A unos días del 10 de Mayo decidí dedicar este espacio a las madres buscadoras, una desafortunada situación que miles de madres viven día a día en nuestro estado y país desde hace ya más de una década.
Las madres buscadoras en México son un grupo de mujeres valientes y decididas que han emprendido la búsqueda de sus hijos e hijas desaparecidos en el contexto de la violencia que ha afectado a México durante décadas. Estas mujeres han asumido la tarea de buscar a sus seres queridos en ausencia de un Estado que ha sido incapaz de garantizar la justicia y la seguridad para todos sus ciudadanos.
El dolor y el sufrimiento que viven las madres buscadoras es inconmensurable. La incertidumbre, el miedo y la impotencia son sentimientos que las acompañan día a día en su lucha por encontrar a sus hijos e hijas. Han tenido que aprender a convivir con la ausencia de sus seres queridos y a enfrentar la hostilidad y la indiferencia de las autoridades, que en muchas ocasiones se han convertido en un obstáculo para sus búsquedas.
Sin embargo, a pesar de todas las dificultades que han enfrentado, las madres buscadoras han logrado organizarse y crear una red de apoyo mutuo que les ha permitido mantener viva la esperanza de encontrar a sus hijos e hijas. Han creado grupos de búsqueda, han aprendido técnicas de rastreo y han establecido contactos con organizaciones y personas que les han brindado apoyo en su lucha por la verdad y la justicia.
La labor de las madres buscadoras no solo es importante para ellas y sus familias, sino para toda la sociedad mexicana. Su lucha es una muestra de la fortaleza y la capacidad de resistencia de las mujeres mexicanas, que han sido víctimas de la violencia y la impunidad en distintos ámbitos de la vida. Su lucha también es una denuncia contra un Estado que ha sido incapaz de garantizar la seguridad y la justicia para todas y todos sus ciudadanos.
Es importante reconocer el papel fundamental que las madres buscadoras han desempeñado en la visibilización del problema de las desapariciones en México. Gracias a su trabajo, se ha logrado que el tema de las desapariciones sea una preocupación nacional e internacional, y se han logrado avances importantes en la legislación y en la creación de mecanismos de búsqueda y atención a las víctimas.
Sin embargo, a pesar de los avances logrados, aún queda mucho por hacer. El número de desapariciones en México sigue siendo alarmante, y las madres buscadoras continúan enfrentando obstáculos y peligros en su tarea de búsqueda. Es necesario que el Estado mexicano asuma su responsabilidad y garantice el derecho a la verdad, la justicia y la reparación para todas las víctimas de desaparición forzada.
En este sentido, es fundamental que se fortalezcan las políticas públicas para la prevención y atención de las desapariciones. Se deben mejorar los protocolos de investigación, se debe garantizar el acceso a la justicia y se deben crear mecanismos efectivos de búsqueda y atención a las víctimas y sus familiares. Es necesario que el Estado mexicano demuestre su compromiso con los derechos humanos y que asuma su responsabilidad en la lucha contra la impunidad y la violencia.
También es importante destacar la labor de las organizaciones y personas que han brindado su apoyo a las madres buscadoras. Se han solidarizado instituciones del Estado, de la Iglesia y de muchos colectivos y movimientos para respaldar y acoger a estas madres en su desesperada búsqueda.
Que las madres no deban buscar nunca a sus hijos y que las que los buscan pronto encuentren paz en su corazón.
