En México, hay meses en los que el comercio y servicios apoyados por las estrategias de marketing incrementan las ventas, siendo el mes de diciembre en el que aumenta el consumo de la población, aunque hay otros meses, por ejemplo, mayo por la compra de regalos para el Día de las Madres, en noviembre sube la venta de flores, en julio la adquisición de uniformes y útiles escolares y a pesar de la famosa “cuesta de enero” todavía crece el consumo y en febrero un poco menos que en los meses citados.
Que durante el mes de diciembre aumenta el consumo de una gran parte de la población no es sorpresa, ya que la mayoría de las familias cuentan con un ingreso extra (aguinaldo) que utilizan para las fiestas de Navidad y Fin de Año, regalos y/o vacaciones.
Además de celebrar la tradición religiosa, en la Navidad se incrementa sobremanera la tendencia a comprar regalos y alimentos, a comprar cada vez más, aún cosas que no son necesarias. Se ha creado la idea de que mientras más costoso es el regalo demostramos mayor amor o efecto y no es así.
Consumo responsable
En los años 80, el Instituto Nacional del Consumidor (ahora PROFECO) transmitía un spot que decía: “regale afecto, no lo compre”, esto es, con el fin de fomentar un consumo responsable. Esta campaña nos enseñaba valores.
En mi época era común ponerse a elaborar, con anticipación, regalos fabricados por los adultos o adquirir los juguetes tradicionales, nada costosos. Además, los juegos de antes no requerían inversiones, se jugaba al tambo robado, a la cuarta escondida, al elástico, gallinita ciega, matatena, rayuela, rondas infantiles, entre otros.
Se regalaban bufandas o sweaters tejidos, a los niños, les gustaba jugar con baleros, trompos, yoyos, canicas, caballitos de madera para mecerse o de palo con cabeza de fieltro, tamborcitos, pelotas, patinetas, carritos de lámina, cuerda, hula hula, muñecas de cartón con vestidos de papel o muñecas de plástico tieso con traje de baño pintado, palitos chinos, juegos de mesa como la lotería, damas chinas o el turista.
En caso de que se compren obsequios, pensemos en artículos locales, como artesanías o productos elaborados manualmente, libros, ropa, productos que realmente sean de utilidad para quien los recibirá.
También hagamos un consumo responsable de los alimentos. No hay que olvidar que hay familias que ni siquiera cuentan con los recursos necesarios para una modesta cena de Navidad, no compremos más de lo necesario, no hay que desperdiciar y si podemos compartir con los que tienen menos es mejor.
Envolturas de regalo
Para evitar la contaminación y gastar menos, los regalos se pueden envolver en papel de estraza o papel de china, bolsas de papel, empaques de cartón reutilizables, en realidad el empaque es lo de menos.
¿Qué es lo más importante en estas fechas?
Lo más importante es la unión familiar, la convivencia, las demostraciones de afecto, que no son precisamente con un regalo costoso, puede ser un platillo que sabemos que a todos les gusta. Al compartir enseñamos a los menores de edad la importancia de la generosidad.
Que no se pierda el verdadero sentido de la Navidad que es recordar el nacimiento del niño Jesús, que llegó al mundo en las circunstancias más humildes, es tiempo de reflexión, de compartir esta tradición en familia y que en nuestros hogares reine la paz, la esperanza y el amor.
A nuestros amigos y lectores, les deseo que pasen felices fiestas de Navidad y el año que está por iniciar Dios los colme de bendiciones. Hasta el próximo año Dios mediante.