Se acaba el 20-20 y sigo gorda

¡Chaaaaarros! No manchen, estamos en el último trimestre del 20-20 y no he hecho nada de lo que había pensado que iba a hacer. Este año iba a bajar 87 kilos, iba a dejar de fumar e iba a dejar de tomar… bueno, aunque pensándolo bien sí dejé de tomar… agua.

También había pensado que iba a dejar de sentir repudio por Andrés Manuel y ¿qué creeeen? Tampoco eso hice.

Fíjense, así bien chispa yo no lo odiaba, hasta tengo mi foto con él y me agarra mi cachete y así, por aquello de que un día me vea, sí, sí era yo, no era una señora que se comió a Eva y está con AMLO, podría negarlo como Pedro a yisus porque estaba más tripona y casi ni me parezco.

Pero después de que me caía tan bien, porque neta me caía bien el men, poco a poco fue cayendo de mi gracia (hagan de cuenta lo que le pasa a la gente conmigo, les caigo bien y cuando me conocen poquito me quieren sacar de sus vidas jaja).

Bueno pero en mi defensa diré que en mi caso específico la gente es sabia, pero creo que con AMLO ha pasado algo raro, de pronto mucha gente estaba emocionada porque después de 18 años lo logró, llegó al poder y ¡pum! valió vergas (quizá no para todos, pero para muchos sí).

Es que es imposible que no se transforme en un tabasqueño caigordo. ¿O no? A mí en lo personal me pasó que me cansó irlo viendo cómo se transformaba en lo que tanto criticó, osea: ¿Se acuerdan que decía que Pena Nieto logró ganar la presidencia gracias a la tele, refiriéndose a la telenovela que formaron?

¡Pos ándele! Se me afigura que las mañaneras son justo eso, una onda televisiva en la que él es la estrella y que más que informar sirve para hacerse promoción de sus ocurrencias, esto lo pienso luego de ver sus respuestas burlonas a preguntas serias, sus vetos a ciertos medios, sus justificaciones a las problemáticas que él prometió resolver en sus 18 años de campaña.

En fin, todo eso y muchas cosas más que me hacen pensar en la incongruencia de sus palabras, promesas y acciones; de pronto me parece que lo tanto criticó es aquello en lo que se está convirtiendo.

En fin, de aquí al 2024 tendré harto tiempo para dejar de sentir repudio hacia el presidente, aunque no creo que le importe mucho.

Por lo pronto y lo más importante es que quizá yo haga como que este año no pasó, engordo lo poco que había rebajado y el próximo año bajo de peso ya. Si no me deja de caer gordo AMLO mínimo me caerá gordo estando yo flaca.