Ecofeminismo

El Ecofeminismo es un fenómeno socio ambiental que está de moda, sobre todo en las jóvenes, debido al interés creciente tanto por los temas medio ambientales como por la igualdad de género, por lo que es importante saber qué es.

Para definir el ecofeminismo se tiene que entender que la definición de “eco”, es oikos o casa, y se refiere al estudio y cuidado del medio ambiente. Por otro lado, feminismo puede definirse como un movimiento sociopolítico cuyo objetivo es alcanzar la igualdad real entre hombres y mujeres en todos los ámbitos de la vida. Así, se podría entender que el ecofeminismo es la forma de alcanzar la igualdad de género atendiendo además al cuidado del medio ambiente.

En los temas que se aplica es en el papel de las mujeres en todos los movimientos de defensa del medio ambiente, el sesgo de género en los impactos que tiene la degradación del medio ambiente, como por ejemplo el cambio climático, la ordenación de las ciudades para hacerlas más amigables a las tareas de cuidados como sostenibles, la diferencia de género en la custodia del territorio y la propiedad de la tierra, así como en la puestos sociopolíticos de relevancia para la defensa del medio ambiente, los contaminantes con mayor incidencia en la salud de las mujeres, el papel de los roles y valores tradicionalmente femeninos en el cuidado del medio ambiente, entre otros.

Aunque las mujeres tradicionalmente hemos estado conectadas a la tierra y a su defensa, no es hasta la década de 1970 cuando la francesa Fracoise d’Eaubonne describe el término de Ecofeminismo, definiéndolo como el valor del vínculo existente entre la naturaleza y las mujeres, como una conexión ideológica que hay entre la explotación de la mujer y de la naturaleza.

En 1970 se realizaron movimientos de mujeres para la protección de la naturaleza, como el movimiento Chipko, en India, y consistió en la defensa de los bosques comunales abrazándose a ellos, en nombre del principio femenino de la naturaleza, el movimiento Cinturón Verde en Kenia, basado en la plantación de árboles para prevenir la desertificación en las zonas rurales, que además brindo trabajo a las mujeres de la zona.

A partir de la década de 1980 se diversifica de manera exponencial, hablamos muchas veces por ello de ecofeminismos, debido a la gran diversidad de corrientes, ya que se comienza a conectar de manera transversal con otros temas, como la defensa de los derechos de los animales, la necesidad de la adecuación de la economía a las necesidades de las personas y del planeta. Actualmente el movimiento tiene su máxima expresión en Asia y América Latina.

Los conceptos de feminismo y ecología se están convirtiendo en el eje vertebral de los programas ecosociales, siendo una corriente de pensamiento y activismo que analiza críticamente las creencias que apuntalan el modelo de vida ecocida, patriarcal, capitalista y colonial, que denuncian los riesgos a los que somete a las personas y al resto del mundo vivo y propone miradas alternativas para poder revertir esta guerra contra la vida.

El ecofeminismo es plural y se presenta de formas muy diversas, aunque tiene una serie de rasgos que les son comunes. Todos someten a revisión los mitos que provocan y mantienen la falsa fractura entre las sociedades humanas y la naturaleza, reformulando conceptos como el de economía, producción, progreso, trabajo o individuo. Tratan de revertir una cultura jeráquica que considera que unas vidas valen más que otras y que somete con violencia todo lo que pretenda poner límites a la maximización del beneficio.

Los ecofeminismos denuncian el hecho de que los ciclos vitales humanos y los límites ecológicos quedan fuera de las preocupaciones de la economía convencional, y proponen una mirada diferente sobre la realidad cotidiana y la política, dando valor a elemento, prácticas y sujetos que han sido designados por el pensamiento hegemónico como inferiores, que han sido históricamente invisibles.

Sus análisis y propuestas permiten situarnos y comprendernos mejor como especie, y proporcionan criterios para reconocer los riesgos que asumen las personas y que se extiende al resto del planeta, al interpretar la realidad desde un perspectiva reduccionista que no comprende las totalidades, simplifica la complejidad y oculta la importancia material y simbólica de los vínculos y las relaciones para los seres humanos.

La mirada ecofeminista contribuye a destruir el pensamiento donde van separados la humanidad de la naturaleza, se centra en la conjunción y vulnerabilidad de la vida, se destruye la sociedad, se destruye la naturaleza y viceversa. Observa a la vida humana y la naturaleza como un todo.