El crecimiento demográfico es uno de los principales problemas y retos que enfrentamos debido al crecimiento de la mancha urbana, lo cual representa aproximadamente un 60% del PIB a nivel mundial, sin embargo también son las principales responsables de las emisiones en las emisiones de carbono generadas en el mundo, aproximadamente un 70%; este crecimiento en la población exige adaptar la infraestructura existente y desarrollar una nueva, destinada a viviendas y empresas.
El sector de la construcción es responsable de consumir hasta un 50% de los recursos naturales, el 40% de la energía y del 50% del total de los residuos generados. Uno de los principales contaminantes de la industria constructora es la fabricación y uso de ladrillos, desde el momento en que se producen es necesario emplear combustibles fósiles, los cuales resultan dañinos para el medio ambiente, ya que al ser usados generan dioxinas y furanos, volúmenes masivos de partículas como el monóxido de carbono, óxidos de azufre y nitrógeno, contaminando la atmósfera, cuerpos de agua y el suelo.
Como resultado de lo anterior, algunos países han buscado desarrollar infraestructuras sostenibles, al igual que formar alianzas para cumplir los objetivos de Desarrollo Sustentable, en especial el número 11 que habla de ciudades y comunidades sostenibles.
Una de las alternativas que se han planteado a partir de estos desarrollos es la creación de ladrillos que absorben emisiones contaminantes presentes en el medio ambiente y cuya producción es 100% amigable con el medio ambiente.
Estos ladrillos son de fácil fabricación, resistentes (tienen mayor resistencia que el hormigón) y capturan el CO2 en su interior, constituyendo una disminución de este gas. El proceso para hacer este tipo de ladrillos es el siguiente:
Como materia prima es arena de sílice, con el uso de moldes, se realiza una mezcla para que los ladrillos se compacten y tardan menos de un minuto en formarse, ya que esté gormado el ladrillo se le inyecta el CO2 por medio de una bomba, por último para darle al ladrillo una mayor resistencia, se combina con resina Epoxy, el cual es un material orgánico.
Estos ladrillos se desarrollaron por primera vez en Japón, y según estudios tienen una resistencia de 250% más frente al hormigón, lo cual indica que en temas estructurales es una buena alternativa.
Pueden usarse para todo tipo de edificaciones y construcciones, ya que tiene una gran versatilidad, además de que se ha calculado que la vida de este material es de aproximadamente 50 años.
Es importante mencionar que este proyecto no eliminaría los problemas ambientales del planeta, pero sí ayudaría a reducir los niveles de CO2. No obstante, si este proyecto fuera explotado en todo su potencial podría brindar beneficios económicos, sociales y ambientales, con el solo hecho de que disminuye la exposición a algunos gases de efecto invernadero.
Sería ideal implementar construcciones de este tipo en México, especialmente en las grandes ciudades, ya que su crecimiento continúa siendo exponencial, quizás es momento de que todos empecemos a apostar por una arquitectura ecológica.

