La semana pasada, el INEGI dio a conocer los resultados sobre la percepción de seguridad del último trimestre del año 2022, estos resultados indican que en el último año, la percepción de inseguridad se elevó en los habitantes de al menos ocho ciudades del país, entre ellos Zacatecas Capital y Fresnillo.
La Seguridad Ciudadana, como problemática nacional, ha pasado a ser un tema clave para la población, por ende, la falta de esta llega a afectar su calidad de vida, sobre todo en los habitantes del área urbana los cuales por experiencias anteriores, propias o de su entorno y la situación coyuntural crea sensaciones de inseguridad en las personas, a esta sensación la llamamos percepción de inseguridad.
Medir la percepción de inseguridad en una población es un tema complejo, ya que influyen muchas causas de distinta índole, tales como la ubicación espacial en la que se desenvuelve la población, su actividad económica, entre otras. La información que se genera con esta encuesta permite tener un panorama amplio de aspectos relacionados con la seguridad pública.
Además, se genera información que permite identificar los conflictos o enfrentamientos directos y conductas antisociales con familiares, vecinos, compañeros de trabajo o escuela, establecimientos o autoridades de gobierno, la percepción sobre el desempeño gubernamental, los principales problemas que enfrentan las personas en su ciudad y la efectividad de las autoridades para atenderlos, así como los hogares víctima u hogares con algún integrante víctima en cada ciudad de interés y las personas víctima de al menos un acto de corrupción por parte de autoridades de seguridad pública.
Asimismo, se producen estimaciones sobre formas de enterarse de la seguridad pública, violencia en el entorno familiar y finalmente se presentan datos sobre la frecuencia de movilidad.
La percepción no es la realidad, pero, ciertamente, la percepción puede volverse la realidad de una persona (hay una diferencia) porque la percepción tiene una fuerte influencia sobre cómo percibimos la realidad.
La seguridad es una preocupación fundamental para los ciudadanos y parte central de las políticas públicas de los Estados, pues afecta el desarrollo económico y social, a la vez que su gobernabilidad. Para mejorarla, no basta con implementar medidas que disminuyan la comisión de delitos. Los esfuerzos deben dirigirse a comprender qué factores inciden en la percepción de seguridad y a generar evidencia que nos permita abordar de forma efectiva la sensación de seguridad en la población dentro de sus territorios.
El desafío es grande. Hasta el momento, la literatura no ha logrado identificar los factores que inciden en esta brecha entre la seguridad real y la percibida. Intuimos que el miedo, la comprensión insuficiente de la realidad social y la falta de capital social son obstáculos para una mejora sustancial en la percepción de seguridad, porque esta es tan importante como la seguridad en sí misma.