Concluido el proceso electoral, calificado como el más grande de la historia, hice un llamado a la oposición a hacer una autocrítica luego de los resultados de los presentes comicios y me dirigí a esta minoría que integramos como oposición, donde nos queda entender que los mexicanos están hartos de esta clase política y si no hacemos esta reflexión y ponemos un alto para entender las razones del porqué no nos están escuchando, o nosotros no escuchamos a la ciudadanía, ahí está la consecuencia reflejada en las urnas.
En mi intervención para hechos en la sesión ordinaria de este martes, señalé que en lo ocurrido el pasado domingo pueden entenderse las razones de las y los mexicanos para votar masivamente por el proyecto político que lo hicieron, y expresé que son responsables de sus acciones y de ese voto, que, en una democracia imperfecta como la nuestra, está bien, han hablado todo este tiempo y ahí está la respuesta que desde la oposición debemos entender en su justa dimensión.
Estoy confiada que las decisiones que el gobierno federal electo tome, a partir de ahora, serán las mejores para México, sino es así, yo estaré ahí desde mi trinchera tratando de hacer lo propio y de buscar hacer conciencia, pero es lamentable que nosotros como oposición fallamos rotundamente, desde hace muchos años lo hemos venido haciendo, nos hemos alejado de los ciudadanos.
En mi reflexión ante el pleno y de cara a la militancia y a la ciudadanía, señalé que Acción Nacional fue un partido dedicado a lo largo de su historia a formar ciudadanos, y de repente un día dejó de hacerlo, de formar a sus militantes y las consecuencias aquí están, una lista plurinominal repleta de las cabezas de los grupos de cada partido, y cuestioné entonces ¿qué podemos hacer contra esto, cómo le dices a un ciudadano: confía en mí? cuando al menos el presidente de mi partido va en el número uno de la lista plurinominal, por ello entiendo el enojo y el hartazgo de la ciudadanía y me duele.
Nuevamente enfaticé que si el partido en el que milito y seguiré militando, y con el que coincido plenamente en su doctrina, no hace un alto en este momento y no reflexiona y se renueva, está condenado a la desaparición, pues tristemente está pendiendo de un hilo en esta frágil y absurda oposición que se ha querido mantener a costa de sus intereses personales a cambio del beneficio del bien común de los ciudadanos, me duele lo que está pasando con México, y seremos responsables de las decisiones que hemos tomado en esta coyuntura y las venideras, y en donde estoy completamente segura que si Gómez Morín viviera, qué chinga les pusiera.