A casi mes y medio de concluir el sexenio, la administración de Andrés Manuel López obrador se tambalea tras la detención del capo Ismael “el Mayo” Zambada.
La captura del narcotraficante dejó al descubierto la desconfianza que el gobierno de Estados Unidos tiene en su homólogo de México; así como una probable relación de la delincuencia organizada con la transformación de cuarta.
La primera hipótesis quedó confirmada por la actitud del país del norte desde el preciso momento en que capturaron a “El Mayo” Zambada, presuntamente secuestrado y entregado por su ahijado y narcotraficante, Joaquín Guzmán Loera, quien también fue detenido resultado de supuestas negociaciones con las autoridades estadounidenses para entregarse.
Los hechos muestran que no hubo comunicación, colaboración ni apoyo entre ambas naciones para concretar la captura del hijo del “Chapo Guzmán” y del “Mayo” Zambada. Tal parece que Estados Unidos desconfía de México o tiene “otros datos” que le hicieron guardar secrecía sobre los acontecimientos.
Ese desconocimiento sobre los hechos provocó declaraciones erróneas de parte de la secretaria de seguridad, Rosa Icela Rodríguez, y del propio Presidente López Obrador, haciéndoles quedar en ridículo.
Por otra parte, en una carta abierta “el Mayo” Zambada confirma la segunda hipótesis sobre la relación de la delincuencia con el gobierno morenista de Sonora.
En el texto da señas sobre su presunto secuestro, el 25 de julio pasado, para ser llevado a la fuerza a Texas y entregado a las autoridades norteamericanas.
“El Mayo” relaciona al gobernador sinaloense de MORENA, Rubén Rocha Moya, con el asesinato del diputado federal electo, Héctor Cuén, a quien dijo vio por la mañana en el lugar donde fue citado a una reunión, para resolver diferencias sobre la Rectoría de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Encuentro al que le informaron asistiría el Ejecutivo estatal.
Incluso, Zambada revela que contaba con protección institucional, ya que declara que a la reunión llegó acompañado de cuatro agentes de seguridad, de los cuales uno era José Rosario Heras López, comandante de la Policía Judicial de Sinaloa; y, otro, Rodolfo Chaidez, quienes están desaparecidos desde esa fecha.
La detención de “el Mayo” Zambada plantea muchas incongruencias, contradicciones y preguntas que urge sean respondidas por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, pues de no hacerlo su sexenio quedará marcado con la etiqueta de los cárteles de la droga. Aunque el presidente, como es su nefasta costumbre, ya haya exonerado al gobernador Rubén Rocha Moya, esa mancha ya no se le quitará.
Desde el Partido Acción Nacional (PAN) exigimos una investigación profunda sobre los acontecimientos que derivaron en la aprehensión del “Mayo” y de Joaquín Guzmán; así como del asesinato del diputado federal electo.
Es indispensable que a la sociedad se le expliqué por qué Zambada tenía protección institucional y si los cárteles intervinieron directa o indirectamente en los resultados de los comicios presidenciales, como refuerzo de la elección de Estado.
México merece saber la verdad y merece un gobierno legítimo, transparente y valiente para enfrentar a la delincuencia organizada.