Luna Nueva: Vialidades… chicas ¿y grandes?

Cuando los primeros pobladores de Zacatecas capital diseñaron las calles que ahora son el Centro Histórico y las calles aledañas, segura estoy que jamás imaginaron que unos siglos más tarde serían ampliamente transitadas por todo tipo y tamaño de vehículos y mucha más gente de la que vieron.

Las calles donde se construyeron las casonas de la gente pudiente de la época eran anchas, con el suficiente espacio para que los carruajes transitaran sin dificultad, viene a mi mente Santo Domingo, por ejemplo… y tal vez otras no tan anchas, pero sí con las dimensiones necesarias para que los medios de transporte de entonces (tal vez carretas y carretones o bien caballos, mulas y burros) como el viejo barrio La Pinta, los encrucijados callejones que circundan la Catedral Basílica y hasta la céntrica calle Rayón.

Con el paso del tiempo cambiaron las necesidades, las costumbres, las modas y los vehículos y en el Zacatecas contemporáneo encontramos algunas dificultades que nuestros antecesores no tuvieron, por ejemplo, la falta de espacio para estacionamiento en las calles de la ciudad capital o bien la seguridad para conducir un auto por los callejones al pie de La Bufa.

Si el conductor de un pequeño auto familiar verdaderamente debe tener pericia para conducir en esos empinados y angostos callejones ¡imagine a los operadores de los camiones expendedores de refrescos, gas, mudanzas y hasta de seguridad pública y bomberos!

Quien haya conducido alguna vez por esos intrincados callejones sabrán que no es nada sencillo y que los operadores de camiones expendedores son dueños de una pericia envidiable.

Pues buen, si bien es cierto que los antiguos zacatecanos no imaginaron la magnitud del cambio desde su época a la nuestra, en la actualidad nos hemos adecuado a esos espacios, más porque no hay de otra que por conciencia, civilidad o respeto.

No pocas veces he sido testigo de conductores que no sólo no respetan las situaciones obvias e invaden banquetas o se estacionan en sitios desde los que obstruyen toda visibilidad para otros conductores (como el caso de los que se estacionan atrás de los camiones urbanos, casi frente al Triángulo, en el boulevard, un verdadero peligro, y los de Seguridad Vial frente a los camiones ni por enterados se dan.

O los que ocupan dos cajones de estacionamiento o se paran en doble fila (avenidas López Velarde, Hidalgo… en Zacatecas capital, porque no hay donde pararse.

Guadalupe es otra historia, porque es más joven que Zacatecas, al menos las calles que están fuera del primer cuadro. El contraste es notorio, de origen las vialidades eran anchas, con suficiente espacio para circular con cierta comodidad.

Pero… no sé cuál es el afán de las autoridades por reducir ese espacio para que todos batallen, incluidos camiones urbanos y de reparto.

Es comprensible que las calles del Centro Histórico sean angostas y no cumplan con normatividades para la libre y “holgada” circulación vehicular, se hicieron acorde a la época, pero ¿por qué darles en la torre a las vialidades que fueron creadas amplias?

Perdónenme, pero he creído en mi limitada capacidad política, de administración pública e ingeniería vial, que lo hacen para justificar alguno que otro desvío de recursos.

Basten dos ejemplos: la calle González Ortega, esa, la del Seminario, y la adyacente que viene del jardín principal, esas calles eran amplias y cómodas para manejar, con lugares para estacionamiento en ambos lados, igual está la Heroico Colegio Militar.

La primera la limitaron con sendos obstáculos que para que circulen los ciclistas, ¡nunca he visto a alguien en bicicleta ir por ese camino hecho para ellos; la segunda, la Colegio, fue achicada haciendo más amplias las banquetas, con el recorte obvio de cajones para estacionamiento, ¡cómo si abundaran!

El colmo, considero, es la vialidad Arroyo de la Plata, esa en la que los domingos se pone el tianguis. No sé si estén de acuerdo, pero los que manejamos vemos como si fuera un campo de obstáculos circular por ahí con tanta glorieta y con tanto barrote enorme.

No sólo nos robaron espacios para estacionamiento, sino también nos hicieron mucho más angosto el arroyo vehicular y de pilón con topes o reductores de velocidad que parecen el monte Everest.

No sé si atrás de esas obras haya perversas intenciones o simplemente no saben lo que están haciendo… mientras el ciudadano común tenemos que “apechugar”.

1 comentario en “Luna Nueva: Vialidades… chicas ¿y grandes?”

  1. Generalmente todo recae en malas planeasiones, venta de proyectos a constructoras donde se cobran cifras exorbitantes y por otro lado la mala educación vial de la ciudadanía.
    Tan bellos esos tiempos de antes. Pero bueno vivimos en tiempos modernos»

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