La vida democrática implica, entre otros aspectos, transparencia, rendición de cuentas de los titulares de las diferentes instituciones, de los órganos de gobierno y de los funcionarios públicos, lo cual redunda en el fortalecimiento y avance de la vida democrática.
De ahí que el Segundo Informe de Gobierno que cada año presenta el Gobernador del Estado, constituye un elemento central de la rendición de cuentas, toda vez que está sujeto al análisis que se realiza en el Congreso del Estado, es decir, de la glosa del informe del Ejecutivo estatal como parte del ejercicio de transparencia sobre la forma en que se han administrado los recursos públicos, por ello, entre las atribuciones que tiene el Poder Legislativo está justamente la de llevar a cabo el análisis en las comparecencias en torno al ya citado informe de gobierno.
De ahí que el informe debería ser el documento donde lo plasmado por el titular del Ejecutivo estatal detalle los avances y logros de la administración pública, pero en el caso de este gobierno autodenominado la Nueva Gobernanza, lamentablemente expuso una realidad que sólo existe en su cabeza y en la de sus floreros, pues habla de apoyos y avances en todos los rubros de la administración gubernamental.
Y así, sin rubor alguno, particularmente en algunos aspectos, se ignora la reiterada solicitud que los trabajadores de la salud han formulado al titular de esa importantísima área de servicio básico a la población, debería entregar su renuncia, pues en la vida real los trabajadores no cuentan con los mínimos elementos para desarrollar su labor de manera eficiente, no hay medicamentos, ni material de curación, así como tampoco existe un ambiente laboral de trato respetuoso y digno para los servidores que se desempeñan en esta área; por el contrario, prevalece la hostilidad como mecanismo de conducción y regulación de las condiciones laborales de esta dependencia.
En el caso de la educación, prevalecen temas tan elementales como tener la plantilla laboral completa y que haya maestros frente a todos los grupos, sin tocar el alto grado de trafique de plazas o puestos administrativos fantasmas que solo existen en la nómina. Y qué decir de las secretarías donde su responsabilidad tiene que ver con la ejecución de obra pública, donde sólo existen más que las directrices discrecionales sobre a quiénes se les deben otorgar por designación directa o invitación que las concursadas, todo esto constituye un panorama de actuación donde la opacidad es la constante, es verdaderamente lamentable que exista una lista de constructoras que no son consideradas ni para hacer banquetas, por el simple hecho de no estar “alineadas” a los esquemas de operación de la Nueva Gobernanza.
Estos son algunos casos que sirven para ejemplificar lo que representa un Estado fallido, incluso el tema de temas, es decir, la seguridad pública, los diputados y diputadas de MORENA, del Verde Ecologista y del Partido del Trabajo, intencionalmente rompieron el quórum a efecto de que se suspendiera la comparecencia de mayor carga social. Qué vergüenza de legisladores que se prestaron para encubrir lo que a la vista de toda la ciudadanía forma parte de una cotidianidad que está sumida en la violencia e impunidad y lo mejor que se le ocurre a este gobierno y sus legisladores es evitar el ejercicio de la rendición de cuentas. Qué despropósito tan abominable y retrógrado.
De igual forma, se ha tratado con absoluta frivolidad el asunto de los pensionados y jubilados del ISSSTEZAC, aprovechando que había ciudadanos que manifestaban exigencia de atención, la mesa directiva con argumentos absurdos, olímpicamente decidió posponerla para una mejor ocasión.
La glosa de los informes de gobierno debería ser una comparecencia en la que los servidores públicos respondan con honestidad a la realidad que vive la ciudadanía como consecuencia de las acciones y omisiones que existen en los programas y proyectos de gobierno. La ciudadanía merece certidumbre, por ello se debería pugnar por darle utilidad a la discusión y al debate seriedad y responsabilidad y dejar de lado comparecencias estériles que terminan en la nada.
En Acción Nacional tenemos claro que el formato para realizar la glosa es obsoleto y consecuentemente inoperante, dado que se realiza porque la Ley Orgánica del Poder Legislativo lo mandata. Es una verdadera pena todo esto que sucedió, que salvo honrosas excepciones aquello se convirtió en un desfile de cínicos silentes.
Nosotros seguiremos utilizando cualquier oportunidad que se tenga para denunciar las felonías y deficiencias que derivado del ejercicio de sus atribuciones los titulares de las dependencias sean congruentes política y técnicamente responsables, así como de los encargados de la soberanía legislativa. Ya basta de que utilicen la pandemia, la inseguridad y la “herencia maldita” como muro para ocultar su ineficiencia y mediocridad.