Por: Heraclio Castillo
Semana a semana les da por cambiar el tablero. Llevan así varios meses, desde antes de la contingencia por el COVID-19, hasta el punto en el que comienzan a ser chocantes las fricciones internas. El último revés para el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) fue el fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, donde mandata realizar la renovación de dirigencias vía encuestas.
A muchos les cayó como el ice bucket challenge, sobre todo quienes aplaudieron la decisión del Comité Nacional de Elecciones para que las actuales dirigencias permanecieran hasta pasado el proceso electoral 2020-2021. Un viejo dicho reza que en política no hay sorpresas, hay sorprendidos. Y aunque vuelvan a cambiar los escenarios, ya lo dijo la principal figura moral del partido, Andrés Manuel López Obrador: que sea por encuestas, que el pueblo decida.
Pero no será así, pues la crisis está en las cúpulas y de ello dependen las posibles candidaturas en los 15 estados que tendrán elecciones. ¿A quién beneficia y a quién perjudica renovar las dirigencias por encuestas? Baste ver las mediciones de los últimos meses. En la nacional lleva gran ventaja el diputado federal Mario Delgado y en lo local, Caty Monreal.
El camino aún no está planchado, pues siguiendo la dinámica de los últimos meses, apretarán las resistencias y, en última instancia, podrían recurrir a los mismos tribunales para tumbar el proceso. ¿Pero por qué no aceptar ni la vía ni el resultado (adelantándose a todo escenario)?
No es secreto que el senador Ricardo Monreal aspira a la Presidencia de la República en el 2024. Muchos ven su mano en el tablero que hoy se muestra para el partido. Y es que con estas piezas, sería más fácil ganar Zacatecas “para la causa”, una causa que representa un presupuesto anual de más de 30 mil millones de pesos que bien podrían destinarse a una precampaña presidencial.
Sin embargo, hasta donde se sabe, los gallos de Andrés Manuel López Obrador son Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard. Por eso la importancia de ganar las posiciones clave desde el 2021. Por eso las resistencias para evitar que eso ocurra.
Al final, quien paga los platos rotos es la militancia, la razón de ser del movimiento, aquella gente que desde antes del triunfo del 2018 se la partió a sol y sombra por un movimiento y cuyo esfuerzo hoy se ve reducido a un pleito entre las cúpulas.
Vendrán nuevas infamias y otras ya refritas, de eso no hay duda. Habrá que ver de dónde vienen las traiciones, porque al enemigo ya hace rato que se le conoce. Cualquier escenario aún es posible y el tablero puede volver a cambiar. ¿Qué pasará si ganan los llamados “históricos”? ¿Impulsarán a Ulises Mejía a la gubernatura? ¿cederán a la ventaja que ya lleva David Monreal? ¿harán otra encuesta para elegir entre Ulises Mejía, Luis Medina o José Narro?
En una de esas, alguien se cuela y les gana la candidatura por andar en el estira y afloja. Ese alguien podría ser Arturo Nahle. ¿La ventaja? Lleva relación cordial con todos (o casi todos). Su hermana Rocío Nahle ha sido brazo derecho para Andrés Manuel con la refinería de Dos Bocas. Habrá que ver los escenarios en los próximos días.