Luna Nueva: No todo lo que relumbra es oro

En este momento de la historia creo que más que nunca cabe ese dicho o refrán que dice “no hay peor ciego que el que no quiere ver”, que va bien agarrado de ese que dice “más vale viejo conocido, que bueno por conocer”.

Me sorprende la gran cantidad de personas que no quieren ver o se hacen de la vista gorda porque creen que les conviene y por un puñado de pesos pierden cosas más importantes, pero que no se sienten en la cartera sin darse cuenta que “no todo lo que relumbra es oro”.

Doña Mariquita es una señora que “a ojo de buen cubero” tiene menos de 70 años, porque es contemporánea a mi papá, pero se ve mucho más acabada por un cúmulo de enfermedades que ya no le permiten caminar erguida y le mantienen un rictus casi permanente de dolor.

Hace unos días se quejó de que había ido al IMSS a consulta de control, pero que de todos los medicamentos que le hacen falta, solo le dieron una caja de Metformina. Nada para la presión alta, nada para los ojos secos, nada para el mareo ni para la anemia que la tiene en los huesos…

Doña Mariquita platicó con mi madre y conmigo cuando nos topamos en la calle; mi madre sin saber mucho de política le dijo que por eso debíamos “votar por un cambio porque hasta lo niños con cáncer se están muriendo porque los dejaron sin medicamentos”.

Pero doña Mariquita le dijo que no, y hasta se le abrieron los ojos y creo que por un momento se le olvidó el dolor que la llevaba encorvada: “Ah no, señora, yo no voy a arriesgar mi ayudita. Nadie me da y si me ando queriendo pasar de lista, me la quitan”.

No hubo poder humano que la moviera aunque fuera un ápice de su creencia y defendió a toda costa que “más vale pájaro en mano que ver un ciento volando”, y dijo hasta con un poco de rencor (y perdonando la expresión) “a esa vieja ni la conozco ¿y usted va a creer que podrá gobernar en silla de ruedas?”. Sin palabras…

Don Secundino es campesino, pero cuando se casó emigró a la capital y se empleó como albañil, tuvo una familia numerosa, como 14 hijas. En una plática banquetera, viendo como los Servidores de la Nación hacían su labor, me hizo saber su odio y rencor al PRI:

“Son unos rateros sin vergüenza”, y me empieza a decir que la gasolina y que las cosas caras y que fue y que vino. Cuando le expliqué que el actual presidente en campaña prometió bajar la gasolina a 10 pesos, que había mentido, me dijo sencillamente que le valía que la gasolina estuviera cara, que al cabo el ni carro tenía…

La señora que fue secretaria doméstica en casa de mi mamá, se dedicó toda la campaña a recabar firmas y números de la credencial del INE a favor de un partido, trabajó mucho, porque cuando fue a la casa ya llevaba cuatro hojas tamaño carta, con firmas por los dos lados con los respectivos números de la INE.

Llegó con buenos argumentos, justo como dicen: “la música amansa fieras” y se veía que estaba convencida y convenció, pero cuando unos días después hubo una reunión estilo mitin del partido adversario, todos fueron testigos de que la mujer que cambió la preferencia de casi toda su colonia, seguía con el partido de siempre porque fue a apoyarlo, dejando más que claro que “a río revuelto, ganancia de pescadores”.

Y así puedo seguir escribiendo hasta hacer una novela, para dejar constancia de que “el que no conoce su historia, está condenado a repetirla”.

Lo que me queda claro con todo esto de la política es que “quien mucho abarca, poco aprieta”, porque de un partido prometieron mucho en campaña y la verdad han dado poco estando en el poder. Cierto, cada dos meses adultos mayores tienen una beca y los jóvenes, que dicho sea de paso son sectores cautivos por el voto.

El mismo gobierno se aseguró de que no fuera una ayuda cualquiera y le dio rango constitucional, es decir, se convirtió en ley, pero ahora son ellos mismos los que dicen que si no vuelven a ganar les quitarán esa ayuda, ¿será que como ellos manipulan la Constitución a su antojo creen que los demás también lo harán? Lo dicho: “el león cree que todos son de su condición”.

Mientras tanto, doña Mariquita defenderá con uñas y dientes su beca, aunque le hayan quitado sus medicamentos y las ayudas que le llegaban de la presidencia. Tristemente con los 2 mil y pico de pesos no le alcanza para comprar todas las medicinas que le daba el IMSS, que aunque renegaba, como todos de que no sirven “a caballo regalado no se busca colmillo”, y bien que se las tomaba.

Don Secundino tiene razón, él no compra gasolina directamente, pero sus hijas sí y también todos los transportistas que traen toda clase de alimentos e insumos que necesitamos en la vida diaria. Si el combustible aumenta de precio, también aumentarán el jitomate, las tortillas, la ropa, el calzado y hasta los refrescos que tanto le gustan y pues como dice el dicho, “panza llena, corazón contento”. Lo bueno para él es que sus hijas pagan el pato.

Y pues qué les digo de la exsecretaria doméstica… claro está que no conoce la historia, que no tiene claro qué es lo que está en juego, que cree que da lo mismo votar por X o por Y, pero cuando pasen unos meses, la alcanzará el efecto de su decisión.

Se impondrá la ideología que gane, y si la que prevalece es la que se sostiene dando efectivo, que no se queje después de que no hay trabajo, que las tortillas están muy caras, que ya no dan becas para los estudiantes, que la luz subió. Ella se beneficiaba de becas para sus hijos estudiantes y creo hasta fue beneficiara del programa de calentadores solares.

Busquemos el equilibrio. Leamos libros de historia, conozcamos cuánto nos costó (y no solo en dinero, sino en vidas humanas), nuestra Independencia, la Revolución Mexicana o la Reforma, qué nos dejaron, cómo lo estamos perdiendo, por qué y qué consecuencias traerá.

Y como “lo cortés no quita lo valiente”, aprovecho para felicitar a Lalalá News por su primer aniversario, el primer año de muchos más que vienen de éxito. Un abrazo para su director general Heraclio Castillo.

1 comentario en “Luna Nueva: No todo lo que relumbra es oro”

  1. Daniel Alejandro Puentes

    Antes que nada felicidades por su aniversario. Y como lo mencionas la escritora Lucía Bañuelos “el que no conoce su historia, está condenado a repetirla”, lástima de la ciudadanía inconsciente que opinamos hasta donde alcanzan a ver nuestros ojos

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