Este 5 de junio se conmemoró el Día Mundial del Medio Ambiente, con alertas de que los ecosistemas de todo el mundo están en peligro, desde los bosques y tierras áridas, hasta tierras agrícolas y lagos. Los espacios naturales de los que depende la existencia de la humanidad están llegando a un punto de no retorno.
Según la Convención de las Naciones Unidas de la Lucha contra la Desertificación, hasta un 40% de las zonas terrestres del planeta están degradadas, lo que afecta directamente a la mitad de la población mundial. El número y la duración de los períodos de sequía han aumentado un 29% desde el año 2000 y si no se toman medidas urgentes, las sequías podrían afectar a más de tres cuartas partes del mundo en el 2050.
Por esta razón, el Día Mundial del Medio Ambiente 2024 se centró en restaurar las tierras, detener la desertificación y fortalecer la resiliencia a la sequía bajo el lema “Nuestras Tierras, Nuestro Futuro, Somos la Generación Restauración”. No podemos retorceder en el tiempo, pero sí podemos hacer crecer los bosques, revitalizar las fuentes de agua y restaurar los suelos. Somos la generación que puede hacer la paz con la Tierra.
La restauración del suelo es un pilar fundamental del Decenio de las Naciones Unidas Sobre la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030), que constituye un llamado a la protección y la revitalización de los ecosistemas en todo el mundo, un aspecto fundamental para alcanzar los Objetivos del Desarrollo Sostenible.
Este 2024 se celebrará el 30 aniversario de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, este evento lo recibe un país diferente por lo que el anfitrión será Arabia Saudita. En los últimos 50años, la celebración ha llegado a convertirse en una de las plataformas mundiales con mayor alcance en favor de las causas ambientales, decenas de millones de personas se han sumado a participar de manera virtual y presencial en actividades, eventos y todo tipo de iniciativas alrededor del mundo.
Es necesaria la participación de todos, el tiempo se acaba y la naturaleza se encuentra en situación de emergencia. Para mantener el calentamiento global por debajo de 1.5 °C, este siglo debemos reducir a la mitad las emisiones anuales de gases de efecto invernadero para el 2030. Si no actuamos ya, la exposición al aire contaminado aumentará en un 50% en esta década, mientras que los desechos plásticos que fluyen hacia los ecosistemas acuáticos podrán triplicarse para el 2040, pero estas no serán las únicas consecuencias, les seguirán muchas más.
Necesitamos una acción urgente para abordar estos problemas apremiantes haciendo que “Una Sola Tierra” y su enfoque sobre una vida sostenible en armonía con la naturaleza sean tan pertinentes como siempre.
Es importante saber que cada cinco segundos se erosiona una superficie de suelo equivalente a un campo de fútbol, sin embargo, se requieren 1000 años para generar 3 centímetros de tierra vegetal. Los árboles en zonas urbanas pueden enfriar el aire hasta 5° C, lo que reduce en un 25% la necesidad de usar aire acondicionado. Los lagos, ríos y humedales contienen entre el 29% y 30% del carbono mundial, a pesar de ocupar sólo entre el 5% y el 8% de su superficie terrestre.
Somos la generación restauradora, la que nos toca poner atención en los recursos naturales, la deforestación y rehabilitación de las zonas afectadas, la que tenemos que restaurar los mantos acuíferos, tratar el agua que utilizamos, y lo más importante: somos la generación de la acción. No esperemos que los demás hagan algo, empecemos por nosotros mismos.