Hablemos de amor

“Ni el amor es una jaula, ni la libertad es estar solo.

El amor es la libertad de volar acompañado,

Es dejar ser, sin poseer”.

Gabriel García Márquez.

Sentirnos amados en la vida nos proporciona un sentido de conexión y seguridad. El amor basado en la confianza, el respeto y la admiración mutua es fundamental para las relaciones duraderas. Además, es un sentimiento que proporciona bienestar emocional y seguridad, reduce la ansiedad, mejora la salud y la calidad de vida.

La palabra “amor” proviene del latín “amor-oris”, en la mitología griega, “Eros-otis” era el dios del amor, hijo de Afrodita, diosa griega de la belleza y del amor, su culto se extendió por toda Grecia y pasó a Roma.

La noción del amor es bastante compleja. Se usa el término “amor” cuando se tiene inclinación o afecto hacia alguien. Se habla de diversas formas del amor: amor maternal, amor como amistad, amor a Dios, amor a la naturaleza, amor a las mascotas, amor libre, amor al mundo, amor propio (que es amarse a sí mismo).

Concepciones filosóficas del amor

En casi todos los filósofos griegos hay referencias al tema del amor. Nos vamos a referir en este caso a la visión griega (platónica) del amor, la cristiana y brevemente a la visión contemporánea y posmoderna. En la concepción griega el amor es aspiración de lo menos perfecto a lo más perfecto.

El amor es para Platón siempre amor a algo, en “El Banquete” y el “Fedro”, trata de demostrar que el amor perfecto es el que se manifiesta en el deseo del bien. El amante no posee este algo que ama, porque entonces ya no habría amor. Tampoco se halla completamente desposeído de él, pues entonces ni siquiera lo amaría.

Plotino habla particularmente del amor del alma a la inteligencia. En los neoplatónicos, el concepto de amor tiene un sentido metafísico-religioso. La noción de amor <<constitutivos>> de la divinidad, ocupa un importante lugar en el pensamiento de Porfirio, habla de cuatro principios de Dios: la fe, la verdad, la esperanza y el amor.

Dentro del pensamiento cristiano está San Agustín, quien considera con frecuencia la caridad como un amor personal (divino y humano), ya que la caridad es siempre buena; en cambio, el amor puede ser bueno o malo, amor al bien o amor al mal. El amor del hombre a Dios y de Dios al hombre es siempre un bien.

Por su parte, Santo Tomás trata del amor como una inclinación y habla del amor natural como una actividad que lleva a cada ser hacia su bien, puede decirse que el amor mueve. El amor puede ser sensitivo e intelectual. El fundamento último para Santo Tomás es Dios, y es Él quien mueve por amor a las criaturas que aspiran al Sumo Bien.

Para San Bernardo, el amor en cuanto amor puro (a Dios) es en el fondo una experiencia mística. Por otra parte, San Bernardo distingue entre varias especies de amor, tales como: el amor carnal, el racional y el espiritual.

Concepciones contemporáneas sobre el amor

De las concepciones contemporáneas de la noción del amor, la de Max Scheler, se encuentra ligada a una teoría de los valores; Joaquím Xirau ha edificado una metafísica a base de una fenomenología de la “conciencia amorosa”; y Jean-Paul Sartre, donde el amor aparece dentro del análisis de la estructura del <<Ser-para si-para otro>>.

Scheler rechaza que el amor sea una idea innata que se derive exclusivamente de la experiencia o que sea un impulso elemental (procedente de la líbido). Se trata de un proceso intencional que trasciende hacia lo amado.

En la concepción metafísica de Xirau, el amor es la clave que sostiene la arquitectura del mundo. En oposición al naturalismo, presenta el amor como género supremo.

Para Jean-Paul Sartre, mediante el amor se establece una relación directa con la libertad del <<otro>>. Pero como cada ser humano existe por la libertad del <<otro>>, la libertad de cada uno queda comprometida en el amor. En el amor se quiere cautivar, esclavizar, la conciencia del <<otro>>, pero no para transformar al <<otro>> en un autómata, sino para apropiarse su libertad como libertad.

Muchos autores de la época moderna han prestado atención al fenómeno del amor desde el punto de vista psicológico y sociológico. Se han discutido tres cuestiones:

1) Si el amor humano es un fenómeno de índole puramente subjetiva; 2) si tal amor está fundado en una estructura psicofisiológica, o simplemente fisiológica (sobre todo, si está fundado en el deseo sexual exclusivamente), o si tiene una autonomía con respecto a los procesos orgánicos; 3) si el amor humano es un proceso o una serie de procesos inalterables.

El filósofo y sociólogo polaco Zygmunt Bauman (posmoderno), fue un crítico audaz, creó el concepto de “Amor Líquido” y desarrolló una obra con el mismo nombre, donde explica la fragilidad de los vínculos humanos en el siglo XXI.

Describe cómo son en la actualidad las relaciones amorosas, duran poco y son desechables. Ya no existe una solidez, cada vez las relaciones son más fugaces. Bauman también describe el miedo a establecer relaciones duraderas, las dificultades para amar al prójimo son cada vez mayores.

La persona que ama, reduce su ego al mínimo y se preocupa por un <<otro>> que lo arroja hacia el futuro. Bauman dice que el amor verdadero es una brecha erotizante, pero a la vez angustiante, el enamorado auténtico tiene deseos de estar con la otra persona, pero atraviesa la angustia de no saber cuánto durará esa relación.

La solución que propone Bauman es el amor sólido. Comprender que el amor verdadero es admisión del <<otro>>, incluyendo su <<otredad>>, sus defectos.

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