener los ojos abiertos para cualquier cosa.

Y la verdad en este caso, como en muchos otros (me pongo a toser modestamente), el despido no soluciona nada, esperemos que sirva para que quienes se queden comiencen a pensar en las personas que buscan a sus desaparecidos y les vean como seres humanos y con ello cuiden su trabajo.