La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), preocupada por la proliferación exponencial del discurso del odio, firmó una resolución en julio de 2021, proclamando el 18 de junio como “Día Internacional para Contrarrestar el Discurso de Odio”, con la finalidad de promover el diálogo y la tolerancia interreligiosa e intercultural, para contrarrestar y eliminar el odio en los discursos.
Idea del Discurso
Hay diversas nociones del discurso, de autores como: Platón, Aristóteles, Plotino, Santo Tomás, Descartes, Kant y otros escritores modernos, en este caso veremos brevemente la idea del discurso en el pensamiento de Michel Foucault, uno de mis autores favoritos.
Para Foucault, el discurso es una delimitación, pero a la vez puede hablarse de «procedimientos de control y delimitación del discurso», que se ejercen desde el exterior o bien que son inmanentes a él.
En su obra: “El Orden del Discurso”, señaló que «el discurso, no es simplemente lo que manifiesta (o encubre) el deseo; es también el objeto del deseo; pues –la historia no deja de enseñárnoslo– el discurso no es simplemente aquello que traduce las luchas o los sistemas de dominación, sino aquello por lo que, y por medio de lo cual se lucha, aquel poder del que uno quiere adueñarse».
Discurso de Odio
La Estrategia y Plan de Acción de las Naciones Unidas para la lucha contra el Discurso de Odio, define el discurso de odio como «cualquier forma de comunicación de palabra, por escrito o a través del comportamiento, que sea un ataque o utilice un lenguaje peyorativo o discriminatorio en relación con una persona o un grupo sobre la base de quiénes son o, en otras palabras, en razón de su religión, origen étnico, nacionalidad, raza, color, ascendencia, género u otro factor de identidad».
El plan de acción tiene como objetivo potenciar los esfuerzos de las Naciones Unidas para hacer frente a las causas profundas y a aquellos factores que fomentan la incitación al odio y activar respuestas eficaces al impacto de la incitación al odio en las sociedades, al tiempo que se implementan estrategias en consonancia con el derecho a la libertad y la expresión.
Los discursos de odio generan un ambiente de intolerancia e incentivan la violencia, conflictos, discriminación, inestabilidad social, división y es una amenaza a los derechos humanos.
El Discurso de las Mañaneras
Si bien el discurso de odio está aumentado a nivel mundial incitando a la violencia, en México, desde que tomó posesión el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha creado un ambiente de polarización en la sociedad a través de las conferencias matutinas que es el nuevo canal de comunicación gubernamental y de control mediático.
Este modelo de comunicación social de las “mañaneras” ya había sido puesto en práctica desde que AMLO fue jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal, donde resulta ser su propio vocero y “supuestamente” son un ejercicio de transparencia y rendición de cuentas, sin embargo, diariamente emite mensajes de odio, descalifica, estigmatiza y ofende, existiendo el riesgo de que el discurso de odio degenere en diversas formas de violencia.
Así como el presidente delimita Palacio Nacional con vallas, de igual forma delimita su discurso retórico priorizando la información de los programas sociales, en cuanto al incremento en el número de beneficiarios, pero no reconoce que estas transferencias no han podido disminuir el número de pobres, los resultados del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) demuestran que ha aumentado el número de pobres en el país.
Cuando ofrece estadísticas sobre el tema de la inseguridad, él tiene “otros datos” a conveniencia con una narrativa carente de sustento. Desde las elecciones de 2018, aumentó la violencia política, las muertes de políticos, periodistas, efecto de los discursos cargados de odio.
Un presidente que gobierna para todos, no tiene “adversarios” u “opositores”, como él llama a quienes no comulgan con sus ideas, tienen diferencias o le presentan datos reales que no coinciden con lo que él presenta, pues tiende a negar todo lo que afecte la imagen de su gobierno. No admite que lo contradigan, aunque presenten pruebas, rechaza cualquier tipo de censura y no admite derecho de réplica a lo que el afirma, aunque sea falso. Sólo vale su palabra.
Lo peor de todo es que los gobernadores emanados del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) imitan el ejemplo del presidente. Mienten y simulan que todo está bien, cuando estamos viendo un México destrozado y ensangrentado.
Si el presidente cambia su discurso de odio por una comunicación efectiva, constructiva, conciliadora, con respeto a los derechos humanos y a la libertad de expresión, bien argumentada donde exista intercambio de opiniones, se discutan las diferencias y se logren consensos “otro gallo cantaría”.
Consideraciones finales
Los tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, incluidos los gobiernos de los estados, así como la sociedad civil tenemos la responsabilidad de tomar medidas para combatir el discurso de odio, reforzar políticas e iniciativas educativas específicas para que los estudiantes no sean manipulables y desarrollen un pensamiento crítico que sea el camino para la construcción social de un país en paz.