La gran mayoría de las Leyes de Agua de los Estados no corresponden a la problemática y retos reales que se presentan en la materia de agua, la causa fundamental de tal situación es la indefinición del rol de los estados en la gestión de los recursos hídricos, lo cual ha propiciado que su objeto se restrinja a la regulación del sector público urbano, en especifico a la prestación del servicio de agua potable, alcantarillado y saneamiento.
En otras ocasiones se agrega a la regulación de las denominadas aguas de jurisdicción estatal, entendido como un tipo diferenciado de cuerpos de agua, complicando esto al intentar llevarse a la práctica.
La problemática y retos del sector hídrico son de una magnitud tan grande y de una variedad tan amplia que, por una parte, rebasan el ámbito de la prestación del servicio público del agua y, por otro lado, requiere de participación desde diversos ámbitos y gestión de múltiples actores para la prevención del problemas tales como la sobreexplotación o la contaminación de las aguas, y así poder controlar, regular y custodiar de forma eficiente los recursos hídricos.
Por lo anterior, con el esquema legal vigente, las autoridades a nivel estatal se encuentran en una situación compleja, ya que por prescripción constitucional la administración, uso, explotación y aprovechamiento de las aguas nacionales compete a la Federación, mientras que lo referente a la prestación del servicio público de agua potable, alcantarillado y saneamiento es competencia municipal, dejando que la legislación del agua a los estados tenga un objeto tan restringido y con facultades limitadas de las autoridades estatales.
Es importante coordinar esfuerzos, escuchar opiniones, propuestas y estrategias para poder fortalecer la legislación hídrica en el estado, por lo que el foro de consulta para trasformar la Ley que regula el uso del vital líquido en el estado es de un gran interés, ya que el «día cero» para el recurso agua en algunos lugares se tiene proyectado.
Si bien es importante la conservación de los cuerpos de agua, la extracción, distribución, cultura del cuidado del agua, tratamiento, reforestaciones para recargar los mantos acuíferos, lo más importante es realizar una legislación real, no ideal, por lo que la participación de todos los sectores es de vital importancia.
El país ya experimente los efectos negativos por la falta del agua, durante los últimos años las regiones centro y norte del país han vivido la escasez del agua debido al aumento de las sequias. De acuerdo con datos del Banco Mundial, en el país la disponibilidad promedio anual per cápita pasó de 10 mil metros cúbicos en 1960 a 4 mil en 2012, lo que demuestra la escasez que se está presentando en el país.
En México existen cuatro grupos consumidores de las concesiones de agua: el sector agropecuario obtiene el 76% del total de agua concesionada para riesgo de cultivos y ganadería. El abastecimiento público representa 15% del total concesionado y se distribuye a través de las redes de agua potable a domicilio, industria y a otros usuarios que estén conectados a dichas redes. Industria autoabastecida representa 5% del total concesionado e incluye a las empresas que toman agua directamente de los ríos, arroyos, lagos y acuíferos del país. Las centrales termoeléctricas representan 4% del agua concesionada.
Los recursos hídricos en México enfrentan distintos retos, que van desde lo superficial o subterráneo, así como del tipo de fenómenos climatológicos. El 60% del agua potable proviene de los cuerpos de agua superficiales; de los principales ríos, siete representan el 71% del agua superficial del país, distribuidos en la zona centro y sur del país, mientras que el 29% del agua superficial se ubica en la zona norte.
El principal problema de las aguas superficiales es la contaminación, en particular por las aguas residuales, ya sean domésticas, industriales, agrícolas o ganaderas, que en la mayoría de los casos son vertidas sin tratamiento previo y que contienen elementos y sustancias contaminantes disueltas.
Otro de los problemas en el país son los acuíferos que se encuentran en riesgo de sobreexplotación, esto afecta tanto el abasto humano como las actividades agropecuarias e industriales, al mismo tiempo eleva los costos de extracción del agua y ocasiona hundimiento en el terreno.
Asimismo, el 5% de los acuíferos tuvo problemas de salinización del suelo, proceso por el cual se incrementa la concentración de sales y minerales de las aguas subterráneas y deteriora sus parámetros de calidad; aunado a ello, el 3% de los acuíferos en México tienen problemas de intrusión marina, lo cual se da cuando el agua salada tierra adentro desplaza el agua dulce.
El país debe abordar la problemática del agua con datos y evidencia, es necesario mejorar el monitoreo del uso del agua, principalmente en el sector ganadero y agricultor, con el objetivo de contar con datos e indicadores que permitan una gestión más eficiente del agua en el país.
Es necesario desarrollar proyectos climáticos en el sector ganadero y agricultor a través, por ejemplo, de la compra venta de bonos de carbono o bien, financiamientos climáticos; y es fundamental desarrollar infraestructura para la gestión del agua, evaluar y actualizar la delimitación de los acuíferos en que se encuentra dividido el país con criterios geofísicos en vez de geopolíticos. Invertir en modernización y conservación de infraestructura, se necesita mejorar la infraestructura hídrica para una gestión más eficiente.