Los impuestos surgen como una necesidad y decisión de la sociedad organizada. El cobro de los tributos era tan importante para los aztecas que se organizaron para facilitar su recaudación. A los primeros recaudadores los nombraban “calpixquis”.
El cobro de impuestos es muy antiguo, las primeras leyes tributarias se presentaron en Egipto, China y Mesopotamia. El imperio romano cobraba tributos a sus colonias, también cobraban derechos de aduana de importación y exportación llamados “portoria”. César Augusto fue considerado como el más brillante estratega fiscal del Imperio Romano.
En la Biblia, Mateo es citado en los Evangelios (Mateo 9,9; Marcos 2,14 y Lucas 5,27-29) como Leví, hijo de Alfeo o Cleofás, publicano y recaudador de impuestos en Cafarnaúm; el diezmo y la primicia formaban parte de los impuestos de la iglesia. Gracias a ellos acumularon grandes riquezas con las que atendían obras de construcción, beneficencia, educación y arte.
En el México prehispánico, antes de la existencia del sistema monetario, la gente comerciaba gracias a la permuta o trueque directo de bienes y servicios, es decir, en lugar de pagar con dinero, intercambiaban productos o servicios, intercambiaban cacao por alguna herramienta o un agricultor intercambiaba trigo con un zapatero por un par de zapatos.
En tiempos de la Colonia, en México ya existía un sistema recaudatorio. En la Recopilación de Leyes de los Reinos de Indias de 1680 se señalaba que “el derecho de Alcabala pertenece al rey y se manda cobrar en las indias”, La Alcabala (equivalente al IVA), fue uno de los impuestos que generó más ganancias a la corona.
También se pagaba un impuesto por el paso de las mercancías de un lugar a otro. Posteriormente, se cobraba un derecho por transitar por algunos caminos, denominado impuesto de peaje. Se creó el diezmo minero, en el que los indígenas pagaban trabajando en minas, haciendas y granjas y los aprovechamientos de las minas pertenecían al Estado.
En esa época se cobraban algunos impuestos extraordinarios y de manera arbitraria, por ejemplo, se cobró por construir un gran muro en el puerto de Veracruz; se gravaban los vinos y el aguardiente, en la actualidad este impuesto es el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) y grava una mayor cantidad de productos. Para 1810 se crea una tarifa especial denominada arancel, que es el cobro de importación.
En tiempos de Porfirio Díaz, quien se mantuvo durante 31 años en el poder, el gobierno federal centralizó el poder, y aunque se recaudaron muchos impuestos, se gastó un monto superior al recaudado, lo cual generó deuda externa.
Después de la salida de Porfirio Díaz, en los siguientes 18 años se implementaron una serie de impuestos: por consumo de luz, teléfono, anuncios, por uso de ferrocarril, y se incrementaron los del impuesto sobre la renta, consumo de gasolina y de algunos artículos nocivos para la salud. Esto permitió algunos beneficios sociales.
Siendo presidente el General Guadalupe Victoria, en 1824, se creó la Contaduría Mayor de Hacienda, integrada por Hacienda y por Crédito Público. La sección de Crédito Público debía comprobar el estado de la deuda nacional, las sumas autorizadas y los intereses cubiertos.
Pasado un año de la Independencia Nacional, en 1845, se creó la Ley de impuestos y distribución de gastos públicos. Cien años después en 1945, se crea el Impuesto a las Ganancias Excesivas y por primera vez se define el impuesto a la Renta Global, actualmente Impuesto sobre la Renta.
Para 1980 entró en vigor el Impuesto sobre Producción y Servicios (IEPS), el cual es un impuesto que se paga por la producción, venta o importación de gasolina, Diesel, alcoholes, cerveza, tabaco, plaguicidas, alimentos de alto contenido calórico, entre otros. Este impuesto no lo pagan los contribuyentes, sino sus clientes.
El julio de 1997 inicia funciones el Servicio de Administración Tributaria cuya responsabilidad es aplicar la legislación fiscal y aduanera con el fin de facilitar el comercio exterior y promover el cumplimiento voluntario de las obligaciones de los contribuyentes.
En el año 2005 se introdujo el Impuesto sobre automóviles nuevos (ISAN); en enero de 2008 se crearon dos nuevos impuestos: en enero entró en vigor el impuesto empresarial a tasa única (IETU), sin embargo, al no recaudar lo que se esperaba, fue abrogado en 2013; a partir de julio de 2008 entró en vigor el impuesto a los depósitos en efectivo (IDE).
Con esto podemos darnos cuenta que cada nueva administración crea un nuevo impuesto o en su defecto aumenta el valor de los existentes, mientras tanto los que más tienen se han visto beneficiados con condonaciones o hay evasión fiscal, mientras siguen sangrando a los que menos tienen.
Me surgen muchas dudas respecto al incremento en los impuestos y al uso que se da a esos recursos. En lugar de sangrar con altas tasas impositivas a los contribuyentes de menores recursos, el gobierno debería mejorar la administración tributaria y procurar que se incremente el número de personas que trabajen en la economía formal, así como combatir la evasión de los grandes contribuyentes, para satisfacer con estos recursos en obras y servicios prioritarios.
Excelente información, es bueno conocer los inicios
Con el actual gobierno se está trabajando en eso, en combatir la evasión del pago de impuestos
Hay que vigilar que sean utilizados en obras y servicios prioritarios.
Haber si entendemos…