Criminología ambiental

La Criminología ambiental es un estudio que describe la relación de los entornos individuales en los que se comenten los delitos y la manera en que éstos influyen o contribuyen a la actividad y el comportamiento delictivo. Este campo comenzó a desarrollarse a principios de la década de 1980 y analiza los factores ambientales que se cree que pueden llegar a influir en el crimen y en el comportamiento criminal.

Los especialistas en este tema no se centran tanto en la ubicación geográfica, sino en los elementos de iluminación, el estado en que se encuentran los edificios, los elementos que pudieron ser alterados durante la actividad, entre otras condiciones del vecindario.

La criminología ambiental examina también datos como la hora y los delitos para ayudar a los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley a comprender mejor dónde y en qué momento se cometió el crimen. Es complementaria de la vigilancia policial orientada a servir a la comunidad.

Entonces podemos entender que se refiere a las acciones que violan las leyes ambientales y ponen en peligro al medio ambiente, la salud pública o ambos. Los delitos ambientales pueden ser de diversos tipos, como: tala ilegal, desmonte ilegal de tierras, minería ilegal, pesca ilegal, contrabando de sustancias que agotan la capa de ozono, recolección, envío, recuperación o eliminación inadecuada de desechos, tráfico de marfil, residuos peligrosos, entre otros.

Los delitos ambientales amenazan el desarrollo sostenible y los derechos humanos; además, pueden socavar la eficiencia de las instituciones y la regulación de la gobernanza ambiental.

Por ello, la criminología ambiental también estudia el entorno que puede promover conductas antisocales, esta disciplina analiza cómo elementos del entorno, por ejemplo, el diseño urbano, arquitectura, disponibilidad de servicios sociales, distribución de recursos, entre otros, pueden incidir en el comportamiento delictivo.

Principios fundamentales de la criminología ambiental:

  • Principio situacional del crimen: se centra en reducir las oportunidades para el crimen mediante cambios en el entorno físico, esto puede incluir mejoras en la iluminación, instalación de cámaras de seguridad y el diseño de espacios urbanos que promuevan una mayor vigilancia natural por parte de los residentes.
  • Teoría de la ventanas rotas: sugiere que el desorden visible en un vecindario, como grafitis, basura, ventanas rotas, pueden fomentar más desorden y crimen; mantener los entornos urbanos limpios y bien mantenidos puede ayudar a reducir la criminalidad, pues el área es monitoreada y los comportamientos delictivos no serán tolerados.
  • Diseño Ambiental contra el crimen: estrategia preventiva que utiliza el diseño del entorno físico para reducir el crimen, las técnicas incluyen el diseño de calles y parques que eviten los puntos ciegos, el uso de materiales que no sean fáciles de dañar, y la creación de espacios que fomenten la interacción social y la supervisión comunitaria.

Aplicaciones de la criminología ambiental

Se puede aplicar en el urbanismo y diseño, al desarrollar nuevos proyectos o al reestructurar áreas urbanas existentes. Además, los gobiernos pueden implementar políticas públicas que refuercen la aplicación de estrategias basadas en la criminología ambiental, que puede incluir regulaciones sobre el mantenimiento de propiedades, subvenciones para mejorar en la seguridad de los barrios y la implementación de proyectos de renovación urbana que consideren la seguridad como un factor clave. En materia de educación y concientización comunitaria, se busca educar a las comunidades sobre cómo pueden mejorar la seguridad de sus vecindarios, cómo enseñar a los ciudadanos a la vigilancia activa y las mejoras en su entorno inmediato pueden reducir el crimen.

La criminología ambiental es importante por varias razones fundamentales, especialmente en su capacidad para influir en la prevención del crimen y mejorar la calidad de vida de las comunidades, es decir, incluir estrategias como mejorar la iluminación en áreas oscuras, diseñar espacios públicos que promuevan la actividad comunitaria y eliminar zonas que faciliten actividades delictivas.

Para ello se sugiere implementar cambios en el entorno como una solución de costo efectivo comparado con otras medidas de seguridad, como aumentar el número de oficiales de policía, pues una vez que se realizan mejoras ambientales, los costos de mantenimiento son generalmente bajos, mientras que los beneficios, como la reducción del crimen y el mejoramiento de la comunidad, son continuos.

Además, estas medidas mejoran de la calidad de vida, pues además de reducir el crimen, las mejoras en el entorno también pueden aumentar la calidad de vida de los residentes, los espacios públicos bien diseñados y seguros fomentan una mayor interacción social, lo que puede llevar a comunidades más fuertes y cohesionadas. También puede aumentar el valor de las propiedades y atraer negocios, lo que a su vez contribuye al desarrollo económico local.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *