Consumismo y basura

En los años 60 escuché por primera vez sobre el cuidado del medio ambiente. Tengo muy presente un eslogan que escuchaba por la radio que lo decían cantando: “ponga la basura en su lugar”, como parte de una campaña para concientizar a la población de tener un ambiente saludable. En ese tiempo no había tanta contaminación como en la actualidad (60 años después).

En la casa nos enseñaban a no desperdiciar, entre muchas cosas, la comida. Actualmente, si vamos a un restaurante, podemos observar cuánta comida se desperdicia, lo cual contrasta con la gran cantidad de personas (niños y adultos) que padecen hambre o no pueden pagar una dieta saludable.

En las tiendas, que en mi tierra les llaman “chumilcos”, despachaban el azúcar en bolsas de papel, otros productos en un cono hecho con papel, comúnmente llamado “cucurucho”; la leche en envases de vidrio o se consumía leche “bronca” para lo cual se llevaba el recipiente.

Para acomodar el mandado había unas bolsas de papel de estraza con asas del mismo material retorcido o bolsas de ixtle. Cerca de los años 80 se empezaron a utilizar las bolsas de plástico que vinieron a empeorar la contaminación.

Los recién nacidos usaban pañales de algodón lavables. La ropa del hermano o hermana mayor se reciclaba para el que seguía o para el primo o prima. En la noche no se encendía el foco, se encendía un quinqué de vidrio que funcionaba con tractolina (petróleo) en el depósito y una mecha que se encendía. Los refrigeradores y estufas eran de un material resistente, al igual que los automóviles.

Mi tío Poncho tenía una tortillería y recuerdo que el maíz lo empacaban en bolsas de ixtle; quienes compraban tortillas generalmente llevaban su servilleta de tela o se empacaban en papel de estraza. Creo que solamente había focos de la marca “Philips” y duraban muchísimo.

La mayoría de las familias consumía lo necesario para satisfacer sus necesidades básicas, el cual era un consumo responsable, mientras que el consumista consume necesidades “artificiales”.

Con el tiempo cada vez más familias adquirieron televisor, ahí empezó el bombardeo de publicidad y muchas personas empezaron a adquirir productos que no necesitaban. Por ejemplo, se pusieron de moda los zapatos puntiagudos y aunque anduvieran como gallos espinados los compraban; un reloj marca Cartier tiene la misma utilidad que uno de cuarzo.

Así del consumo responsable se pasó al consumismo, y muchas cosas pasaron a ser desechables; se crearon “necesidades innecesarias”, a gastar el dinero que no se tiene.

También hay los que consumen de manera inmoderada, en exceso, que se vuelven esclavos del consumismo de una manera patológica, tal pareciera que todos los días quieren comprar algo sin una razón específica, buscando llenar un vacío que nunca satisfacen y terminan acumulando objetos desechables sin pensar en la huella ambiental que se genera, ya que el consumismo también ocasiona destrucción del medio ambiente.

Esto no significa que no esté de acuerdo con los avances de la ciencia y la tecnología, pero podemos tener un coche por familia en lugar de dos o tres que contaminan el medio ambiente, podemos usar un celular un buen tiempo, en lugar de cambiarlo cada año. El poseer y acumular bienes no es sinónimo de “calidad de vida” o de mayor “bienestar”, más bien es “aparentar” que se tiene mejor calidad de vida y bienestar.

Y hablando de la basura, podemos decir que estamos en la época de lo desechable. Da muy mal aspecto ver basura en los camellones y plazas públicas y ahora con la propaganda política hay más basura; además, en muchas colonias sacan la basura temprano porque tienen que ir a trabajar y la amontonan en las banquetas y las moscas rondando, también hay personas sin educación que utilizan los contenedores del centro de la ciudad para echar sus bolsas de basura. De esta manera ahuyentamos al turismo.

Si observamos, se ha avanzado un poco en la separación de la basura en las instituciones educativas al poner contenedores de diferentes colores y nombres de acuerdo a la clasificación como, por ejemplo: envases de plástico y aluminio en un contenedor; envases de papel y cartón en otro y los envases de vidrio en otro, lo cual es bueno, pero lo más importante es que nosotros como ciudadanos asumamos la responsabilidad de generar la menor cantidad de basura posible.

Hace falta conciencia ambiental, fomentar la participación de la sociedad para que en todas las casas se lleve a cabo la separación de basura, por un lado, el cartón y papel; aparte el aluminio; por separado los envases de vidrio. También los trabajadores de limpia, muchas de las veces avientan la basura de manera que queda desparramada un poco en la calle.

Una medida muy importante sería que en Zacatecas se hiciera como en otros estados, que el recolector de basura tenga días específicos para recoger exclusivamente basura inorgánica y otros días para la basura orgánica, aunque de los residuos orgánicos como las frutas y verduras, desechos de café, cáscaras de huevo, se podía hacer composta que sirve para los jardines.

Resulta necesario que se realicen campañas de educación ambiental que contribuyan a mejorar la calidad de nuestro medio ambiente, porque la basura es un problema diario y de todos. Son fuente de infecciones, enfermedades y degradación del medio ambiente. Todos podemos colaborar para lograr tener un impacto positivo para un entorno más seguro y libre de contaminación. Podríamos emprender un programa de “CERO BASURA”.

¿Y tú, qué estás haciendo para reducir la contaminación? Si no has empezado, hazlo por ti y por las futuras generaciones. Si todos cuidamos nuestro entorno, tendremos un lugar más limpio para vivir mejor y podremos presumir una ciudad libre de basura a la que llegarán los visitantes con más gusto.

Podríamos empezar por modificar nuestros hábitos de consumo, planeando nuestras compras y adquiriendo solo los productos necesarios; reducir productos de “usar y tirar” como el papel aluminio, platos y vasos de plástico y en su lugar adquirir envases ecológicos y productos biodegradables.

3 comentarios en “Consumismo y basura”

  1. Carmen María Bobadilla

    Que tiempos aquellos, se le conocía como economía doméstica, muy importante éste tema

  2. Elsa Ochoa Elías

    Totalmente de acuerdo ,! Nos falta aquí esa cultura de recoger la basura por separado orgánica e inorgánica .eso sería muy bueno. Ojalá se haga pronto . Es una propuesta para nuestros próximos gobernantes . .

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