Ay, amigos, aquí donde me ven bien hermosa, sensual e inteligente, una vez me casé y fue el más grande error que he cometido en mi vida, quizá si hubiera sido con alguien más la cagada se hubiera sentido poquito menos apestosa, pero honestly sí la hice en grande; pero bueno, no vamos a mortificarnos con mis errores del pasado, concentrémonos en los errores del futuro.
(Inserte aquí imaginariamente un emoji de monilla con ojitos de corazón)
Pues fíjense que me emocioné bien perrón el martes por aquello de que los diputados locales, de la presente Legislatura, aprobaron (finalmente) los matrimonios igualitarios impidiendo que se volviera realidad mi pesadilla de que fuera Zacatecas el último de los estados del país en aprobar la reforma al Código Familiar.
La verdad mucha pipol celebró la aprobación, y amo pensar que muchos de los que “lucharon” por este DERECHO HUMANO ni de pedo han pensado en casarse y quizá nunca lo hagan, o sí, pero ese tipo de luchas es súper loable porque buscas el respeto a la decisión de otros. El chiste aquí es que muchos zacatecanos estuvieron muy felices por la aprobación y muchos otros estaban muy molestos, como era de esperarse.
Más por “JOVI” (sí, así se escribe) que por chamba, desde hace un buen ratote de mi vida me chuto las sesiones de los Dipus nada más para burlarme de las tarugadas que dicen, no, perdón, quiero decir: “para escuchar sus propuestas”, y en esta Legislatura me había topado con sorpresas muy gratas (de repente) algo así como diputados con interés de debatir, de entrar en “discusión” con aquellos que son del bloque “oficial” (siempre hay bloques a los que les podemos decir oficiales, tampoco es como que ahora que está MORENA se hicieron unos de un lado y otros de otro) el pedo es que me gustaba, en ocasiones daban mucho material para que reírse o para pensar (al menos yo sí pensaba mucho en la bola de mensos que nos representan, pero bueno, esa es otra historia).
Lo terrible es que un tema tan “en boga” como el de los matrimonios igualitarios sirvió para que los diputados del bloque opositor al “more” (no todos) mostraran realmente de qué están hechos, básicamente sirvió para que enseñaran el cobre y pusieran en evidencia su ignorancia y cerrazón de mente.
La diputada Refugio Ávalos fue una de las que más me desagradó, no me sorprendió, me repugnó porque irremediablemente pienso que algún día mi hija o algún niño podría toparse con una persona que sea su maestra y tenga miedo de no saber enseñar un tema que es el resultado de cambios culturales que van iniciando.
Ojalá algún día ella comprenda que para enseñar hay que estarse actualizando y aprender “de nuestros niños”, comprender que si mi mente es retrógrada puedo seguir así si lo deseo, pero no debo reproducir con mi enseñanza mis pensamientos heteronormativos y reconocer públicamente que mi compromiso con la enseñanza se limita a los temas en los que me siento cómoda y con los que estoy a favor y menos sembrar tarugadas en chamaquitos.
Con todo respeto (y temor) a su fuero. ¡No mame, diputada!
De los 10 diputados que votaron contra de la reforma al Código familiar (Karla Valdez, José Guadalupe Correa, María del Mar de Ávila, Herminio Briones Oliva, Gabriela Basurto, María Elena Rodríguez Camarillo, Manuel Gallardo Sandoval, José Juan Estrada, Jehú Salas Dávila, Refugio Ávalos Márquez) en serio los que más me sorprendieron fueron Guadalupe Correa, Gabriela Basurto y obviooo Refugio, porque creo que a ellos sí deberíamos explicarles que hay ocasiones en que el silencio puede llegar a ser su mejor aliado y esta era una de esas ocasiones.
De los panistas, no me sorprende, finalmente ya sabemos que ellos tienen sus ideas y (neta) a veces creo que ni las comparten, pero las siguen por compromiso, pero eso es lo que yo pienso y como yo sí doy el consejo, pero no me quedo sin él, mejor me callo en ese tema.
Me siento emocionada por la aprobación, no es que me importe mucho, no es un derecho que me interese ejercer y no lo haré, (no porque no quiera, si no porque nadie me pela en el universo, pero para no verme tan perdedora diré que es porque no creo en el matrimonio, ni en Juan Dieguito).
Lo chingón de no creer en Juanito Dieguito es que me vale tres pliegos de papel de china lo que opine el obispo y sus secuaces…
Pero sí me anduvo encantando un nota que leí en la que dicen que el obis se aventó una bien chida que versa más o menos así: “da tristeza y es una señal de que Dios estorba y que nosotros somos los dioses ahora y queremos crear a voluntad”; y en mi caso personal, a mí no me estorba Dios, al contrario, lo amo y cada día veo su grandeza y la confirmo sólo con despertar y luego con ser testigo de la vida de mi jefecita y de mi hija, incluso en la propia muerte de mi carnal veo su grandeza y reafirmo mi amor por Dios…
Los que sí me estorban son los fanáticos culeros que en su nombre van chingando al prójimo, esos sí me estorban, pero pos también son hijos de Dios, así que aunque no quieran, son mis hermanos… ¿Ya qué? Se me hace que Diosito los castigó y por eso les salió una como yo en su familia, así lenchita, borracha y pedera.
Y pues ya con esta me despido, nos leemos el próximo año. En sus deseos de findeaño pídanle a la vida que me caiga un alguito pa ver si este año sí salgo.
Cámara y Felices fiestas.