Durante los últimos días el mundo se ha estremecido por los intensos bombardeos de Palestina a Israel y de Israel a Palestina.
El viejo conflicto entre estas dos naciones no es, como muchos piensan, ni por razones religiosas ni por petróleo, el conflicto es eminentemente territorial.
Los 5 millones de palestinos reclaman como propio el territorio que ocupa Israel y los 9 millones de judíos obviamente defienden el territorio que tanto trabajo y dinero les costó conseguir.
Los argumentos de Palestina parecen razonables, dicen que ellos han estado ahí desde siempre, ciudades como Jericó tienen por lo menos 10 mil años de existencia, Gaza 3,500 años y qué decir de Jerusalén.
Sin embargo al finalizar la Segunda Guerra Mundial, en 1948, las Naciones Unidas resolvieron dividir Palestina en dos, el territorio ubicado al oeste del Río Jordán (Cisjordania) para los judíos, y el territorio ubicado al este del Río Jordán (Transjordania) para los palestinos.
¿Y Jerusalén donde quedó? Quedó del lado de Israel pero como una ciudad internacional gobernada por zonas.
En síntesis, los palestinos fueron echados del lugar donde nacieron y desde entonces reclaman lo que una vez fue suyo, de hecho no reconocen al Estado de Israel, lo llaman “Palestina Ocupada”.
¿Y cómo fue que los judíos se hicieron de estos 22 mil kilómetros cuadrados?
Durante siglos el pueblo judío estuvo disperso por todo el mundo, pero siempre soñando con regresar algún día a la tierra prometida, a la tierra de Israel; esa dispersión se conoce como “La Diáspora” y el retorno gradual a Palestina se conoce como “El Sionismo”.
Con la persecución nazi se aceleró la llegada de judíos a Palestina al extremo de que cuando concluyó la guerra medio país ya estaba lleno de judíos. Reclamaron entonces el territorio y la ONU, con el respaldo de Estados Unidos, les regaló más de la mitad de Palestina para que establecieran el estado de Israel.
Y ni con eso llenaron, en 1967 Israel invadió una parte de Egipto (El Sinaí), una parte de Siria (Los Altos del Golán) y en 1982 el sur de Líbano.
Egipto y Siria recuperaron su tierra, Líbano también, pero Palestina no, a eso se deben los ataques y éstos seguirán por los siglos de los siglos porque evidentemente Israel no va a entregar el territorio, no va a renunciar a su país.
Las organizaciones palestinas nacionalistas más radicales como Hamas y otras como Hezbolá tampoco van a rendirse, seguirán luchando contra sus enemigos históricos que por si fuera poco, no veneran a Alá y a su profeta Mahoma.
¡Muy complicado!