¿Los programas sociales son condicionados?

La pobreza en México es un tema prioritario que se debe atender para reducir las brechas de desigualdad. El diseño de la política social encaminada a mejorar las condiciones de bienestar de la población vulnerable, en pobreza y extrema pobreza ha sido preocupación de los gobiernos, pero a la vez la mayoría de los programas se han caracterizado por ser transferencias condicionadas.

Los programas sociales implementados durante décadas para combatir la pobreza no han sido eficientes ni eficaces, ya que no han cumplido con las metas que se han propuesto y muchas veces es mayor el gasto en la operación de los programas que lo ejercido en los mismos.

De ahí que en el año 2004 se creó el Sistema de Monitoreo y Evaluación en México, y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) como la instancia que tiene las atribuciones de medir la pobreza y evaluar la política de desarrollo social.

Haremos un breve recuento de las instancias y principales programas implementados en los últimos sexenios. Todos quieren poner su sello, por lo tanto, cambian el nombre de la dependencia o de los programas, aunque sean los mismos. En el discurso de la política social se dice que se trata de eliminar o erradicar la pobreza, pero en la realidad vemos que tratan de preservarla.

En diciembre de 1988, a pocos días de haber asumido la presidencia de la República, Carlos Salinas de Gortari creó el Programa Nacional de Solidaridad (PRONASOL), con el objetivo de combatir la pobreza extrema. En 1992 a través de la reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, se convirtió en la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL).

En 1997 el entonces presidente Ernesto Zedillo Ponce de León creó el Programa de Educación, Salud y Alimentación-Progresa, que representó una nueva política social, cuyo objetivo era apoyar a las familias que viven en condición de pobreza extrema con el fin de potenciar las capacidades de sus miembros y ampliar sus oportunidades para alcanzar mejores niveles de bienestar.

Por medio de transferencias económicas intentó disminuir la pobreza, así como la creación de capital humano para la inserción de la población desempleada en el mercado laboral. Se desarrolló un proceso de focalización a las familias menos favorecidas y se integró por primera vez un padrón único de beneficiarios, facilitando la transparencia.

En marzo de 2002, para diferenciarse del anterior gobierno, Vicente Fox cambió el nombre de la política social de Zedillo por el Programa Oportunidades, este programa apoyaba a las familias que vivían en situación de pobreza a mejorar sus capacidades de alimentación, salud y educación, otorgando recursos económicos y servicios.

El programa Oportunidades trataba de “potenciar las capacidades de las familias en condiciones de pobreza, para que alcanzaran una mejor calidad de vida” y aunque incluía entre sus beneficiarios a familias pobres de las zonas urbanas, la estrategia de mitigación de la pobreza no mostró avances significativos.

En 2008 el expresidente Felipe Calderón presentó su plan para atender las necesidades de los mexicanos en extrema pobreza conocida como “Vivir Mejor”, bajo el lema “Mejor alimentación, educación, salud de calidad, vivienda digna, capacitación para el trabajo y servicios básicos para todos”.

El expresidente Enrique Peña Nieto estableció en enero de 2013 mediante decreto la estrategia insignia de su administración (2013-2018) “Cruzada Nacional Contra el Hambre” (CNcH), estableciendo el Sistema Nacional para la Cruzada Contra el Hambre, para mejorar las condiciones de vida de millones de mexicanos abatiendo la carencia por acceso a la alimentación de la población en pobreza extrema alimentaria.

De acuerdo con un reporte de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), la Cruzada Nacional Contra el Hambre, operado por la SEDESOL, no cumplió con la meta de sacar a 7.01 millones de mexicanas y mexicanos que en el año 2012 se encontraban en esta condición.

Entre las reformas a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal de la actual administración federal (2018-2024) se encuentra la referente al cambio de nombre de la Secretaría de Desarrollo Social a Secretaría de Bienestar, orientada a intensificar la política social, para atender de manera eficaz y eficiente las condiciones de pobreza de las diversas regiones del país.

Forman parte del discurso de Andrés Manuel López Obrador, actual presidente de México, frases que lo hacen ver como alguien que desea la igualdad, tales como: “por el bien de todos, primero los pobres”; “No puede haber gobierno rico con pueblo pobre”; “Escucharemos, atenderemos y respetaremos a todos, pero daremos preferencia a los más humildes y a los olvidados”.

En enero de 2020 desapareció el Seguro Popular, el cual fue reemplazado por el Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (INSABI) sin una estrategia clara. Aumentó la población afiliada a alguna institución de salud, pero no se ha reflejado en una mayor tasa de atención, ya que aumenta la afiliación, pero no el presupuesto para atenderla.

Con la creación del INSABI se eliminaron tres programas presupuestarios y el inicio del programa Medicamentos gratuitos. El presupuesto ha sido menor que cuando era Seguro Popular, por lo cual no es suficiente para atender a toda la población sin seguridad social.

Es necesario focalizar y priorizar los apoyos hacia la población en condiciones de marginación, con mayores carencias, en extrema pobreza. Es preciso monitorear los programas, promover y fortalecer la transparencia y rendición de cuentas, con el fin de realizar mejoras de manera oportuna a la política social.