Es sorprendente cómo está prácticamente tapizado el boulevard Adolfo López Mateos con lonas en las que se expresa el rechazo a la construcción del segundo piso o viaducto elevado, como pomposamente se llama oficialmente; la sorpresa viene porque gobierno aseguró que se había socializado la obra y que todos los locatarios, comerciantes y empresarios ubicados a lo largo de esta vía de comunicación estaban de acuerdo con la obra, ¿quién miente?
Oficialmente la obra inició el 28 de enero de este 2024 tras una serie de trámites, aprobaciones, justificaciones, imposiciones, polémicas y de todo, ya que es considerada como la magna obra de este sexenio, por ello es que, con el afán de justificarse y reivindicarse, aunque ya estaba “en marcha” la obra, el gobierno, apoyado por la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), aplicó una encuesta sesgada para que las respuestas se encaminaran a la aprobación, casi exigencia, del segundo piso.
De acuerdo con el proyecto difundido por Gobierno del Estado, el segundo piso iniciará a la altura de la popularmente conocida como Escuela de Minas y termina en el distribuidor vial que une a Quebradilla, Las Palmas, La Minera y Lázaro Cárdenas, poco antes de Palacio Municipal, con una longitud estimada en 3.3 kilómetros aproximadamente y está proyectado en 3 mil 652 millones de pesos. Si todo sale como lo planearon las altas esferas gubernamentales, el segundo piso estará listo el 13 de abril de 2026.
Ya han pasado casi ocho meses de construcción, y, a ojo de buen cubero, al menos yo, no veo ningún avance en la obra –en la que sólo este año se gastarán más de mil millones de pesos– pues sólo he visto que miden y toman muestras del suelo, no más… pero en este lapso ya despertaron los directamente afectados por la construcción: los comerciantes.
Aunque personalmente creo que la manifestación pública es un poco tardía –debieron hacerla evidente antes de que se aprobara la obra, ya que a estas alturas del partido ya hubo licitación, se designó constructor, se etiquetó y se ha estado ejerciendo dinero público y hasta aparentemente iniciaron los trabajos– sin embargo, también creo que es una excelente oportunidad de mostrar el músculo ciudadano. Vaya, si ya hasta tres exgoberndores de Zacatecas –Genaro Borrego (1986-1992) Arturo Romo (1992-1998) y Amalia García (2004-2010)– se han pronunciado en contra de la obra con argumento y conocimiento de causa, significa que la ciudadanía no está equivocada.
Hay muchas obras que realmente son prioritarias para Zacatecas –un plan integral para garantizar tanto el abasto de agua potable como para el campo, por ejemplo– que dejarían pálido al segundo piso en el que se gastarán más de 3 mil millones de pesos en poco más de tres kilómetros, cuando hay cientos de kilómetros de carreteras en pésimo estado a lo largo de toda la entidad.
Además de las claras afectaciones a la ecología, también se pone en riesgo el nombramiento de Zacatecas, como Patrimonio Cultural de la Humanidad que alienta al turismo, una de las principales actividades de la capital, al menos, y el estado en general y ni qué decir de los dos años, bueno poco menos de dos años (ya van ocho meses “de construcción”) en que se paralizará la actividad económica en ese corredor comercial… desastroso para la ya lastimada economía local.
No estoy en contra del progreso, el cambio y la modernidad, sin embargo creo que se deben atender otras muchas cosas aunque no se vean tanto como para no olvidar al gobierno en turno, total David Monreal será recordado por mucho tiempo y no precisamente por el segundo piso, se construya o no y digo se construya o no, porque si el despertar ciudadano es lo suficientemente fuerte, puede echar abajo cualquier cosa, con argumento, organización y determinación.
Felicidades a los comerciantes que han despertado, no porque hayan puesto en evidencia la mentira de que estaban de acuerdo con la obra, sino porque están ejerciendo su derecho de hacerse oír. Ojalá cumplan su cometido.