El fentaniloha monopolizado los últimos capítulos de la guerra contra el narcotráfico en México y Estados Unidos. Más potente, barata y difícil de detectar, esta droga sintética está detrás de una crisis de salud pública con tintes epidémicos, que mata cada año a decenas de miles de estadounidenses, según datos oficiales.
Nueve de cada diez incautaciones se realizan en la frontera sur y Washington ha elevado la presión sobre el Gobierno mexicano para que haga más para frenar el tráfico ilegal.
En medio de críticas de los sectores conservadores más recalcitrantes en Estados Unidos y de encontronazos con la Administración de Control de Drogas (DEA), el presidente Andrés Manuel López Obrador planteó esta semana prohibir el fentanilo de uso médico como una de las posibles soluciones.
Pero la propuesta levanta dudas entre los especialistas, que afirman que la medida no sería efectiva para frenar al crimen organizado y que podría causar más problemas de los que resolvería en el terreno sanitario.
Cabe subrayar que el mercado negro y el consumo legal de fentanilo siguen líneas completamente separadas. No tienen nada que ver, el crimen organizado tiene la posibilidad de fabricar su propio fentanilo, no necesitan robar el de uso médico.
Por su potencia, el fentanilo legal se usa como anestesia en cirugías complejas o que toman varias horas. También es común en los cuidados paliativos, en el manejo del dolor y en pacientes que están, por ejemplo, en terapia intensiva y necesitan estar sedados para soportar los procedimientos médicos. Se ha usado desde hace décadas. Se creó en 1960 y fue aprobado para administrarse en Estados Unidos en 1968.
Por ello, y ante la peligrosidad de esta droga, es importante regresar la atención pública a los temas que de verdad importan, atacar el problema del consumo de drogas mundial es primordialmente la demanda.
Al ser vecino de uno de los mercados más grandes de drogas es momento idóneo para crear un marco educativo robusto, ya que el endurecimiento de los filtros sanitarios y la violencia entre cárteles están dejando toneladas de fentanilo de este lado de la frontera, que en los próximos meses creará una crisis sanitaria como nunca en nuestro país, esto ya previsto en diarios estadounidenses y franceses, escenas como la avenida Kensington, en el distrito que lleva su nombre y que pertenece a Filadelfia, imágenes espeluznantes se repiten día a día de personas que vagan por las calles como zombies.
La pobreza, la prostitución y la droga van de la mano en esta deprimida zona de aquella ciudad asolada por el fentanilo, accediendo a índices de violencia e inseguridad inimaginables para un país de “primer mundo”.
La Secretaría de Salud de Zacatecas ha informado que se han atendido ya 12 casos de consumo de fentanilo en la entidad en personas de entre 13 y 19 años, siendo estos los primeros que se registran en el Estado, la mayoría de estas víctimas refirieron haber mezclado el fentanilo con otras drogas para potenciar su efecto.
Es momento idóneo para prevenir desde la casa, la escuela y las instituciones la pandemia que se nos avecina, dejar de echar la culpa al pasado y poner manos a la obra, ya que esta sustancia encontrará un caldo de cultivo idóneo en México y en especial Zacatecas. Cuidemos a nuestras niñas, niños y jóvenes, estamos a tiempo.