¿Usted es consciente de lo afortunado que es si tiene empleo? Más aún, si tiene empleo con prestaciones y un salario más allá del mínimo y trabaja en un lugar limpio y cómodo.
La verdad es que muy pocas veces nos detenemos a observar lo que tenemos, lo que hacemos y cómo lo hacemos. Llegué a esa conclusión ayer, cuando una empleada del IMSS le pedía a mi hija el minuto exacto de la hora de cuando sufrió un accidente de trabajo.
Evidentemente ella no sabía la respuesta que esperaba la trabajadora del IMSS, pues regularmente uno no va pendiente del reloj minuto a minuto para anotar cada cosa que hacemos y, por otra parte, uno nunca espera sufrir un accidente, para estar pendiente de la hora.
La joven mujer fue tajante: “si no me da la hora y el minuto exacto, me regresarán el papel y yo no lo volveré a hacer porque yo no di los datos mal”.
En otros tiempos yo no tenía tan controlado mi temperamento y no hubiera dudado, es más, ni siquiera hubiera pensado en hacerlo, sino que hubiera dado rienda abierta al impuso de reclamar incluso de manera violenta, pues el estrés natural generado al ver a un ser querido aquejado por el dolor, la espera de más de tres horas en la sala de espera y un mundo de pendientes que giraban en mi cabeza hubieran sido mi justificación.
Sin embargo, tras cruzar algunas miradas, mi hija finalmente respondió lo que ella creyó que era correcto, la hora y minuto exacto del momento en que ocurrió su percance en su área y horario laboral.
Si la respuesta de mi hija no fue precisa… ¿quién hará otra vez el documento? ¿No es verdad que ella recibe un salario por hacer el trámite una, dos, tres o las veces que sean necesarias?
Muchas veces vamos por la vida quejándonos por todo lo que nos falta, por todo lo que deseamos y no tenemos, ¿cuántas personas estarían dispuestas a hacer el trabajo de esa mujer sin importar que debiera repetir más de dos veces un documento?
Aunque las cifras oficiales indican que el desempleo disminuyó este año, respecto al año pasado, cuando debido a la pandemia del COVID-19 se perdieron cientos de plazas laborales, estoy segura que hay muchos profesionistas o personas con verdadero espíritu de servicio que están desocupados, aunque por mucho pudieran hacer un mejor trabajo que muchos que sí tienen trabajo.
Según información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), durante el último año disminuyó la tasa de desempleo en Zacatecas 2.2% y la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo indica que el desempleo en el estado fue menor que la media nacional. Sigo pensando que hay mucha gente que todos los días carga una losa en la espalda por la preocupación de no tener la seguridad que llevará el sustento a su casa.
Tampoco evito pensar en todas las personas que la están pasando mal por el temor de perder el empleo con el cambio de gobierno, que soportan malos tratos, humillaciones públicas, acoso laboral y violencia.
Desconozco el por qué de la reacción de la empleada del IMSS, pero concluyo que no le gusta su trabajo y si no le gusta, siempre estará malhumorada, tratará mal a los derechohabientes y cometerá muchos errores que la pondrán otra vez de mal humor.
La solución es simple, desde mi punto de vista: si no te gusta donde estas ¡muévete! Sí, si no te gusta tu trabajo, cambia de empleo o bien, más sencillo aún, cambia de actitud, casi estoy segura de que con ese pequeño cambio, al ser amable, poner atención a lo que se hace, al ser empático poniéndose en el lugar de los demás, las cosas cambiarán para todos.
En el caso que comento, la mujer atrás de la ventanilla tendría el agradecimiento de los derechohabientes o al menos no se le haría tan pesado su trabajo y no habría nada negativo de qué hablar de esa noble institución, cuya labor es muy benéfica para la clase trabajadora de este país.
Ahora, mi única preocupación es saber si mi hija le atinó al minuto exacto de cuando cargó esa bendita caja que le causó una lesión en las lumbares…