La crisis económica que viene

El pasado jueves por la noche, analistas económicos ya advertían que sería un “viernes negro”, y no precisamente por los remates del Día de Acción de Gracias en Estados Unidos.

Para entonces surgían las primeras noticias sobre una variante del COVID-19 en Sudáfrica, la Ómicron, presuntamente más contagiosa que su variante Delta. Esto se tradujo en una caída en el mercado de valores de todo el mundo, pero afectó principalmente a Sudáfrica y, en segundo lugar, a México, cuya moneda el viernes 26 de noviembre tuvo una depreciación superior a los 2 pesos.

También las estadísticas del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) del INEGI dieron cuenta de una inflación del 7.05% para la primera quincena de noviembre, el valor más alto en los últimos 20 años, aunque por ciudad, Fresnillo tuvo una inflación del 8.9%, la más alta en todo el país.

A esta situación también contribuyó la caída del Producto Interno Bruto en 0.4% al tercer trimestre del año, según cifras del INEGI, aunado a una caída del 1.23% en agosto y 0.43% en el Indicador Global de la Actividad Económica, lo que sin duda influyó en las bolsas de valores.

Aunado a otro tipo de factores macro y microeconómicos, al menos en el corto plazo no pinta un buen panorama para la economía mexicana y en lo inmediato dependemos de las decisiones que tome el Banco de México (BANXICO) para reducir el factor inflacionario, que hoy se traduce en un incremento en el precio de los productos de la canasta básica, aunque todo está conectado de manera directa o indirecta.

Difícilmente la situación se resolverá con un incremento en el salario mínimo para el próximo año, mucho menos por 30 pesos como propone la COPARMEX. La situación parece más compleja si consideramos que en una economía global, hay actividades económicas que también están sujetas a los precios del valor de los metales y las exportaciones, como el sector de la construcción.

Para explicarlo con peras y manzanas: una obra que hace un mes hubiera costado 1 millón de pesos, hoy habría incrementado su costo porque subió el precio de los materiales de construcción como el acero o el aluminio (por poner un ejemplo). Si a ello le agregamos que gran parte de la obra pública se licita y ejecuta en el último trimestre del año, es posible que se haga menos con el mismo recurso por el aumento en los insumos.

Esto repercutirá en menor inversión pública, lo que a su vez se traducirá en menor contratación de mano de obra, menor derrama económica para la cadena de proveeduría y para las otras actividades económicas que se benefician de la construcción, como el transporte, la producción y venta de alimentos y bebidas, hospedaje, entre muchos otros.

Pero a mediano y largo plazo, esto también repercutirá en el Producto Interno Bruto de las entidades federativas, pues al haber menor producción, se reduce la aportación al PIB nacional y eso se traduce en menores participaciones de la federación hacia los estados.

Reforzar la política de desarrollo social a través de transferencias de recursos como los Programas para el Bienestar puede ser una buena medida para abatir las carencias en los hogares; sin embargo, de no atender los factores macro y microeconómicos, esa pensión para adultos mayores no alcanzará para la canasta básica de alimentos, como hasta la fecha.

Recordemos que el dinero “regalado” a los hogares no produce valor a la economía y paga muchos menos impuestos que cualquier unidad económica, del tamaño que sea. Si a ello le agregamos el impacto de la nueva variante del COVID-19, el 2022 no pinta para ser un buen año, al menos en el primer trimestre.

A todo lo anterior hay que agregar que por factores estacionales, puede haber aumento en las cifras de desempleo o incremento en la informalidad laboral, aunado a la cuesta de enero, que siempre representa un duro golpe a la economía familiar, mucho más cuando hay nuevas cargas impositivas (como el cambio de placas en Zacatecas) o no hay variación en los subsidios y estímulos fiscales.

¿En Zacatecas estamos preparados para otro impacto a la economía?

1 comentario en “La crisis económica que viene”

Los comentarios están cerrados.