Esperanzador es el mensaje que Xóchitl Gálvez dio en el Primer Debate Presidencial. Fue claro y contundente su compromiso de gobernar para todas y todos, hacerlo en unidad y consolidando la pacificación de México. Eso es lo que la población queremos.
La aspirante presidencial de la Coalición Fuerza y Corazón por México selló con las mexicanas y los mexicanos su compromiso por detener la polarización entre la sociedad, recuperar la seguridad pública, escuchar las causas sociales, combatir la corrupción, transparentar la acción de gobierno, atender a los grupos vulnerables, defender la democracia y fortalecer la División de Poderes.
Xóchitl nos devolverá el orgullo de ser simplemente mexicanas y mexicanos, identidad nacionalista que este gobierno de la deformación de cuarta intentó quitarnos, al dividirnos en fífís”, pobres, conservadores, derechistas, aspiracionistas y feministas, entre muchos otros calificativos utilizados para enfrentarnos a unos contra otros.
Ella garantizará el precepto constitucional de que todas y todos somos iguales y escuchará a los movimientos sociales, regresará los recursos para el cáncer, devolverá las guarderías y las escuelas de tiempo completo, generará oportunidades para la juventud y las mujeres, y velará por los adultos mayores y personas con discapacidad, a fin de construir un país próspero, donde “salir adelante sea un derecho y no un privilegio”.
En su deseo por pacificar a la nación, quiero destacar su determinación por combatir la inseguridad, enfrentar a los grupos criminales, acabar con la corrupción y la maliciosa relación entre delincuencia y gobernantes, dar justicia a las víctimas de la violencia, disminuir los feminicidios, proteger a los huérfanos y buscar a las personas desaparecidas, porque queremos “Un México sin miedo y con justicia”
Y en esa igualdad de derechos, con respeto a las diferencias individuales y las necesidades grupales, la candidata del PAN, PRD y PRI prometió mantener y aumentar los programas sociales.
Además, propuso reconstruir los sistemas de salud pública y de educación, destruidos por Andrés Manuel López Obrador. Basta con señalar que, en el 2018, cuando llegó a la Presidencia, había 20 millones de personas sin acceso a los servicios de salud y hoy que concluye aumentaron a 50 millones. En tanto que los Libros de Texto Gratuitos que deja son manuales de adoctrinamiento de la niñez mexicana.
Gálvez mantuvo su promesa de combatir la corrupción y privilegiar la transparencia en el ejercicio gubernamental.
En los dos renglones esta administración nos quedó a deber y arrastró a la vergüenza, con casos como la “Casa Gris”, Estafa Maestra de la 4T; las propiedades del director de la CFE, Manuel Bartlett; la red de corrupción de los hijos de AMLO; los derrumbes del Colegio Rébsamen y Línea 12 del metro; el saludo a la mamá del Chapo Guzmán; y el Carmona-gate, referente al ingresó del dinero del narco a Morena para ganar elecciones estatales.
Luego de analizar el ejercicio democrático del pasado domingo, quiero decirles que como mexicana me siento verdaderamente representada por Xóchitl Gálvez y muy orgullosa de que una mujer indígena, inteligente, honesta y producto del esfuerzo cotidiano será la próxima Presidenta de México, nación a la que desea sanar, educar, integrar, incluir y desarrollar.
Xóchtil fue superior en el debate y estoy segura que el 2 de julio el electorado cambiará el rumbo del país y derrotará a la mujer de hielo, que pretende construir el segundo piso de la corrupción, de los sobres amarillos, del “cash” a familiares y de obras faraónicas para desviar recursos públicos.
¡Xóchitl Gálvez Presidenta!