La Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) se encuentra en un momento crucial de su historia. La elección de la nueva Rectoría para el periodo 2025-2029, que culminará el próximo 14 de mayo, no es sólo un proceso administrativo, sino una oportunidad para redefinir el rumbo de la máxima casa de estudios del estado.
En un contexto marcado por desafíos financieros, cuestionamientos a la autonomía institucional y una comunidad universitaria ávida de cambio, esta contienda debe ser un ejercicio de democracia, transparencia y compromiso con el futuro de la educación superior en Zacatecas.
Las campañas, que iniciaron el pasado 26 de abril, han mostrado el contraste entre dos visiones encarnadas por los candidatos: la doctora Jenny González Arenas y el doctor Ángel Román Gutiérrez.
González Arenas, con su lema “Decide”, ha irrumpido con una propuesta que busca recuperar la autonomía de la UAZ, fortalecer la participación de estudiantes, docentes y trabajadores, y abrir las puertas de una institución que, durante los últimos años, ha sido percibida como cerrada y opaca.
Su trayectoria, marcada por victorias en la dirigencia sindical y un plebiscito que desafió al actual rector Rubén Ibarra Reyes, la posiciona como una figura de cambio, respaldada por un sector que exige romper con inercias del pasado.
Por su parte, Román Gutiérrez, con su planilla “Inclusión Universitaria: el Diálogo nos Une”, propone una gestión de puertas abiertas y atención personalizada, enfocada en la conciliación y el diálogo. Su experiencia como exsecretario general de la UAZ le otorga un conocimiento profundo de la institución.
El proceso electoral, supervisado por la Comisión Electoral Universitaria, debe garantizar equidad y transparencia. Con un padrón de aproximadamente 39,000 estudiantes, 2,900 docentes y 1,500 trabajadores, la participación masiva será clave para legitimar el resultado.
Sin embargo, persisten preocupaciones sobre posibles intromisiones de autoridades universitarias o externas, un riesgo que ha empañado procesos anteriores en la UAZ. La comunidad universitaria debe estar vigilante para asegurar que el voto sea libre y secreto, y que las urnas reflejen la voluntad genuina de quienes conforman la institución.
Más allá de las propuestas de los candidatos, esta elección plantea preguntas fundamentales: ¿Cómo enfrentar la crisis financiera que aqueja a la UAZ sin comprometer la calidad académica? ¿Cómo reconstruir la autonomía institucional frente a intereses políticos externos? ¿Cómo garantizar que la universidad sea un espacio inclusivo, equitativo y comprometido con las necesidades de Zacatecas? Las respuestas no sólo dependen de quien asuma la rectoría, sino de la capacidad de la comunidad universitaria para mantenerse unida y exigir rendición de cuentas.
La UAZ no puede permitirse un liderazgo que perpetúe cacicazgos o gestione desde la opacidad. Necesita una rectoría que priorice la excelencia académica, la investigación con impacto social y la vinculación con las comunidades del estado. La incorporación de la perspectiva de género en la convocatoria, impulsada por la Coordinación de Equidad y Género, es un paso positivo que posiciona a la UAZ como referente en igualdad, pero debe traducirse en políticas concretas que combatan el acoso, promuevan la paridad y garanticen espacios seguros para todos.
El 14 de mayo, cuando se emitan los votos, la UAZ tendrá la oportunidad de elegir no sólo un rector o rectora, sino un proyecto de universidad. Es momento de que la comunidad universitaria asuma su responsabilidad histórica y vote por una institución que no sólo sobreviva, sino que prospere como motor de desarrollo, conocimiento y justicia social en Zacatecas. La transformación está en las manos de todos los universitarios.
