Luna Nueva: ¡Qué rabia!

Hace muchos años, cuando sólo había cuatro canales de televisión –aunque ya empezaban a verse las famosas antenas parabólicas, un lujo que no estaba al alcance de todos–, era casi un ritual para mí ver las películas a blanco y negro, y algunas ya iluminadas con la magia del color, que se programaban en el Canal de las Estrellas los sábados por la mañana.

Una de las películas que captaron mi atención y nunca se me olvidó ni el título ni la trama fue Seis Días para Morir (La Rabia). Me impactó tanto que todavía hoy día la recuerdo, me estremece, me enoja y me provoca muchas emociones más, aunque haya sido una historia ficticia.

Trata de unas niñas que juegan con un perro en el parque sin saber que tiene rabia y otro que es mordido por el animal sin que nadie se diera cuenta; las niñas del parque son identificadas; toda la trama trata de lo que parece el vano esfuerzo de los médicos por encontrarlas y el de un periodista de pocos escrúpulos que aprovecha el latente peligro para hacer de la terrible desgracia un tema mediático que le da fama.

El dueño del perro no lo había vacunado porque no quería que el animal sufriera con el piquetito.

Al final, descubren que hay un cuarto niño, que pierde la vida tras una campaña casi inhumana del periodista, sin saber que este último era… ¡su hijo!

La trama explica lo que es la rabia, los síntomas en los animales y en humanos, lo importante que es vacunar a los perros (y gatos) y del tratamiento que se debe tener una vez que existe sospecha de haber sido contagiados.

México fue declarado libre de rabia humana transmitida por perros en 2019 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) –el primer país de América Latina–, luego de que no se registró ningún caso de transmisión por esa vía desde 2006, sin embargo se han presentado algunos casos esporádicos, contagios transmitidos por animales silvestres.

Actualmente los principales transmisores de la rabia son animales silvestres como murciélagos, zorrillos y coyotes, no necesariamente por mordedura, pues basta contacto con los fluidos.

El éxito de México para erradicar la rabia se debe en gran medida a las campañas masivas de vacunación antirrábicas para perros y gatos; la primera se llevó a cabo en 1990.

Desde entonces no se han presentado contagios en humanos, salvo en 2022 el caso de un hombre que fue mordido por un murciélago y en 2024 se confirmaron otros dos casos, uno en Quintana Roo y otro en Michoacán y ahora en 2025, en Zacatecas.

El sábado 15 de agosto el Gobierno del Estado emitió un boletín de prensa en el que informó: “la Secretaría de Salud (SSZ), confirma un caso positivo de rabia en humanos, el cual fue diagnosticado por el Laboratorio Estatal de Salud Pública del Estado, en una paciente femenina de 17 años, originaria y residente de Mezquital del Oro, quien fue mordida por un animal silvestre”.

Este martes, en conferencia de prensa, el Gobierno del Estado ha suavizado el caso de la joven contagiada, quien permanece en terapia intensiva con pronóstico reservado: evitó afirmar que tiene el virus, pero sí dijo que están en observación otras cuatro personas que convivieron con ella.

La joven fue mordida por un zorrillo, animal al que al parecer le quitaron la vida, pero del que no encuentran el cadáver.

Fuera de “sospechosismos” absurdos, pero no infundados, creo que al tratarse de un asunto de relevante trascendencia por ser de salud pública, el Gobierno del Estado debería tratar el tema abiertamente e iniciar una seria campaña de información, no para espantar o alarmar a la ciudadanía, sobre todo a la del campo, pero sí como mera prevención.

No perdamos de vista que la joven contagiada fue mordida por un animal silvestre en Mezquital del Oro, según informó el propio Gobierno del Estado, municipio ubicado al suroeste del estado, mismo rumbo por el cual otro animal silvestre mordió a un animal de corral que también fue contagiado de rabia, en Tepechitlán.

El presidente municipal de Tepechitlán, en coordinación con autoridades zoosanitarias, organizaron un taller de información el 14 de agosto, dirigido a ganaderos de la región para instruirlos sobre los síntomas que presenta el ganado y cómo deben proceder; también anunciaron una campaña de vacunación antirrábica para el ganado, 5 kilómetros a la redonda de la comunidad La Hierbabuena, donde se presentó el caso.

Adicionalmente, trascendió que en Atolinga –ubicado por el mismo rumbo– hay otro caso de ganado con rabia, pero no ha sido confirmado por ninguna autoridad.

¿Por qué el gobierno no nos informa puntualmente? ¿Es sólo “coincidencia” que haya dos casos de animales silvestres rabiosos en el mismo rumbo? ¿Se identificó ya un foco de infección? ¿Qué medidas de prevención están aplicando las autoridades? ¿Debemos estar en alerta? ¿Verdaderamente son casos aislados?

Ocultando información no solucionarán el problema; pero la opacidad ha sido el sello constante de la 4T en Zacatecas y en México entero. ¡Qué rabia!