El Banco de México fue fundado por decreto como sociedad anónima el 25 de agosto de 1925 por el presidente Plutarco Elías Calles, iniciando operaciones el primero de septiembre del mismo año.
En el año 1993, el presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari, decide darle su autonomía, por lo que a partir del primero de abril de 1994 el Banco de México es un organismo autónomo de acuerdo al artículo 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que en su párrafo sexto dispone lo siguiente:
“El Estado tendrá un banco central que será autónomo en el ejercicio de sus funciones y en su administración. Su objetivo prioritario será procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional, fortaleciendo con ello la rectoría del desarrollo nacional que corresponde al Estado. Ninguna autoridad podrá ordenar al banco conceder financiamiento…”.
El párrafo séptimo del artículo 28 constitucional prevé que la conducción del Banco de México estará a cargo de personas que serán designadas por el presidente de la República con la aprobación de la Cámara de Senadores o de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión.
Asimismo, se derogó la Ley Orgánica del Banco de México y el 23 de diciembre de 1993 se publicó la Ley del Banco de México, transformando a dicha institución en organismo autónomo. Además del objetivo ya mencionado, son también finalidades del Banco promover el sano desarrollo del sistema financiero y propiciar el buen funcionamiento de los sistemas de pagos.
La Ley del Banco de México señala que su Junta de Gobierno estará integrada por cinco miembros, el Ejecutivo Federal designa al Gobernador del Banco, quien preside la Junta de Gobierno, los demás integrantes se denominan subgobernadores.
El período de servicio del Gobernador dura seis años, iniciando en la mitad de un período gubernamental y concluye en los primeros tres años del siguiente. Los períodos de servicio de los subgobernadores son de ocho años y su reemplazo está alternado cada dos años, pero no pueden ser destituidos de su cargo discrecionalmente.
Desde que entró en vigor la autonomía del Banco, la transparencia y la rendición de cuentas han sido prácticas que han permitido consolidar la credibilidad y mejorar la eficacia y el impacto de las políticas de dicho organismo. Además de la apertura informativa y de transparencia al público, existe una puntual rendición de cuentas de la institución con el Congreso.
En su primer discurso a la nación, que ofreció el Zócalo, Andrés Manuel López Obrador se comprometió a respetar la autonomía del Banco de México (Banxico) y de sus políticas para evitar que haya inflación o devaluaciones.
El Coordinador de Morena en el Senado, Ricardo Monreal Ávila, propuso una reforma a la Ley de Banxico, la cual desató críticas del propio Banxico, al considerar que con esa reforma se abre la posibilidad de lavado de dinero, a la vez que podría derivar en que autoridades extranjeras restrinjan operaciones con las instituciones financieras mexicanas.
Con el fin de analizar mejor la dictaminación de la reforma a la Ley de Banxico, se pospuso para febrero de 2021. Derivado de dicha propuesta, AMLO cambió la postura adoptada en su primer discurso subrayando que “hay que respetar la autonomía de Banxico, pero sin exagerar”.
Cabe recordar que en la década de los 80 México alcanzó los niveles más altos de inflación, alrededor del 70% anual promedio. México contrató deuda externa para contrarrestar el déficit de pagos que había venido arrastrando desde los años 70, la deuda se fue incrementando y México no pudo superar esa situación deficitaria en la década de los 80. El banco central servía de forma discrecional como prestamista del Estado, poniendo en riesgo la estabilidad económica.
A partir de la autonomía de Banxico se legitima la estabilidad nacional de precios, manteniendo niveles bajos de inflación, para lo cual regula el dinero en circulación, el tipo de cambio, la compra y venta de divisas, así como una tasa de interés de referencia para el sistema crediticio mexicano.
El Banco de México es una de las instituciones de mayor prestigio internacional y el órgano regulador más importante del país, nos proporciona de manera eficiente monedas y billetes seguros y confiables. Con su política monetaria contribuye a preservar la estabilidad macroeconómica, fortalecer el crecimiento y darle fortaleza y solidez al sistema bancaria, de ahí la importancia de ser un órgano autónomo.
Hoy el populismo atenta contra la autonomía del Banco de México y amenaza con desaparecer otros organismos autónomos. La autonomía de Banxico debe respetarse para impedir que los gobiernos financien su déficit presupuestal con emisión monetaria y generar altas inflaciones y devaluaciones. Si se aprueba la propuesta a la reforma a la Ley de Banxico, provocaría una desestabilización del sistema financiero mexicano.
Efectivamente, quitar la Autonomía al Banco de México, es amenazar la estabilidad macroeconómica del país, la estabilidad de precios. Además que el desempeño del Banco de México ha sido ejemplar, ha cumplido con todas la expectativas del organismo y ha contribuido al control de precios.
Otros organismos amenazados que son claves e importantes son el INE y el INEGI. Cada uno de ellos ha cumplido a cabalidad su función.