Cuando hablamos de amor, generalmente pensamos en personas que nos puedan brindar su cariño y compañía o viceversa. Cuando hablamos de amor propio solamente hablamos de nosotros sin incluir a nadie más. El amor propio nos invita a ser mejores personas, a tomarnos en cuenta y a respetarnos, lo cual nos permite lograr nuestro bienestar emocional.
El amor propio hace posible sentirnos bien con nosotros mismos sin esperar que sea otro quien nos haga feliz y luego se va a trasladar con la forma con la que nos relacionamos con los demás. El amor propio nos lleva a saber que la felicidad irradia en nosotros mismos y nos permite tener la capacidad de disfrutar plenamente nuestros momentos de soledad.
El amor propio te permite ser tú mismo, valorando tus habilidades y trabajando en aquellas dificultades que aún no has podido superar. Cultivar y mejorar cada día este tipo de amor debería ser un hábito presente en todas las personas. El amor propio nos ayuda a curar nuestras heridas y es el antídoto contra la apatía y el rechazo hacia uno mismo.
El amor propio es la base para una buena salud física y emocional, hace que nos animemos para acercarnos a nuestras metas y que perdonemos nuestros errores. El amor propio define nuestra capacidad para apreciarnos y valorarnos.
Las personas que tienen amor propio se identifican por ser amigables, respetuosas, amorosas, independientes, siempre se preocupan por su crecimiento personal, su salud, su formación y por dar lo mejor de sí en todo aquello que realizan.
En esta época que vivimos sobreestimulados por la tecnología, se tiende a confundir el amor propio con poseer lujos, riquezas o distracciones materiales. Cuando se tiene éxito y dinero, hay más probabilidad de que nos valoren y elogien, lo que facilita la autoestima, pero si te equivocas, si tienes alguna limitación o alguien te desaprueba o ataca, ¿qué pasa con tu autoestima? Es probable que tu autoestima se caiga, te juzgas o dudas de tu valor.
La autoestima es lo más importante, lo más urgente e indispensable a cultivar en la vida. La existencia o inexistencia de amor propio determina si tienes una vida plena, feliz, repleta de amor, o si sientes inseguridad, tienes miedo, falta de motivación, pensamientos destructivos, vergüenza.
La calidad de nuestro amor propio afecta a todas las áreas de nuestra vida. Tener un determinado tipo de amor hacia uno mismo va a influir en las personas que elegimos para establecer relaciones, dónde ponemos los límites cuando otros nos dañan con sus comportamientos o en qué medida sentimos que merecemos las cosas buenas que nos pasan.
Cultivar el amor propio es el mayor regalo que podemos dar a nuestros hijos, porque aprenderán a amarse y aceptarse con todo, o viceversa, si solo cuidamos a nuestros hijos y no me cuido yo, ellos pensarán que lo normal y correcto es cuidar a los demás y dejar el amor propio en último lugar.
Los padres somos el referente para nuestros hijos y muchas veces tenemos la creencia de que enseñándoles buenos modales como: respetar a los demás, ser atentos, dar las gracias, ofrecer disculpas cuando se ha cometido una injusticia o faltado al respeto a alguien, en una palabra, instruimos sobre el amor hacia los demás, considerar primero al otro.
Pensamos que, si no fumamos, no ingerimos bebidas alcohólicas, no levantamos la voz, etc., estamos dando un buen ejemplo a seguir y no está mal, pero…
En realidad, lo primero que deberíamos hacer es enseñarles que deben respetarse y amarse a sí mismos, ya que, si me quiero, me cuido, me alimento sanamente para que mi organismo funcione bien, para que no me enferme. El amor propio es una de las cosas más importantes que tenemos en la vida, porque si no hemos desarrollado el amor por nosotros mismos, no podemos amar a nadie más.
El amor propio es clave para desarrollar y mantener relaciones sanas, para tener un buen equilibrio físico, mental y emocional. La autoestima es cuidar la salud, mantener una alimentación balanceada, hacer ejercicio de manera regular, descansar y dormir las horas necesarias. Compartir con amigos, familia y pareja.
El amor propio significa mantenerse activo (a), aprender algún idioma, estudiar una nueva carrera, practicar algún deporte, hacer algo que te guste. Tener un proyecto de vida, superarse. Quererse a sí mismo es tener una visión equilibrada de sus virtudes y defectos, es rodearse de personas positivas y alejarse de personas negativas o tóxicas.
¿Cómo podemos cultivar la autoestima?
Lo primero es conocerse a sí mismo, lo que sientes, establecer prioridades y poner límites, no hacer cosas solo por darle gusto a los demás, valórate y ámate. Aléjate de las relaciones tóxicas que te roban la paz y la energía.
Date la oportunidad de perdonarte aquellas acciones en las que has fallado y procura no repetirlas en el futuro. Evita todo aquello que te dañe, como victimizarse, exigirse más de lo debido, descalificarse, hablar mal de sí mismo.
Hay momentos en la vida en los que, por circunstancias laborales, familiares o personales, dejamos el cuidado de uno mismo en la última de las prioridades, dejamos de atender algún problema de salud porque “no tenemos tiempo”. Esto puede tener unas consecuencias graves tanto físicas como emocionales.
Necesitamos descubrir cuáles son nuestras necesidades y cuidar de nuestra salud física, psicológica y espiritual. Podemos practicar técnicas de relajación (mediante la meditación, ejercicio físico, música, dibujo, ejercicios de respiración), buscando la forma de estar tranquilo (a) y no permitir que la ansiedad tome el control de nuestros pensamientos y nos colmen de preocupaciones y peligros infundados.
Cabe recordar que cuidarse y amarse no es señal de egoísmo ni tampoco excluye el amor a los demás, es una responsabilidad, primero con uno mismo y por consecuencia, con los demás. Cuidarse es tener un diálogo interno respetuoso hacia uno mismo, hacia los pensamientos y emociones.
También cuidarse es liberarse de la culpa que nos hace sentir que no tenemos derecho a tratarnos con amor. El amor a sí mismo es un amor necesario para sentir satisfacción y seguridad de cómo lleva la vida la persona.
La autoestima es la capacidad de vernos positivamente a nosotros mismos, capaces de desenvolvernos en la vida, de afrontar los problemas. Esto depende de la buena salud psicológica puesto que cuando tenemos “poco amor propio” o una autoestima baja, no somos capaces de afrontar muchos problemas con los que nos encontramos en la vida y esto nos hace ser muy vulnerables hacía problemas psicológicos y físicos.
La salud no sólo es la ausencia de enfermedad, sino estar física, mental y socialmente bien, lo cual nos hará sentir seguros y confiados.
El paso del tiempo no se puede evitar, pero depende de nosotros llegar a una edad avanzada en mejores o peores condiciones, La forma en que vivamos de jóvenes influirá en nuestra calidad de vida de adultos mayores.
La autoestima es una demostración de amor y el amor propio una filosofía de vida y una responsabilidad individual.
Que interesante artículo, nunca es tarde para reflexionar y hacer algunos cambios en nuestra vida y empezar a quererse más y hacer mas cosas para uno mismo darse ese tiempo y saber que te hace feliz y llevarlo a cabo .A veces entendemos mal lo que es Amor propio.
Muy lindo Dina, gracias por compartir linda reflexión, hay tarea por hacer .
Un abrazo con cariño