El discurso de la pobreza

Por: Enedina Velázquez

Pronto empezarán las campañas y seguirá el desgastado discurso sobre la pobreza, dirán que van a realizar acciones para disminuirla, para erradicarla, en fin, promesas populistas. Pero ¿acaso los políticos que hablan del tema no se han asumido como pobres alguna vez?

La pobreza es un problema social histórico en México que han utilizado los políticos y por más programas públicos y políticas sociales, el problema de la pobreza no disminuye, porque si la pobreza terminara ya no existiría ese tema que da sustento al discurso.

Si cuando andan en campaña “regalan despensas a los pobres”, eso solo mitigará su hambre a lo mucho una semana y ¿qué hay detrás de ese regalo? Porque ese es un “regalo” condicionado que ha sido usado como una herramienta político-electoral, dicho de otra manera, para ganar popularidad y ganar votos.

El gobernante y el político tienen recursos, por lo tanto, tienen poder, un poder que han utilizado para influir en las personas en condiciones de pobreza y en posición desfavorable de poder, así el primero utiliza su poder (transfiere recursos) para obtener un beneficio del segundo (el voto).

Los recursos asignados cada año por el Presupuesto de Egresos de la Federación para los programas sociales se dice que son para disminuir las desigualdades, reducir la pobreza, ampliar las oportunidades de educación y acceso a la salud y dicho presupuesto proviene de los impuestos de los mexicanos, por lo tanto, estos programas sociales deben ser vigilados en todas sus etapas para que no se desvíen los recursos destinados para ellos.

Algunas de las estrategias que han llevado a cabo los gobiernos para combatir o disminuir la pobreza, el rezago educativo y alimentario, son a través de los programas sociales que son evaluados por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (CONEVAL), en su medición multidimensional y que también deben evaluar la eficiencia y eficacia de los programas sociales.

Surgen muchas preguntas en torno a esto: ¿Todos los programas sociales están focalizados?, ¿existe el padrón de beneficiarios y podemos tener acceso a él cualquier ciudadano?, ¿cuántos intermediarios hay desde que se entregan al responsable del programa hasta que llega al beneficiario?, ¿se cuenta con copia de identificación de los beneficiarios?, ¿existen lineamientos y reglas claras y transparentes?, ¿quién actúa como órgano fiscalizador de los recursos utilizados en los programas sociales?, ¿se entregan todos los apoyos o existe desviaciones?

Hay muchas formas de entender la pobreza, más allá de lo que estudia el CONEVAL, pues aún en años en los que ha habido crecimiento económico, no necesariamente ha significado disminución de la pobreza y la marginación.

Si los políticos en sus campañas regalaran libros, útiles escolares, algo que ayude a producir conocimiento, en vez de repartir despensas que solo mitigarán el hambre un momento, o delantales que les recuerdan a las mujeres que están hechas para los quehaceres de la casa, eso significaría que estarían marcando la diferencia.

2 comentarios en “El discurso de la pobreza”

  1. La pobreza no termina con los regalos (despensas, etc.) ni con los programas de la » 4 Deformación», sólo la inversión en empresas productivas de todos los tamaños que cree empleos bien pagados formales ( con prestaciones sociales) para lo cual se requiere confianza y respeto a la Ley por parte de la Autoridad
    para que la I P invierta
    Ramiro A.

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