La mayor parte de nuestra vida la pasamos en la casa, hogar, trabajo, comercios, automóvil, aproximadamente entre un 80% y 90 % de nuestra vida la pasamos en espacios cerrados.
Quienes tenemos plantas en nuestras oficinas y a veces se ponen un poco de color amarillas o tristes, nos dicen que les hace falta aire, sol o agua. Hoy vamos a platicar sobre la calidad del aire que respiramos, el cual está compuesto principalmente de oxígeno, nitrógeno e hidrógeno, pero también se integra por cientos de compuestos más, por eso la calidad del aire hace referencia a la presencia o ausencia de ciertas sustancias en un espacio.
Polvo, polen, suciedad, dióxido de azufre y muchos otros microorganismos son los que determinan la concentración de contaminantes. Si podemos hacer una medición de estos valores en un espacio y optimizarlos, estaríamos hablando de un aire de calidad y beneficioso para nosotros.
Es necesario conocer los principales factores de la mala calidad del aire en el interior de una casa, oficina o industria, como la falta de ventilación, contaminación por virus, gases de productos de limpieza o electrodomésticos, contaminantes de exterior, así como un bajo mantenimiento de un espacio.
Estos aspectos generalmente hacen que un aire no tenga calidad adecuada para nuestra salud, donde la falta de ventilación y contaminación derivada de la actividad humana supone más de la mitad. Si abres las ventanas, solo durante la apertura se renueve el aire, pero eso no garantiza una calidad óptima. En ocasiones al entrar a un espacio cerrado, puedes percibir el olor del producto de limpieza que utilizaron, o bien del polvo que se encuentra en el lugar.
La importancia de una calidad del aire en un espacio cerrado es fundamental, como quedó demostrado en la pandemia por COVID-19, ya que al ventilar los espacios la presencia del virus disminuía, aplicando actualmente para resfríos, gripas o catarros. Una mala calidad del aire produce sequedad e irritación de las mucosas, problemas respiratorios, cansancio físico, fatiga mental, y en ocasiones a estos síntomas les llamamos alergias.
Respirar aire puro no debe ser solo algo que podamos hacer cuando vamos al campo, parque, montaña o cerros, debe ser una prioridad para nuestra calidad de vida y debe implementarse en los edificios. También es una garantía de que estaremos más sanos y esto hace que las personas sean más productivas.
Debido a la fatiga mental que produce un aire de baja calidad, se ha calculado que controlando los niveles de contaminantes se podría mejorar hasta un 15% más la creatividad. Esto no solo interesa a los negocios, también en casa podemos mejorar la calidad del aire.
Para que los niños puedan estudiar o nosotros realizar trabajo en casa, abrir las ventanas, dejar que la corriente de aire puro entre, podría ayudar a controlar las alergias que ahora con la llegada de la primavera se presentan.