Con Claudia, no llegaron todas

El pasado 1 de octubre, Claudia Sheinbaum Pardo se convirtió en la primera mujer presidenta de México, lo cual también la coloca como la primera mujer en ocupar la Presidencia de una nación en Norteamérica. Este hecho es novedoso toda vez que el papel de las mujeres existen países como Estados Unidos, Canadá, Francia, España y Japón, que nunca han tenido una presidenta.

Su llegada al poder como mujer le ha conducido a formular una frase que dista mucho de la realidad: “no llegué sola, llegamos todas”. Pues yo pienso que no llegaron con ella las madres que han perdido a sus hijos, es decir, las madres buscadoras no llegaron con ella, tampoco las madres de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, como tampoco llegaron las mujeres que han sido violentadas en sus derechos por la llamada Cuarta Transformación, muchas mujeres no llegaron con ella.

Sheinbaum asumió la Presidencia con gran expectativa, pero en su primer discurso ha sido objeto de críticas por la forma, contenido y enfoque que le dio a sus palabras. Sin llegar a la calumnia, es absurdo que reconozca y exalte el papel de las mujeres y, por otro lado, en su discurso inaugural, Sheinbaum haya dedicado los primeros cinco minutos a elogiar a Andrés Manuel López Obrador (AMLO), a quien consideró el responsable de que ella pudiera llegar hasta esa posición. La pregunta sería: ¿a quién se deben las mujeres, a su jefe político?

Esta acción refleja la extraña ambigüedad en la que se manejará la Presidenta, incluso algunos periodistas calificaron el discurso de Claudia Sheinbaum como una «oda a López Obrador», señalando que la Presidenta hizo un despliegue de culto a la personalidad de AMLO, en lugar de iniciar con propuestas y objetivos propios.

Pero no formuló ninguna propuesta, Sheinbaum se dedicó 18 minutos a resaltar los logros del gobierno saliente. En esta tesitura es absolutamente creíble que, al escuchar estas palabras, se da la impresión de que se trata del séptimo año de gobierno de AMLO. Es evidente que su administración será una continuación directa del mandato de López Obrador, sin una diferenciación clara o propuestas propias.

De hecho, cuando Sheinbaum presentó sus propuestas, la mayoría de estas se alinean perfectamente con el plan de gobierno ya existente. Por lo que las nuevas iniciativas se centran en la ampliación de las políticas de AMLO.

Sólo un puñado de propuestas son realmente novedosas. Entre estas, Sheinbaum esbozó tres nuevos programas sociales, la construcción de un millón de viviendas, la digitalización del país y medidas para combatir la contaminación.

En este breve análisis, podemos decir que Sheinbaum parece no tener intención de distanciarse de su predecesor, por el contrario, la Presidenta ha reafirmado su compromiso con el proyecto de la llamada «Cuarta Transformación», al punto de que, en su evento vespertino en el Zócalo, presentó 100 compromisos de gobierno, de los cuales 26 eran prácticamente una réplica de los que AMLO presentó en 2018 cuando asumió la presidencia.

Este enfoque en la continuidad ha generado serias dudas sobre si Sheinbaum logrará imponer un estilo propio durante su sexenio o si se mantendrá bajo la sombra del legado de López Obrador.

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