“Todo lo que se hace por amor, se hace más allá del bien y del mal”
Nietzsche
Hoy celebramos una de las fechas más populares en el mundo, San Valentín, día del amor y la amistad. Millones de personas en el planeta celebran de manera rosa y pasional dos de los sentimientos más nobles de los seres humanos. Con chocolates, tarjetas, abrazo, dulces, flores, peluches, etc., se demuestra el sentimiento y afecto de una persona por la otra.
Las parejas encuentran en esta fecha el motivo para demostrar de manera más evidente el amor y el compromiso que se dicen tener, los hoteles son muy recurridos y los restaurantes y cafés se llenan de clientes, se celebran matrimonios colectivos o renovación de votos matrimoniales.
Si bien la mercadotecnia ha hecho lo suyo llevándola a una fecha más donde el consumismo se dispara y muchos caen en el compromiso de seguir la pauta social que se marca, y el amor y la amistad podemos demostrarlos cualquier día del año, no viene mal celebrar estos sentimientos en un mundo tan caótico en medio de una pandemia y a punto de una guerra.
Y bueno, esta celebración se remonta a la fiesta romana de las Lupercales, llevada a cabo en honor de la loba luperca, quien según el mito romano, amamantó a Rómulo y Remo, sus fundadores. Se celebraba del 13 al 15 de febrero, tenía características que en la era cristiana se dividieron entre el Carnaval y San Valentín. Sus orígenes y propósito están relacionados con la fecundidad de las mujeres y la naturaleza.
Después la Iglesia católica intentó cristianizar y contener esos excesos, ya que es una fiesta caracterizada por la desinhibición de quienes la celebraban.
Las primeras noticias de San Valentín de Roma datan de 496, cuando el Papa Gelasio establece su veneración todos los 14 de febrero, sin bien indicando que el santo se incluye entre aquellos “cuyos nombres son justamente venerados entre los hombres, pero cuyos actos son conocidos solo por Dios”.
No es hasta el siglo XIV cuando nace la leyenda de que Valentín fue ejecutado por casar en secreto a soldados romanos con sus novias, violando así una supuesta prohibición en ese sentido dictada por Gótico, con la que pretendía evitar que los militares abandonaran el ejército mientras fueran jóvenes.
Se registra que el primer día de San Valentín fue celebrado el 14 de febrero del año 494, sin embargo, en la Iglesia católica, al reconocer que carecía de pruebas de la existencia de este personaje, el Papa Pablo IV dejó de celebrarlo y finalmente en 1965 durante el Concilio Vaticano II con Pablo VI se eliminó la fiesta del calendario litúrgico. Es decir, la Iglesia aceptó que la historia de San Valentín fue solo un bonito mito.
Y bueno, así termina este breve esbozo sobre lo que celebramos hoy, no olvidemos demostrar el cariño y afecto a quienes queremos o amamos, a aquellos que en los momentos complicados de la vida nos animan, acompañan y apoyan, y por qué no, demostrar amor a sí mismo, a todos mis amigos, amigas y amigues vaya un fuerte abrazo como a todos los lectores y lectoras.
