Me parece increíble que toda una ciudad pague las consecuencias de una serie de omisiones burocráticas nunca antes vistas en la historia reciente de Zacatecas, es más creo que nunca se había visto, pero más increíble es que sólo de esa manera se tenga la atención de las autoridades, aunque no así la garantía de que se resuelva satisfactoriamente el conflicto que llevó a tomar como rehén el tiempo de cientos y me atrevería a decir miles de personas.
Recuerdo que cuando el otro Monreal –Ricardo– llegó a la gubernatura (1998-2004), entre sus sonados discursos prometió que acabaría con las manifestaciones callejeras, ofreció un gobierno de puertas abiertas para que cualquier conflicto, inconformidad, inquietud o reclamo se pudiera resolver mediante el diálogo y cumplió. Las manifestaciones no empañaron su mandato.
Previo al arribo de Ricardo Monreal al gobierno eran recurrentes las manifestaciones, si mal no recuerdo eran las de los sanmarqueños, de El Barzón y qué creen… también del magisterio, pero a él le tocó lidiar con los maestros del estado; fue entonces cuando tuvo la genial idea de “contentar” a los profes con el que –a la larga– resultó ser el tan dañino aguinaldo de 90 días, que aunque en el momento (y mientras no se notara el boquete presupuestal) terminó con las inconformidades de los docentes. Negoció.
No cabe duda que mucho tuvieron qué ver en el triunfo de David, la avasalladora aplanadora de la marca de la 4T y el buen recuerdo que se tenía del mayor de los Monreal (querámoslo o no, Ricardo manejó muy bien su imagen, le dieron resultado sus baños de pueblo, su cercanía con la gente y la relación estrecha con los medios de comunicación); generó pues, buenas expectativas para David el precedente que dejó su hermano y fue alentador el cambio de partido, pero creo que algo no salió bien.
Parece ser que nada tiene que ver un hermano con otro. David no le aprendió a Ricardo: no ha manejado bien su imagen, el pueblo no lo ama, está alejado de la gente y no deja que sus funcionarios hablen y no tiene buena relación con los medios, tal vez será porque se alineó fielmente a la 4T en la política de informar lo menos posible, imponer la voluntad del gobernante en turno y hacer oídos sordos al clamor general o no quiere hacer su chamba o no tiene capacidad o todas las opciones juntas.
Para el ciudadano de a pie, como usted y como yo, nos debería bastar con saber que tenemos un gobierno que marcha sin que nos demos cuenta, como casi siempre sucede, pues el ama de casa, el obrero, comerciante, burócrata, maestro o emprendedor independiente, casi nunca nos inmiscuimos en cosas de política, ni sabemos ni nos interesa. Sencillamente vivimos inmersos en nuestros propios mundos.
Nos enteramos que el gobierno no va bien cuando el dinero no nos alcanza, cuando la inseguridad es tema recurrente y –por supuesto– cuando hay tantas marchas y/o manifestaciones contra el gobierno, es cuando intuimos que seguramente algo está pasando, algo no se está haciendo o no se está haciendo bien, y las señales de alarma se encienden y no es para menos.
En menos de 15 días ya van dos grandes manifestaciones que impidieron el libre tránsito en el boulevard perjudicando prácticamente a toda la población de la capital y de Guadalupe.
Una manifestación fue para exigir respuestas ante el secuestro de Teo, un niño de 6 años que fue “robado” del frente de su casa en Chaparrosa, Villa de Cos; según sus familiares nadie les da información y entre el dolor, la angustia y la zozobra todo el pueblo se unió a ellos para exigir respuesta por el pequeño y más de mil 902 desaparecidos en Zacatecas; la otra fue porque desde agosto no les pagan a 369 maestros ¡federales!, cuando se supone que sus salarios y prestaciones no dependen del gobierno estatal entonces… ¿por qué les retienen tantas quincenas y prestaciones?
Esta situación no es el único “prietito” en el arroz en lo que respecta a la Secretaría de Educación de Zacatecas, pues apenas los maestros federales liberaron el boulevard, tras 10 horas de bloqueo, se anunció oootra manifestación contra la dependencia para el siguiente día, esta vez por profesores de telebachillerato, porque, entre otras cosas, les adeudan el pago de salarios y algunas prestaciones y no tienen seguridad laboral.
Una buena amiga contadora y abogada hacía un análisis “al vapor” sobre los salarios retenidos, me decía: “es que imagina, de que hay dinero hay, pero tenerlo en el banco a plazo, genera intereses, no es que quiera pensar mal, pero ‘jinetearse’ la quincena de 300 y pico de trabajadores seis meses, deja altos dividendos a costa del estrés, salud y tranquilidad de quienes no cobran a tiempo y sus familias”, y ahí se los dejo, para que hagan sus propias conjeturas…