El título de la novela “Por quién doblan las campanas” del escritor Ernest Hemingway, premio nobel de literatura, fue tomado de un poema de la Meditación XVII, de “Devotions Upon Emergent Occasions” sobre el dolor, la salud y la enfermedad, escrito por el poeta metafísico inglés John Donne y publicadas en 1624. Antes del inicio de la novela se puede leer el poema de dicho autor.
Ningún hombre es en sí equiparable a una Isla; todo hombre es un pedazo del Continente, una parte de Tierra Firme; si el Mar llevara lejos un Terrón, Europa perdería como si fuera un Promontorio… como si se llevaran una Casa Solariega de tus amigos o la tuya propia. La Muerte de cualquier hombre me disminuye, porque soy una parte de la Humanidad. Por eso no quieras saber nunca por quién doblan las campanas; ¡están doblando por ti…!
Decir: “doblan las campanas”, tiene un significado luctuoso: “Tocar a un muerto”, contrario a “repicar las campanas”, que tiene un matiz opuesto en su significado, implica tañer con cierto compás en señal de fiesta o regocijo.
Donne sostiene que no estamos solos en este mundo, que nadie es autosuficiente, que las personas se necesitan entre sí porque cada individuo es una pieza que forma parte de un conjunto, por lo tanto, la muerte de cada vida humana nos afecta, nos empequeñece porque hay una conexión entre todos los seres humanos.
El doblar de campanas por los difuntos en México se ha venido incrementado por la violencia imparable que estamos viviendo, la inseguridad ocasionada por el crimen organizado y la lucha entre cárteles para controlar un mayor territorio se ha extendido, infiltrándose con las autoridades responsables de proteger a la sociedad civil y terminando por alterar nuestra vida social y familiar.
La violencia en México se ha recrudecido, han incrementado las agresiones en contra de mujeres, las desapariciones forzadas, homicidios, secuestros, ataques entre cárteles, tráfico de armas y drogas, quema de vehículos, cobro de piso, extorsiones, robo de combustible, entre muchos delitos. Y para evadir la responsabilidad de brindar seguridad, de contener la ola de violencia, se ha optado por culpar a los gobiernos anteriores.
Desde el secuestro de “El Mayo” en Sinaloa, se ha intensificado la violencia en Sinaloa, Michoacán, Guerrero, Guanajuato, Estado de México, Jalisco, Zacatecas y hasta entidades como Querétaro que hasta hace poco era relativamente tranquila ha sufrido actos violentos.
Por otra parte, la violencia y el miedo a la violencia generan trastornos económicos y emocionales. Con datos del “Índice de Paz México 2024”, muestra que en el año 2023 las pérdidas económicas totales debido a la violencia en México ascendieron a 4.9 billones de pesos, el impacto económico de los delitos con violencia se incrementó en 5.4 por ciento.
Los estados como Morelos, Colima, Guerrero y Zacatecas, tuvieron costos económicos más altos que el resto de los estados. En estos estados, el costo de la violencia representó casi la mitad o más de la mitad del PIB del estado.
Personas desaparecidas y no localizadas
De acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDN) coordinada por la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas (CNBP), entre el 01 de diciembre de 2018 al 25 de noviembre de 2024, México alcanza la cifra de 157 mil 508 personas desaparecidas, no localizadas y localizadas.
De éstas, 55 mil 643 corresponde a personas desaparecidas y no localizadas y 101 mil 865 a personas localizadas (8,565 fueron localizadas sin vida y 93,300 localizadas con vida). De las 55 mil 643 personas desaparecidas y no localizadas, el 75.88% son hombres, 23.87% mujeres y 0.25 indeterminado.
El estado de Jalisco registra el mayor número de personas desaparecidas y no localizadas, con 6 mil 727; le sigue el Estado de México, con 5 mil 867; Ciudad de México, 4 mil 001; Michoacán, 3 mil 843; Nuevo León y Tamaulipas, 3 mil 396 en forma individual; Zacatecas, 2 mil 597 (82.6% hombres y 17.4% mujeres) y ocupa el octavo lugar; Sonora, 2 mil 428; Veracruz, 2 mil 551; Sinaloa, 2 mil 536; 2 mil 496; Guanajuato, 1 mil 801 y Baja California, 1 mil 718.
Por el contrario, los estados con menos personas desaparecidas y no localizadas son: Yucatán, 71; Campeche, 80; Tlaxcala, 105; Aguascalientes, 260; Colima, 338; Oaxaca, 377 y Querétaro, 364.
Defunciones por Homicidio
De acuerdo con datos preliminares, en el año 2023 se registraron en México 31 mil 062 homicidios, equivalente a una tasa de 24 homicidios por cada 100 mil habitantes. Las tasas de homicidios más elevadas se observaron en Colima con 117 homicidios por cada 100 mil habitantes; le sigue Baja California con 69 y en tercer lugar Zacatecas, con una tasa de 65 homicidios por cada 100 mil habitantes (superior a la media nacional).
Presuntos Delitos de Feminicidio
El feminicidio se define como la privación delictiva de la vida de una víctima femenina por razones de género. Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en el año 2021 se contabilizaron 982 presuntas víctimas de feminicidio, la cifra más alta de los últimos 10 años. Le sigue el año 2022 con 961 y el 2020 con 947.
De enero a octubre de 2024, las entidades que reportan un mayor número de presuntos delitos de feminicidio son: Estado de México, Nuevo León, Morelos, Veracruz, Ciudad de México y Chihuahua.
En el citado período, la tasa de presuntos feminicidios (por cada 100 mil mujeres) es encabezada por Morelos con 4.5, le siguen Chihuahua, Tlaxcala, Nuevo León, Tabasco, Nayarit, Sonora y Baja California.
En cuanto a la tasa de presuntas víctimas mujeres de homicidio doloso (por cada 100 mil mujeres) lo preside Colima con 26 presuntas víctimas por cada 100 mil mujeres, seguido por Baja California, Guanajuato y Guerrero. Zacatecas se ubica en el lugar 11 con 4 víctimas por cada 100 mil mujeres.
Referente a la tasa de presuntas víctimas mujeres de homicidio culposo (por cada 100 mil mujeres), es encabezado por Quintana Roo, con 13 presuntas víctimas por cada 100 mil mujeres; Oaxaca, con 8.8; Zacatecas, con 8.2, colocándose en tercer lugar; Tamaulipas, con 7.1, Michoacán, con 7.0; Sinaloa y Nayarit con 6.1 presuntas víctimas por cada 100 mil mujeres cada entidad.
Las Mesas de Paz y Seguridad en México han fallado. Las empresas han incrementado sus costos de operación aplicando medidas de seguridad para evitar ser víctimas de la delincuencia, lo cual impacta en el costo de los productos.
El aumento en los niveles de delincuencia en México, se observa también en el incremento en las tasas de homicidios con violencia extrema y en muchos casos personas ajenas a esos grupos salen lastimadas o terminan muriendo.
Es necesario que los diferentes niveles de gobierno se dejen de “puro discurso” y muestren interés real y un compromiso firme para asumir su responsabilidad y garanticen la seguridad de la ciudadanía para recuperar la paz, además de que un clima de violencia e inseguridad ahuyenta las inversiones que tanta falta hacen para generar más y mejores empleos.