Esta semana México ha enfrentado todo tipo de desafíos. Han sobajado al Poder Legislativo. Han comprado conciencias. Han ido a delimitar a la oposición y, sin ningún respeto, a la ciudadanía han aprobado en las Cámaras una iniciativa que de verdad tendrá gravísimas repercusiones para el país.
Pero no puedo dejar de opinar de mi tierra; de lo que fue el III Informe de Gobierno, porque con la “nueva gobernanza” Zacatecas tiene tres años de retroceso.
En el III Informe de Gobierno, David Monreal Ávila echó las campanas al vuelo sobre su gestión estatal y se deshizo en halagos para el autócrata que ya se va.
Me refiero al Presidente Andrés Manuel López Obrador, al que de forma zalamera Monreal intenta imitar para tratar de quedar bien, pese a la nula empatía que en el sexenio manifestó por esta tierra de cantera y plata.
El Ejecutivo Federal nos negó a Zacatecas mayores presupuestos, no federalizó la nómina educativa estatal, no mejoró la salud y no dio más recursos para combatir la inseguridad. El Gobierno de la República estuvo siempre ausente en el estado.
Bajo esa misma lógica, la administración de David Monreal no ha podido enfrentar las graves crisis de seguridad, económica y social.
En los 1 mil 95 días de su gestión, el morenista no halla el camino que lleve a la entidad a mejores estadios de desarrollo y calidad de vida.
El informe rendido el 8 de septiembre fue una retahíla de mentiras, engaños y fracasos disfrazados, sólo para ocultar la incapacidad de quienes hoy encabezan la administración pública.
El Ejecutivo estatal dijo que con los programas sociales se benefició a más de 754 mil zacatecanas y zacatecanos este año. Olvidó aclarar que todos esos recursos federales fueron para cooptar la conciencia de la población, pues fueron distribuidos con fines electoreros, para concretar la elección de Estado del 2 de junio y continuar la instauración de una tiranía en México.
Ante decenas de aplaudidores acarreados, Monreal presumió la disminución de homicidios dolosos y tuvo un lapsus mental, pues omitió la gravedad del alto número de personas desaparecidas y no localizadas, que suman más de 3 mil 200.
La inconformidad ciudadana por los pobres resultados se hizo presente en el Palacio de Convenciones, mediante manifestaciones.
El enojo fue mayúsculo por la presunta distribución de listas con nombres y fotografías de personas “non gratas” para el gobierno del estado, a fin de impedir su acceso al recinto para que no molestaran a su “señoría”.
En esa relación se encontraban activistas de los colectivos Madres Buscadoras de Zacatecas y Sangre de mi Sangre. Claro que están enojadas por la falta de resultados.
En la memoria aún tengo a la señora Virginia de la Cruz que, en vuelta en lágrimas, irrumpió en el Congreso del Estado y en un acto del Gobernador para denunciar que su hijo estuvo en calidad de desaparecido ocho meses, cuando su cuerpo se encontraba en el Semefo, sin ser avisada de ello.
El pasado 8 de marzo se dio la abominable represión policiaca contra los colectivos feministas que pacíficamente se manifestaban en la Plaza de Armas, para exigir el respeto a los derechos de las mujeres y justicia por la violencia de género. Las imágenes de la brutal agresión a golpes y con gases lacrimógenos a jóvenes, madres y niñas dio la vuelta al mundo. El caso sigue sin justicia, porque está sin castigo el responsable de dar la orden de atacar.
De memoria selectiva, el Mandatario omitió mencionar que incumplió la promesa de mejorar la red estatal de carretera en los 100 primeros días de su administración. Los servicios de salud y educación están en pésima situación; el campo sigue en el olvido, sin recursos y sin modernización.
La migración no disminuye por falta de oportunidades y las remesas se mantienen como la principal fuente de ingresos de las familias más pobres, puesto que las y los paisanos envían alrededor de 5 millones de dólares diarios. Sin estos recursos Zacatecas ya habría enfrentado un estallido social.
La economía está en el suelo, por la carencia de una política pública eficiente, apoyo al emprendimiento y generación de empleos formales permanentes.
La administración estatal amenaza con desaparecer el ISSSTEZAC y dejar a miles de trabajadores sin seguridad social y sin pensión.
Para colmo, sigue en pie el proyecto del paso elevado en el boulevard Adolfo López Mateos. Será el símbolo del negociazo familiar y corrupción del gobierno estatal, al destinar 3 mil 600 millones de pesos para edificar sólo 3.4 kilómetros.
¡Pobre Zacatecas con este gobierno estatal!